El H144 de Gijón, un hospital temporal concebido por sanitarios e ingenieros contra el Covid-19

..Juan Pablo Ramírez.
El pasado 5 de marzo el Hospital H144 de Gijón daba de alta a su último paciente. Y este lunes el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) ha comenzado a desmontar las instalaciones, una vez que el plan de vacunación avanza a tal ritmo que ha permitido controlar la transmisión del corovirus. La incidencia acumulada en la región asturiana se sitúa a día de hoy en 71,56 casos por cada 100.000 habitantes, ligeramente aún por encima de los límites que marca el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).

H144 GijónEl hospital temporal H144 se puso en funcionamiento el 12 de abril del año pasado, un mes después del inicio del estado de alarma. No fue hasta la segunda ola, cuando recibió el primer paciente. Concretamente el 12 de noviembre entró la primera persona contagiada de SARS-CoV-2. Desde entonces han pasado por sus puertas 335 pacientes con una edad media 82,8 años, aunque se ha llegado atender a personas con 104 años de edad. La estancia media se ha situado en 9,42 días y la mayoría de los pacientes era paucisintomático o asintomático con dificultades de aislamiento.

El pasado 5 de marzo el Hospital H144 de Gijón daba de alta a su último paciente

El trabajo conjunto entre ingenieros y profesionales sanitarios permitió construir alrededor de 6.000 metros cuadrados en apenas siete días en un momento marcado por la urgencia de la pandemia. “Ha sido muy importante la integración de los aspectos arquitectónicos, ingeniería y de funcionamiento clínico”, explica en una entrevista con iSanidad el Dr. Rafael Castro, director médico del centro.

La zona asistencial del hospital se divide en seis módulos de 24 camas. En total, suman 144 habitaciones individuales, todas con toma de oxígeno para los pacientes que lo puedan requerir. De ahí, el nombre del hospital: H144. “Cumplimos con todos los requerimientos de un hospital de construcción fija. Garantizamos a nuestros profesionales y pacientes cualquier situación de asistencia”, señala Eduardo Pintado, jefe de Sección del Servicio de Ingeniería y Mantenimiento del Sespa.

Dr. Castro: “Ha sido muy importante la integración de los aspectos arquitectónicos, ingeniería y de funcionamiento clínico”

De hecho, estos meses el H144 de Gijón ha funcionado como un hospital de la red pública del Sespa. Dada la edad de los pacientees, la adminsitración de la medicacción era un asunto clave. “A través del sistema informático, el Servicio de Farmacia del Hospital de Cabueñes nos enviaba todos los días la medicación de los pacientes unidosis para 24 horas”, explica Paloma Pérez, directora de enfermería.

H144-GijónPintado relata aquellos días de marzo de 2020 cuando la transmisión del virus comenzaba a descontrolarse y amenazaba con saturar los hospitales del Principado, como en el resto del país. Se creó un grupo de trabajo “fuerte aunque con un número reducido de personas”. En este equipo se encontraban Rodrigo Escribano Balín, Alberto Suárez, Javier Díaz y Jesús Menéndez, arquitecto de la Consejería de Sanidad. Posteriormente se contactó con el Dr. Rafael Castro para la dirección médica, y con Paloma Pérez, como directora de enfermería. “La idea era que esta construcción efímera se pudiera montar en tiempo récord y luego desmontarla también en tiempo récord”, subraya Pintado.

Esta estructura de módulos divididos en estructuras de 3×3 facilita el trabajo de los profesionales sanitarios para atender de forma eficaz y eficiente a las personas enfermas. En el pico máximo de la tercera ola, el hospital llegó a acoger a 74 pacientes con cuatro de los seis módulos abiertos. “Cada módulo tiene su propio control de enfermería. Ofrece a la enfermera una visión general del módulo y estar a todo: al trabajo en ordenador y a la asistencia al paciente”, afirma Pérez.

H144-Gijón

Pérez: “Cada módulo tiene su propio control de enfermería. Ofrece a la enfermera una visión general del módulo y estar a todo”

Cada módulo contaba con dos médicos y se estableció una ratio de una enfermera por cada 16 pacientes. La mayoría de los profesionales de medicina pertenecían a servicios de urgencias, aunque ha contado también con internistas y médicos de servicios quirúrgicos. El personal era adscrito al centro, aunque el Sespa contaba con una lista de voluntarios de otros centros para los momentos de mayor presión asistencial. “Todos los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería estaban adscritos al centro, así como la mayoría de las enfermeras. En el momento en que había una carga asistencial más alta venía el personal voluntario”, destaca Pérez.

El área asistencial se integraba en la denominada zona roja del hospital, donde el profesional sanitario debía llevar siempre su equipo de protección individual. Existían también la zona verde donde se mantenía el uniforme de trabajo y otra blanca para la parte administrativa y donde se trabaja con ropa de calle.

Cada módulo del H144 de Gijón contaba con dos médicos y se estableció una ratio de una enfermera cada 16 pacientes

Uno de los aspectos más novedosos fue la orientación hacia una asistencia humanizada desde el comienzo del diseño del hospital. En contraposición a otras instalaciones donde se crearon pabellones donde los pacientes compartían espacio, los ingenieros y los profesionales sanitarios dieron prioridad a “la intimidad del paciente”, destaca el Dr. Castro. Los pacientes contaban con prensa diaria, zona de televisión, incluso con la posibilidad de dar paseos por el exterior. “Los pacientes que lo solicitaban y que tengan la autorización clínica podían salir al exterior con control de la salidas y con acompañamiento”, subraya el Dr. Castro.

Pero la humanización no solo se dirige al paciente sino también a sus familias, que podían acompañar al paciente hasta su ingreso en el hospital y mantener contacto con la dirección médica y de enfermería. El hospital incluía incluso una sala de acompañamiento al final de la vida, donde se trasladaba al paciente de extrema gravedad y donde “la familia podía acompañarle”, previa formación para la utilización del equipo de protección, insiste el Dr. Castro.

Pero esta humanización se dirige también al profesional sanitario. Los responsables médico y de enfermería dieron especial importancia a la elección de los profesionales adecuados. “Teníamos que conocer a los profesionales. Debían venir y pasar un día aquí conociendo la instalación para explicarles el funcionamiento y que hubiese un feedback bidireccional”, afirma el Dr. Castro. Para el funcionamiento diario se establecieron descansos cada dos o tres horas para que el profesional pudiera quitarse durante una hora el EPI.

Los trabajos para la desinstalación del H144 de Gijón han comenzado a las puertas del nuevo verano con la idea y el deseo de que el plan de vacunación pueda mantener el virus a raya y no sea necesaria otra vez su instalación.

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