Raquel Gómez (Fenaer): “Los pMDI contribuyen al calentamiento global en un 0,1%, no constituyen una amenaza real”

Raquel Gómez (Fenaer) pMDI

..Redacción.
Los inhaladores presurizados de dosis medida (pMDI) son la tipología de inhalador más comúnmente utilizada a día de hoy en España en la mayor parte de pacientes con asma y EPOC. Sin embargo, recientemente se ha puesto en entredicho el impacto en la huella de carbono de estos dispositivos, los cuales suponen el 0,1% de las emisiones de efecto invernadero globales, mientras que calefacciones o aires acondicionados suponen el 85%. La Unión Europea tiene como objetivo reducir dos tercios las emisiones de gases fluorados en 2030, aunque los medicamentos se encuentras exentos de esta regulación.

El problema actual es que algunos de estos pacientes respiratorios que requieren de esta terapia no tienen alternativa farmacológica equivalente. Tal y como indica, en una entrevista a iSanidad, Raquel Gómez, responsable de la Coordinadora Nacional de Asma de Fenaer, “Nosotros somos los primeros interesados en que haya una buena calidad del aire, pero siempre dentro de una cierta lógica y que se asegure que el paciente tenga una alternativa”.

Los pMDI suponen el 0,1% de las emisiones de efecto invernadero globales y no suponen una amenaza para el calentamiento global

¿Es una amenaza real para el medio ambiente el uso de estos gases fluorados en productos farmacéuticos?
El paciente respiratorio es el primer interesado en una buena calidad del aire, todos estamos a favor de eso. Pero los pMDI contribuyen al calentamiento global en un 0,1%, cuando los aparatos de climatización y de calefacción impactan en más de un 85%. Ante estas cifras, no existe una amenaza real. Por ello, considero que habría que resolver otras circunstancias a nivel de impacto climático antes que esto.

¿Este tipo de inhaladores son sustituibles por otras alternativas o son la única opción de momento para tratar su patología?
Ahora mismo hay muchos pacientes respiratorios, como niños, ancianos y pacientes psiquiátricos, que no tienen la capacidad cognitiva para usar la terapia inhalatoria ni conciencia para inspirar. Asimismo,  estos inhaladores también son la única opción para cualquier persona con asma que en un momento puntual le dé una exacerbación y que necesite un inhalador presurizado para que la medicación le llegue correctamente a los pulmones. Para estos pacientes, ahora mismo, no hay otro recurso. Y el paciente tiene que estar asegurado de que pueda acceder a su terapia respiratoria.

Aquí adquiere mucha importancia la educación de los pacientes respiratorios sobre qué tipo de inhaladores hay o cuál funciona mejor para el propio paciente. Y que la industria se adapte a las condiciones que indica la Unión Europea. Hay un plazo hasta el 2030 para hacer las cosas con calma. Para que dé tiempo a que tanto los pacientes se eduquen en la técnica inhalatoria, como que la industria elabore nuevos inhaladores que contaminen lo menos posible y no contribuyan al efecto invernadero.

Para algunos paciente como niños, ancianos, psiquiátricos o que tienen exacerbaciones, ahora mismo no hay otro recurso

¿De dónde viene la urgencia de hacerlo?
Sinceramente, el paciente no sabe de dónde viene esta urgencia. Sí sabemos que hay un movimiento claro por buscar la menor contaminación posible y la mejor de la calidad del aire. De hecho, tanto para Separ como para Fenaer este año es el de la calidad del aire. Como he dicho, los pacientes respiratorios somos los primeros afectados por una mala calidad del aire, y en eso estamos todo el mundo de acuerdo.

