Sustituir la válvula aórtica con una válvula pulmonar del propio paciente mejora la supervivencia, según investigadores del Monte Sinaí

A los 15 años la mortalidad global era más del doble si los pacientes recibían una válvula aórtica biológica o mecánica frente al procedimiento de Ross, que se asoció también a un menor riesgo de ictus y hemorragias graves

Imagen: Current status of the Ross procedure in aortic valve surgery. Feb 2017. El-Hamamsy, Ismail

..Redacción.
El procedimiento de Ross, que utiliza una válvula pulmonar del propio paciente para sustituir la válvula aórtica enferma, se postula como una opción más favorable que la implatación de una válvula mecánica o biológica más estándar en pacientes menores de 50 años. Es la conclusión de un estudio del Hospital Monte Sinaí de Nueva York (Estados Unidos) que compara por primera vez el procedimiento de Ross con las otras opciones y muestra que conduce a una mayor supervivencia y mejores resultados en adultos jóvenes. Los resultados de la investigación se acaban de publicar en un artículo en el Journal of American College of Cardiology, que recoge Europa Press.

El estudio compara por primera vez el procedimiento de Ross con otro tipo de sustitución de válvula aórtica 

“La supervivencia no sólo fue mejor que tras la sustitución de la válvula aórtica biológica o mecánica, sino que también fue idéntica a la de la población general estadounidense emparejada. Hasta la fecha, ésta es la única operación que ha demostrado restablecer la supervivencia tras la sustitución de la válvula aórtica en adultos jóvenes, afirma el autor principal, el Dr. Ismail El-Hamamsy, catedrático de Cirugía Cardiovascular de la Facultad de Medicina Icahn del Monte Sinaí.

“Se trata de un gran acontecimiento porque demuestra el impacto de la elección de la válvula a largo plazo”, prosigue el también director de Cirugía Aórtica del Sistema de Salud de Monte Sinai. “Sin embargo, hay una importante advertencia: el procedimiento de Ross es una operación más compleja y sólo debe realizarse en centros de excelencia. Cuando se realiza en ese entorno, representa un gran avance para los pacientes jóvenes con valvulopatía aórtica, incluidas las mujeres jóvenes que se plantean un embarazo”.

Dr. El-Hamamsy: “Se trata de un gran acontecimiento porque demuestra el impacto de la elección de la válvula a largo plazo”

El procedimiento de Ross es una operación más compleja en la que el cirujano sustituye la válvula aórtica enferma por la válvula pulmonar viva del propio paciente, que es una imagen especular de una válvula aórtica normal. Esta es la diferencia fundamental entre el procedimiento de Ross y una sustitución valvular biológica o mecánica. Según el estudio es un factor crítico para el éxito de los resultados a largo plazo en los pacientes.

Los investigadores analizaron los registros de 1.302 pacientes de entre 18 y 50 años que se sometieron por primera vez a una cirugía electiva de sustitución de la válvula aórtica en California y el estado de Nueva York entre el uno de enero de 1997 y el 31 de diciembre de 2014.

Infografía del estudio sobre el procedimiento de Ross y sus ventajas con respecto a la sustitución de la válvula aórtica con otra mecánica o biológica

Los pacientes se dividieron por igual en tres categorías mediante un análisis de coincidencia de propensión para eliminar cualquier diferencia de base; un tercio de ellos se sometió al procedimiento de Ross, un tercio se sometió a una sustitución valvular biológica y el resto a una sustitución valvular mecánica.

A los 15 años, la mortalidad global era más del doble si los pacientes recibían una válvula aórtica biológica o mecánica

El estudio retrospectivo comparó la supervivencia a largo plazo y el riesgo de complicaciones relacionadas con la válvula según el procedimiento quirúrgico. Complicaciones que incluían accidentes cerebrovasculares, hemorragias importantes, la reintervención y la endocarditis aguda.

Los investigadores analizaron los resultados 15 años después del procedimiento y descubrieron que la supervivencia de los pacientes era significativamente mejor tras el procedimiento de Ross. A los 15 años, la mortalidad global era más del doble si los pacientes recibían una válvula aórtica biológica o mecánica frente al procedimiento de Ross.

Además, la supervivencia tras la intervención de Ross después de 15 años era del 93%, idéntica a la de las personas de la misma edad y sexo de la población general estadounidense que no se sometieron a una intervención de sustitución de la válvula aórtica.

La supervivencia tras la intervención de Ross después de 15 años era del 93%, idéntica a la de la población general estadounidense

En cuanto a las complicaciones relacionadas con la válvula, la intervención de Ross se asoció a un riesgo significativamente menor de ictus o hemorragia grave que una válvula mecánica. Estos eventos se dieron en un 3,8% tras una intervención de Ross frente al 13% tras una válvula mecánica a los 15 años.

Asimismo, la intervención de Ross se asoció a un número significativamente menor de reoperaciones (17% frente al 30% a los 15 años). También fue menor el riesgo de endocarditis que una válvula biológica (2,3% frente al 8,5% a los 15 años). Sin embargo, a los 15 años, el riesgo de reintervención era mayor tras un procedimiento de Ross. En estos casos la reintervención se dio en un 17% frente al 7,4% en los casos que tenían una válvula mecánica.

Sin embargo, a los 15 años, el riesgo de reintervención era mayor tras un procedimiento de Ross

El estudio también analizó la mortalidad a los 30 días tras la aparición de cualquier complicación relacionada con la válvula. Entre ellos, el ictus, la hemorragia grave, la endocarditis o la reintervención. La mortalidad tras la endocarditis era del 13,5% y tras un ictus del 5,6%. La mortalidad más baja se dió en los casos de reintervención, con un 1%.

“Este estudio demuestra que, aunque existe un riesgo cierto de reintervención tras el procedimiento de Ross, el riesgo asociado es bajo. En otras palabras, esto debería verse como un bache en el camino, y no como el final del camino. En cambio, si los pacientes sufren un ictus, una hemorragia o una infección, las consecuencias son mucho más graves”, explica el Dr. El-Hamamsy.

La intervención de Ross se asoció a un riesgo significativamente menor de ictus o hemorragia grave que una válvula aórtica mecánica

Hay que dar a los pacientes todos estos datos para que puedan tomar decisiones realmente informadas sobre estos importantes acontecimientos de la vida”, añade. “En última instancia, el procedimiento de Ross se asocia con una mejor supervivencia y menos complicaciones”.

Los autores esperan que esto fomente aún más el desarrollo de centros de excelencia de Ross para mejorar el acceso y la seguridad de los pacientes. Además, el equipo del Dr. El-Hamamsy, que cuenta con la mayor experiencia mundial en esta operación, está trabajando en mejorar aún más la durabilidad del procedimiento de Ross para que sean menos los pacientes que necesiten una reintervención.

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