..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
El debate en el seno del Gobierno de coalición sobre el modelo Muface es inoportuno. La de Unidas Podemos es una fijación extraña. Existe un consenso claro entre todos los actores sobre la conveniencia de renovar el Sistema Nacional de Salud. Ni las sociedades científicas, ni los colegios, ni la industria, ni los pacientes… Nadie ha hablado de reintegrar en el sistema público a los funcionarios que han escogido libremente una mutualidad.
Durante el último Congreso Nacional de Hospitales celebrado hace dos semanas en Málaga se abordó la transformación del sistema sanitaria desde la digitalización, la profesionalización de la gestión, el papel de atención primaria, la comunicación entre niveles asistenciales, la experiencia del paciente, el refuerzo de los recursos humanos e incluso de colaboración público-privada. El sistema sanitario se dirige hacia nuevos modelos de colaboración. Si algo nos ha enseñado la pandemia es que la colaboración entre todos los actores resulta clave para hacer frente a cualquier crisis sanitaria.
La guerra del Gobierno de coalición carece de sentido cuando no se encuentra entre las preocupaciones de profesionales y pacientes
Y en este contexto, Unidas Podemos plantea una PNL para dejar morir Muface, Mugeju e Isfas impidiendo que los funcionarios puedan escoger una mutualidad si lo prefieren. Es un paso al menos. Parece que la formación morada ha asumido ya que no se puede cargar al sistema con 1,8 millones de personas procedentes de las mutualidades de golpe, justo después de la peor crisis sanitaria que ha vivido nuestro país. No obstante, sorprende esta insistencia en un partido político que durante la negociación para conformar Gobierno rechazó dirigir el Ministerio de Sanidad hasta tal punto que obligó a crear dos nuevas carteras de Servicios Sociales y de Igualdad, que hasta la pasada legislatura compartían titular.
Es cierto que la presión asistencial se encuentra alejada de los picos de las diferentes olas pandémicas, pero todavía 2.616 personas se encuentran ingresadas en hospitales, 731 en unidades de cuidados intensivos. A esto hay que sumar el incremento de la lista de espera en la mayoría de las comunidades autónomas. El sistema no puede asumir esta carga hoy día.
El modelo mutualista supone unos ahorros al sistema de 800 millones de euros, una cantidad nada desdeñable en momentos de tensiones presupuestarias. Incluso, el Ministerio de Hacienda puede permitirse mantener el convenio sin apenas incrementar la prima después de la peor crisis sanitaria que ha vivido el mundo en muchos años. Si los servicios de salud de las comunidades autónomas contaron con una inyección extra de 16.000 millones de euros, estos 3.571 millones que recibirá Muface en los próximos tres cursos apenas suponen una diferencia importante con años anteriores.
Como consecuencia Muface se ha convertido en otra de las guerras de los socios del Gobierno de coalición. La consecuencia de este enfrentamiento es que una vez más las mutualidades cuentan con fondos insuficientes. Carece de sentido poner el foco donde no están las prioridades de expertos, profesionales y pacientes.