Los pacientes que han sufrido un ictus en los meses de pandemia tienen mayores comorbilidades

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..Redacción.
Las personas que se han visto afectadas por un ictus en los peores meses de la pandemia de Covid-19 presentan ahora mayores comorbilidades que en los casos sucedidos en años anteriores, según informa la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). El Dr. Francisco Aranda, que coordina el Grupo de trabajo de Neuro-Ictus de Semes explica que estas secuelas se deben a dos motivos causados directamente por la pandemia. “Por un lado, el miedo de la población de acudir a los hospitales, lo que agrava el estado del paciente; por otro lado, a causa de los tiempos de respuesta de los servicios, que se vieron afectados por los protocolos Covid”.

Dr. Aranda: “El miedo a acudir a los hospitales en la pandemia agrava el estado del paciente de ictus y los tiempos de respuesta de los servicios se vieron afectados por el Covid-19”

Tanto Semes como otras sociedades científicas ya adviertieron durante el confinamiento del impacto que la crisis sanitaria tendría en esta y otras patologías. Muchas de ellas deben tratarse de forma urgente para tener un mejor pronóstico y el miedo al contagio y la saturación del sistema sanitario, juegan en contra en situaciones como el ictus, ya que, “por cada minuto en el que una persona sufre isquemia en el cerebro, se pierden casi dos millones de neuronas y 14 billones de conexiones neuronales”, señala el Dr. César Carballo, Vicepresidente de Semes Madrid.

Con estos datos, añade que “una hora supone un envejecimiento cerebral de 3,6 años y una pérdida de 120 millones de neuronas”. El especialista ha remarcado que el ictus “es siempre una emergencia médica y debe llamarse inmediatamente al 112 ante los primeros síntomas, pedir una ambulancia y decir que es un ictus”.

Dr. Carballo: “En un ictus una hora supone un envejecimiento cerebral de 3,6 años y una pérdida de 120 millones de neuronas”

Desde Semes Divulgación, una de las áreas de trabajo de la sociedad, recuerdan que los síntomas del ictus suele aparecer de forma brusca. Entre los principales síntomas que suelen darse se encuentra la desviacón de la comisura bucal, trastornos de sensibilidad y de fuerza en la cara, el brazo o la pierna de un mismo lado del cuepo, alteraciones del habla o directamete dificultad o imposiblidad de hablar, dolor de cabeza fuerte y súbito que no pasa con analgésicos, pérdida de visión y sensación de vértigo.

Según los datos de la sociedad científica, uno de cada seis españoles sufrirá un ictus a lo largo de su vida. En España cerca de 120.000 personas sufren un ictus al año. De ellas, en torno a 40.000 fallecen. Además, cerca de un 30% de los pacientes sufren algún tipo de discapacidad tras un ictus. Por eso actualmente más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un infarto cerebral. Esta enfermedad también supone un coste directo sanitario de dos mil millones de euros cada año y un coste indirecto de 6.500 millones anuales.

Actualmente más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un ictus

Por último, los expertos afirman que es necesario profundizar en las necesidades de los profesionales de urgencias y emergencias para poder dar respuesta a la atención de los pacientes. Aseguran que la creación de la especialidad de Medicina y Enfermería de Urgencias y Emergencias supondría una ayuda para abordar estos casos. Es una de sus principales reivindicaciones desde hace años. “En un ictus, un minuto puede salvar una vida” apunta el Dr. Carballo, “y los profesionales de emergencias y urgencias somos los responsables de ese minuto”.

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