Casi el 50% de médicos de atención primaria reconoce que la continuidad asistencial del ictus es “inadecuada”

Un estudio de la SEMG revela que los médicos de AP tienen un buen conocimiento sobre prevención del ictus, pero la continuidad asistencial a los pacientes no es la adecuada

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..Cristina Cebrián.
La continuidad asistencial en atención primaria (AP) de pacientes con ictus tras recibir el alta hospitalaria es la asignatura pendiente del sistema sanitario. Según una investigación desarrollada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el 49,3% de los médicos de atención primaria reconoce que la continuidad asistencial del ictus al alta “es inadecuada”.

Además, el trabajo publicado en la revista Medicina General y de Familia de SEMG, indica que un 30,8% de los médicos de AP disponen de un plan de continuidad asistencial. En cuanto a la formación y conocimientos sobre el ictus, un 24,1% considera que su formación sobre cuidados post-ictus es adecuada.

Un 24,1% de los médicos de atención primaria considera que su formación sobre cuidados post-ictus es adecuada

Aunque la tasa de mortalidad por enfermedades cerebrovasculares (ECV) en Europa está disminuyendo, el número de ictus está aumentando. Esto se debe al envejecimiento progresivo de la población. De hecho, se prevé que entre 2015 y 2035 se produzca un aumento del número total de ictus en la UE del 34%. En España, en 2017 las ECV fueron la segunda causa de muerte en la población general y la primera causa de muerte en las mujeres.

Por otro lado, al aumentar las tasas de supervivencia, cada vez hay más personas que viven con secuelas de un ictus y que precisan de recursos sanitarios especializados. Se trata de la primera causa de discapacidad aguda en mayores de 65 años y la segunda causa de demencia, por detrás de la enfermedad de Alzheimer. De ahí la importancia de que los médicos de AP conozcan cómo abordar esta patología en sus consultas tras el alta hospitalaria.

El 54,3% de los médicos de AP conoce que la hipertensión arterial es el factor de riesgo con mayor asociación al ictus

Despistaje de factores de riesgo vascular
Los Dres. María Isabel Egocheaga, María Sanz, Mª José Peña, Carlos Miranda y María Pilar Rodríguez Ledo, en representación del Grupo de Cardiovascular de SEMG, han elaborado este estudio con el objetivo de “valorar el grado de conocimiento y actitudes sobre ictus, incluyendo prevención primaria y secundaria y cuidados posteriores al alta, entre los médicos de atención primaria”.

Para ello, elaboraron un cuestionario sobre abordaje del ictus por estos profesionales sanitarios y lo enviaron a 18.600 direcciones de la base de datos de SEMG, lo que representa el 52,34% de los médicos de AP españoles. El 73,9% de los encuestados trabaja en consulta y un 65,5% desarrolla su labor en el ámbito urbano.

ictus-pandemia-secuelasEn cuanto al abordaje del ictus en consulta, el 93% de ellos realiza despistaje de los factores de riesgo vascular. Asimismo, más del 90% de los facultativos reconoce una asociación fuerte con hipertensión arterial (HTA), tabaco, diabetes, fibrilación auricular, dislipemia, estenosis carotídea, hipercoagulabilidad, ictus previo.

“Existe una inadecuada continuidad asistencial en AP y la mayoría de los encuestados reconoce tener carencias formativas sobre el ictus”

Por otro lado, el estudio revela que el 54,3% de los médicos de AP conoce que la HTA es el factor de riesgo con mayor asociación al ictus. Asimismo, el 49,1 % antiagregarían a pacientes mayores de 75 años con ictus cardioembólico por fibrilación auricular.

En conclusión, los autores del trabajo señalan que los médicos de atención primaria en España “tienen un buen nivel de conocimientos sobre prevención primaria y secundaria del ictus”. Sin embargo, advierten de que “la atención al paciente al alta hospitalaria no es satisfactoria”. También añaden que existe una “inadecuada continuidad asistencial y la mayoría de los encuestados reconoce tener carencias formativas” sobre esta patología.

Por todo ello, sería necesario mejorar estos aspectos ya que se ha demostrado que el inicio precoz de la rehabilitación en las primeras semanas tras el ictus mejora el resultado funcional. De hecho, los autores explican que la rehabilitación “consigue menor grado de discapacidad y mayor calidad de vida e independencia a largo plazo”. La mayoría de encuestados conoce este hecho, “pero solo dos terceras partes comprueban si los pacientes tienen pautado el tratamiento rehabilitador tras el alta hospitalaria”, concluyen los autores.

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