Jaque al cáncer de ovario: Científicos hallan la mutación genética que permite predecir el riesgo de desarrollarlo

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..Redacción.
El cáncer de ovario es la principal causa de muerte por cáncer ginecológico. Los síntomas suelen ser sutiles y la mayoría de los tumores eluden su detección hasta que se encuentran en fases avanzadas y se han extendido. El riesgo de desarrollar un cáncer de ovario a lo largo de la vida es inferior al 2% para la población femenina en general. En cambio, este riesgo se sitúan entre el 35% y el 70% para las mujeres portadoras de una mutación en el llamado gen BRCA-1.

Ante estas probabilidades tan elevadas, algunas mujeres con mutaciones en el gen BRCA-1 optan por la extirpación quirúrgica de las mamas o de los ovarios y las trompas de Falopio, aunque nunca lleguen a desarrollar cánceres en estos tejidos. Sin embargo, un reciente hallazgo recogido en la revista Cell Reports permite deducir un cambio en estas estrategias de detección temprana y prevención.

El riesgo de sufrir cáncer ovario se sitúa entre el 35% y el 70% para las mujeres portadoras de una mutación en el llamado gen BRCA-1

Científicos especializados en células madre han revelado los orígenes de un cáncer de ovario común mediante el modelado de tejidos de las trompas de Falopio. Concretamente, los tejidos creados, conocidos como organoides, tienen el potencial de predecir qué individuos desarrollarán cáncer de ovario. Esto puede darse con años o incluso décadas de antelación.

Este hallazgo les ha permitido caracterizar cómo una mutación genética pone a las mujeres en alto riesgo de padecer este cáncer. Así, los médicos podrían determinar cuáles de estas mujeres tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de ovario en el futuro y cuáles no. De esta forma, se buscarían nuevas maneras de bloquear el proceso o tratar el cáncer.

‘Cortocircuitar’ el cáncer de ovario
Los científicos crearon estos organoides de Falopio utilizando células de mujeres con mutaciones en el gen BRCA-1 que habían padecido cáncer de ovario. En concreto se generaron células madre pluripotentes inducidas (IPSC), que pueden producir cualquier tipo de célula. Empezaron con muestras de sangre tomadas de dos grupos de mujeres. En primer lugar pacientes jóvenes con cáncer de ovario que tenían la mutación BRCA-1. En segundo lugar un grupo de control de mujeres sanas. A continuación, utilizaron las iPSC para producir organoides que modelaran el revestimiento de las trompas de Falopio y compararon los organoides de los dos grupos.

Les sorprendió encontrar múltiples patologías celulares consistentes con el desarrollo del cáncer sólo en los organoides de las pacientes con BRCA-1. Los organoides derivados de las mujeres con el cáncer de ovario más agresivo mostraban la patología organoide más grave.

A los científicos les sorprendió encontrar múltiples patologías celulares consistentes con el desarrollo del cáncer sólo en los organoides de las pacientes con BRCA-1

Lo explica el Dr. Clive Svendsen, director ejecutivo del Instituto de Medicina Regenerativa de la Junta de Gobernadores del Cedars-Sinaí, en Estados Unidos. Svendsen, profesor de Ciencias Biomédicas y Medicina, es coautor del nuevo estudio, realizado en el Cedars-Sinaí. La otra autora corresponsal es la doctora Beth Karlan, ahora profesora de Obstetricia y Ginecología en la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA.

Los datos respaldan investigaciones recientes que indican que el cáncer de ovario comienza con lesiones cancerosas en el revestimiento de las trompas de Falopio. El Dr. Svendsen indica: “Si podemos detectar estas anomalías en su inicio, quizá podamos cortocircuitar el cáncer de ovario. Esto nos permitirá ofrecer una detección temprana del cáncer de ovario que salve la vida de las mujeres portadoras de la mutación BRCA-1. Además, podremos crear estrategias eficaces e individualizadas de prevención y, en caso necesario, de tratamiento“, asegura.

El cáncer de ovario comienza con lesiones cancerosas en el revestimiento de las trompas de Falopio

Tecnología de organoides para desarrollar fármacos
La tecnología de organoides puede utilizarse potencialmente para determinar si un fármaco podría funcionar contra la enfermedad en un individuo. Cada organoide lleva los genes de la persona que proporcionó la muestra de sangre. Esto lo convierte en un “gemelo” del revestimiento de las trompas de Falopio de esa persona. En los organoides pueden probarse múltiples fármacos sin exponer al paciente a ellos.

Este estudio representa un uso apasionante de las IPSC que nos acerca más que nunca a la mejora significativa de los resultados para las mujeres con este tipo común de cáncer de ovario“. Así lo resalta Jeffrey Golden, vicedecano de Investigación y Educación de Posgrado y director del Instituto de Investigación Burns y Allen en el Cedars-Sinaí.

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