El 30% de las personas con epilepsia tuvieron más crisis durante la pandemia

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..Redacción.
Durante los primeros meses de la pandemia, casi el 30% de los pacientes españoles experimentaron un aumento de la frecuencia de sus crisis, según indican varios estudios que se presentaron en la última Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Este incremento puede deberse a que casi la mitad de las personas que tienen epilepsia reconocieron haber estado más ansiosos o deprimidos y el 43% tuvo problemas de sueño.

El 50% de las personas con epilepsia reconocieron haber estado más ansiosos o deprimidos y el 43% tuvo problemas de sueño en la pandemia

Como sobre otras muchas patologías, la pandemia de Covid-19 ha tenido consecuencias indirectas en los pacientes con epilepsia. Tanto la falta de sueño como el estado anímico son factores de riesgo para el aumento de la frecuencia de crisis epilépticas. Según SEN, estos factores también pueden explicar el número de personas que experimentó su primera crisis durante los primeros meses de la pandemia. Así lo indican otros estudios estudios españoles.

Además, los pacientes que acudieron a Urgencias con estado epiléptico durante este periodo tuvieron un peor pronóstico. El miedo o los retrasos a la hora de acudir a los centros hospitalarios pueden ser las causas que lo expliquen. De hecho, dos de cada diez pacientes con epilepsia aseguran haber evitado las urgencias en el último año. La epilepsia es, tras el ictus, la segunda causa más frecuente de atención neurológica en Urgencias y suponen el 1% de las consultas en Urgencias y el 15% de las urgencias neurológicas.

Los pacientes que acudieron a Urgencias con estado epiléptico durante este periodo tuvieron un peor pronóstico

“Lo que parece claro es que la pandemia Covid-19 ha tenido y tiene efectos colaterales sobre el control de crisis y que aspectos como padecer epilepsia tumoral, epilepsia farmacorresistente, problemas de insomnio o ansiedad, suponen mayor riesgo para el aumento de la frecuencia de crisis”, explica el Dr. Juan José Poza. “En este sentido, potenciar la actividad física, mejorar la higiene del sueño y asegurar un correcto seguimiento por parte del médico, ya sea vía telefónica o presencial, puede ayudar a minimizar el riesgo”.

La SEN señala que padecer Covid-19 puede asociarse a que pacientes predispuestos sufran crisis epilépticas. Más de un 11% de los casos introducidos por los neurólogos españoles en el Registro Covid-19 de la SEN corresponden a casos de pacientes con Covid que sufrieron crisis epilépticas y el 84% de los neurólogos informantes atribuyeron una causalidad probable de estas crisis al Covid-19. Ya sea por afectación primaria, o secundaria debida a una complicación producida por el virus.

La SEN señala que padecer Covid-19 puede asociarse a que pacientes predispuestos sufran crisis epilépticas

España está en plena campaña de vacunación frente al Covid-19. La sociedad señala que, actualmente, no existe evidencia de que la vacuna por sí misma induzca o desencadene crisis epilépticas. Tampoco ha contraindicaciones específicas para recibir la vacuna por el hecho de tener epilepsia o tomar fármacos antiepilépticos.

Este lunes se conmemoraba el Día Nacional de la Epilepsia. Es una enfermedad que solo en España afecta a 400.000 personas. Una de cada cuatro no responde a los tratamientos disponibles, pese a que “en los últimos años se ha producido un importante incremento de las opciones terapéuticas, señala el Dr. Poza.

Uno de cada cuatro pacientes con epilepsia no responde a los tratamientos disponibles

“Para estos casos de epilepsia farmacorresistente puede valorarse el tratamiento quirúrgico, y entre el 55-85% de los casos se consiguen buenos resultados. Sin embargo no todos los pacientes cumplen con los criterios que les permiten beneficiarse de la cirugía, por lo que sigue siendo muy necesario la investigación en tratamientos más efectivos para esta enfermedad”, añade el Dr. Poza. Actualmente, con un correcto diagnóstico y seguimiento de los pacientes, “en más de un 70% de los casos se consigue controlar la enfermedad”.

Una de las paradojas relacionadas con la enfermedad es que aún hay un porcentaje importante de pacientes sin diagnosticar. De hecho, la demora en el diagnóstico de la epilepsia puede llegar a los 10 años. Sin embargo, se estima que el número de diagnósticos falsos positivos es bastante alto y que podría llegar hasta al 18% de los casos. Además de su elevada prevalencia, es una enfermedad que conlleva una alta morbilidad, deterioro en la calidad de vida y estigma social.

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