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Hasta ahora, los primeros estudios relacionados con la variante sudafricana (B.1.351) del SARS-CoV-2 indicaban que la efectividad de las vacunas del Covid-19 podría caer con respecto a la cepa original o a la británica (B.1.1.7). Sin embargo, a finales de la semana pasada la revista Nature se hacía eco de un estudio llevado a cabo en Catar y publicado el cinco de mayo en The New England Journal of Medicine, considerado como “la evidencia más sólida hasta ahora” de que la vacuna de ARNm de Pfizer y Biontech mostraban una alta eficacia frente a las variantes británica y sudafricana, en una muestra en la que hasta la mitad de los contagios correspondían a la variante B.1.351.
La vacuna de Pfizer mostró una eficacia frente a las infecciones causadas por la variante británica del 89,5% y del 75% en el caso de las infecciones de la variante sudafricana
La investigación se publicó en NEJM como carta al editor firmada por investigadores del Grupo de Estudio Nacional para la Vacunación Covid-19 del país árabe. Sus resultados muestran una eficacia frente a las infecciones causadas por la variante británica del 89,5% y del 75% en el caso de las infecciones provocadas por la variante sudafricana, a los 14 días o más de la segunda dosis en ambos casos.
Además, la eficacia de la vacuna frente a la enfermedad grave, crítica o mortal provocada por la infección del SARS-CoV-2 en un momento en el que las variantes predominantes en Catar eran la británica y la sudafricana, es del 97,4%, una eficacia “muy alta”, señalan los investigadores. El estudio es el primero que se hace sobre una población en la que una de las variantes predominantes es la sudafricana.
La eficacia de la vacuna de Pfizer frente a la enfermedad grave, crítica o mortal por las variantes británica y sudafricana fue del 97,4%
Aunque los datos del estudio catarí son positivos con respecto a la protección que ofrece la vacuna frente a las variantes más preocupantes, los investigadores señalan que la efectividad frente a la sudafricana fue 20 puntos porcentuales más baja que la informada en los ensayos clínicos de Pfizer y en vacunación real en Israel y EE.UU. “No obstante”, afirman, la reducción de la protección frente a la variante sudafricana “no pareció traducirse en una protección deficiente frente a las formas más graves de la infección”.
El contexto de la pandemia en Catar cuando se ha realizado el estudio es clave. La secuenciación del genoma del SARS-CoV-2 realizada en Catar entre el 23 de febrero y el 18 de marzo mostró que el 50% de los casos de Covid-19 los estaba causando la variante sudafricana y el 44,5% provenía de la británica.
Entre finales de febrero y mediados de marzo el 50% de las infecciones en Catar las causó la variante sudafricana y el 44,5% provenía de la británica
Este país, comenzó su campaña de vacunación el 21 de diciembre y el 31 de marzo 385.853 personas tenía al menos una dosis y 265.410 habían completado la pauta. Es una cifra importante en un estado que no alcanza los tres millones de habitantes, según datos del Banco Mundial. Durante la primera semana de marzo Catar alcanzó el punto máximo de la tercera ola de contagios, según señala el artículo de NEJM debido a la variante británica y la rápida expansión que la sudafricana experimentó entre sus habitantes.
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