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La propuesta del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de liberar de forma temporal las patentes de las vacunas contra el coronavirus han provocado la reacción de la industria farmacéutica. La patronal española Farmaindustria advierte de dos riesgos claros. El primero es la entrada de fábricas desconocidas, sin experiencia en la fabricación de vacunas y con escasos controles de calidad. Accederían a un mercado para competir por materias primas escasas, lo que provocaría disrupciones en la cadena de suministro. El segundo riesgo sería la falsificación de estos productos. “Por tanto, la medida, de aprobarse, no solo no contribuiría a aportar mayor disponibilidad de vacunas, sino que podría tener un efecto contrario a los fines perseguidos”, advierten Farmaindustria.
El comunicado de Farmaindustria va en la línea de las declaraciones de la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (Ifpma, por sus siglas en inglés) y la patronal de los Fabricantes Farmacéuticos de América (Phrma, por sus siglas en inglés).
La industria farmacéutica advierte que la liberación de patentes no es la solución a los problemas de distribución
El peligro de una reducción de dosis llega en un momento en que la industria prevé fabricar 12.000 millones de dosis en 2021. Dentro de estas cifras se encuentran tanto las compañías con vacunas en el mercado como aquellas que se encuentran en la fase final del desarrollo. Con esta producción para este año resultaría suficiente para inmunizar a la población mundial.
La industria considera que la posibilidad de alcanzar este objetivo se debe a los más de 270 acuerdos de colaboración entre compañías para la producción de vacunas. Estos acuerdos implican a un centenar de empresas y una treintena de países. Las compañías desarrolladoras han sellado acuerdos con aquellas empresas que tienen esa capacidad, incluidas competidoras y de países de diferentes rincones del mundo, como India, China y Sudáfrica.
La industria prevé producir en 2021 alrededor de 12.000 millones de dosis, suficiente para inmunizar a la población mundial
Las compañías farmacéuticas advierten que más allá de la liberación de las patentes, la fabricación de vacunas supone un proceso complejo. “Alguna de estas vacunas requiere más de 250 componentes distintos que se fabrican en más de 50 instalaciones diferentes de más de 25 países“, señalan. La producción además “requiere unos conocimientos específicos, una tecnología puntera, unas instalaciones adecuadas, unos equipos humanos preparados y una experiencia que, en la actualidad, solo está al alcance de unas pocas compañías en todo el mundo”.
Más allá de la producción, la industria entiende que el gran desafío se sitúa en una distribución equitativa de las patentes. “La iniciativa Covax, liderada por la Organización Mundial de la Salud y respaldada por gobiernos, industria farmacéutica y otras organizaciones sociales, podrá bien ser el instrumento para conseguirlo”, destacan.