Las desigualdades sociales y económicas influyeron en factores clave en la salud de los niños durante el confinamiento

Los niños de familias con menos recursos tuvieron peor dieta, hicieron menos ejercicio físico y pasaron más tiempo frente a pantallas

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..Gema Maldonado.
Los niños y niñas de familias con dificultades económicas y menores niveles de estudios pasaron el confinamiento de los primeros meses de la pandemia de Covid-19 en peores condiciones de vivienda y estuvieron más expuestos a determinantes de salud negativos. Tenían una peor dieta, hacían menos ejercicio física, pasaban más tiempo frente a las pantallas, tuvieron menos contacto social y estuvieron más expuestos al ruido y el humo del tabaco.

Son algunos de los resultados del estudio llevado a cabo por el Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico de la Universidad el País Vasco, publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health, que describe las desigualdades sociales en las condiciones de vivienda y en los comportamientos relacionados con la salud entre los niños durante el confinamiento en España.

Los niños de familias con menos recursos tuvieron peor dieta, hicieron menos ejercicio físico y pasaron más tiempo frente a pantallas

Hasta ahora, se han publicado estudios que abordaban el impacto del confinamiento en su actividad física, en el sueño y en la dieta. Pero era difícil encontrar análisis relevantes sobre si el nivel socioeconómico influye en el impacto del confinamiento en los más pequeño. Los investigadores señalan que la importancia de “aplicar un enfoque de equidad” a la salud infantil. De hecho, en sus conclusiones destacan la equidad como “elemento clave para mejorar la salud de la población infantil”. Pero también “para tomar decisiones políticas que minimicen los efectos de las medidas de prevención contra el Covid-19 o situaciones pandémicas futuras”.

Variables y resultados sobre más de 10.000 niños
Los investigadores, Yolanda González-Rabago, Andrea Cabezas-Rodríguez y Unai Martín realizaron una encuesta a las familias de 10.765 niños y niñas residentes en España, de entre tres y 12 años, durante el primer Estado de Alarma que obligó al confinamiento, concretamente la encuesta se hizo entre el cuatro y el 15 de abril de 2020, antes de que el Gobierno permitiera a los padres salir con los niños una hora al día.

Los investigadores destacan que la equidad es un elemento clave para mejorar la salud de la población infantil y para tomar decisiones contra el Covid-19

La encuesta incluía preguntas sobre determinantes sociales de la salud para los que se tuvieron en cuenta las condiciones de la vivienda y los comportamientos relacionados con la salud. También se han analizado variables socioeconómicas y características familiares, como el nivel económico y el nivel educativo.

Los resultados muestran que la prevalencia de factores determinantes negativos para la salud, como la falta de luz natural en las casas, la presencia de humedad, la exposición al humo del tabaco en casa, el consumo insuficiente de fruta o la escasez de actividad física fue más del doble en las familias desfavorecidas que en las que tenían un nivel socioeconómico bueno.

Casi la mitad (48,2%) de los niños de hogares con dificultades económicas estuvieron expuestos al humo del tabaco

Los investigadores destacan que casi la mitad (48,2%) de los niños de hogares con dificultades económicas estuvieron expuestos al humo del tabaco en aquellos días de confinamiento, frente al 21,8% de los niños que no tenían problemas económicos. En el caso de las niñas cuyos padres tenían estudios primarios la exposición al humo del tabaco alcanza el 41,7%.

Las familias con menos recursos económicos tendían a vivir en casas con peores condiciones hasta el punto de que sus niños tienen dos o hasta tres veces más probabilidades de estar expuestos a un ruido excesivo o a humedad. Tenían, además, un 50% más de probabilidades de no poder acceder a espacios al aire libre.

Estos niños tienen dos o hasta tres veces más probabilidades de estar expuestos a un ruido excesivo o a humedad, con lo que conlleva para su salud

En el caso de las conductas relacionadas con la salud, los hijos de padres menos educados tenían entre dos y tres veces más probabilidades de consumir cantidades insuficientes de frutas y verduras. Además, aumentaban sus probabilidades de pasar más de seis horas delante de las pantallas y tener poco contacto con amigos y familia.

La exposición a la pantalla también presentó grandes diferencias según la situación económica de los padres. Diferencias que alcanzan casi 19 puntos porcentuales para los niños y 15 puntos para las niñas. En las familias con menos recursos económicos la falta de ejercicio físico llega al 35,3% en los niños y al 27,4% en niñas. En cambio, en familias más acomodadas se sitúa en el 13.3% en los niños y el 11.6% en las niñas.

Los investigadores observan “un gradiente social notable en la mayoría de las variables analizadas”. Además, concluyen que los resultados de la investigación “apuntan a la necesidad de incorporar la perspectiva de equidad en la adopción de políticas para evitar el aumento de las desigualdades sociales preexistentes en el contexto de una pandemia”.

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