¿Qué papel ocupan los criterios clínicos y la capacidad de elección del paciente a la hora de elegir el inhalador más adecuado?
El criterio lo establece el especialista junto con el paciente según lo que mejor le funcione, se prueba qué inhalador le va mejor que otro. Por ejemplo, yo tengo una hija con asma grave de 22 años diagnosticada desde los 15. Al principio, empezaron a probar con inhaladores en polvo, pero tuvieron que suprimirlos porque no tiene capacidad inspiratoria; le creaba una crisis asmática porque no le llegaba la medicación y no producían los efectos esperados. Así, su terapia consiste en el uso de los pMDI.

Los pacientes respiratorios somos los primeros afectados por una mala calidad del aire

Ante la circunstancia actual de poner en entredicho a los pMDI, ¿crees que se están aplicando los criterios clínicos en la elección del inhalador?
Yo creo que no. Es que hay pacientes que no tienen otra alternativa. Y también hay una medicación de rescate que es con presurizado, en donde tampoco hay alternativa. Nosotros queremos contribuir a contaminar lo menos posible, pero debe existir otra opción. El paciente no tiene por qué pagar eso.

El paciente es quien lo sufre en primera persona, entonces se tiene que poner, no sé quién exactamente, en el papel del paciente. Sobre todo porque estamos en el 2021 y hasta el 2030 hay un plazo para poder hacer eso. Sobre todo también se necesita educar al paciente y dar tiempo a la industria para la innovación, a crear otro tipo de inhaladores presurizados que contaminen menos.

¿Se está poniendo al paciente “en el centro del sistema” a la hora de elegir una terapia respiratoria de acuerdo a criterios medioambientales?
No, ahora mismo no. En el caso de los pacientes que sí acepten los inhaladores en polvo, tienen esa opción. Pero hay pacientes que sí o sí tienen que utilizar los inhaladores presurizados. Si no hay otro tipo de inhaladores presurizados que contribuyan menos al calentamiento global, pues no hay otra alternativa. Con lo cual, no se está poniendo al paciente en ese plano.

No se está poniendo al paciente en el centro del sistema

¿Qué papel ocupa la formación del paciente y del propio profesional para la elección adecuada del tratamiento respiratorio?
Yo creo que esto es fundamental, es el quid de la cuestión porque hay muchos pacientes que no tienen su asma bien controlada y, a veces, no es porque no se tomen la medicación, sino porque no hacen bien la técnica inhalatoria. En eso insisten mucho los enfermeros respiratorios y cada vez están más por la labor de dar formación al paciente.

Desde la Federación y desde las asociaciones de pacientes promovemos este tipo de cursos y que el paciente sea un paciente experto. Que conozca cómo tiene que hacer la técnica, cómo puede tener su enfermedad controlada y llevar una vida lo más normalizada posible. Un paciente, por desconocimiento, puede estar haciendo mal la técnica inhalatoria y le crea frustración porque falla. Entonces, es fundamental.

Solicitamos a los políticos que se pongan en nuestro papel de pacientes que ya de por sí tenemos que lidiar con una enfermedad respiratoria

¿Qué les solicitan los pacientes a los políticos respecto a este tema y cómo os sentís en general?
Les solicitamos que se pongan en nuestro papel de pacientes que ya de por sí tenemos que lidiar con una enfermedad respiratoria, con una capacidad respiratoria mermada, y que si encima ponen estabas trabas y esta dificultad, al paciente le supone una frustración y una sensación de abandono. De decir: “¿Pero por qué si esto contamina el 0,1%? Políticos id a otras causas en primer lugar, y después ya iremos a esto. Y también, mientras que la industria vaya avanzando y creando nuevos productos que contaminen lo menos posible… Hasta el 2030 hay plazo. Si hay que ir a algo, id a los aparatos de refrigeración que contribuyen al 85% del calentamiento global.

Que quede claro que el mensaje del paciente respiratorio es que nosotros somos los primeros interesados en que haya una buena calidad del aire porque somos los primeros afectados. Que no estamos en contra de nada de eso, pero con una cierta lógica y siempre mirando y centrado en el paciente. Que el paciente tenga una opción, sobre todo, aquellos que no tienen otras alternativas.

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