El párkinson puede tener un epicentro en la región motora de la mano, según una investigación de HM Cinac Madrid

Los resultados del estudio liderado por el Dr. José Pineda han sido publicados por la prestigiosa revista Brain

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..Redacción.
El párkinson podría tener un epicentro en la región motora de la mano. Así lo indica un estudio realizado por el equipo de investigadores del Centro Integral de Neurociencias AC HM Cinac Madrid. Los resultados del trabajo se han publicado en la prestigiosa revista Brain. Este descubrimiento avanza en el conocimiento del patrón de la evolución de la patología. Por tanto, podría facilitar la localización del inicio del proceso degenerativo y favorecer así la máxima eficiencia de los tratamientos o su administración de forma precoz.

El trabajo se ha realizado con el sistema híbrido de imagen multimodal PET/RM, instalado en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur, que ha permitido el seguimiento de 42 sujetos (23 con párkinson y 19 sanos) durante dos años pudiendo cuantificar con gran precisión el grado de denervación dopaminérgica –pérdida de inervación y consiguiente falta de transmisión de impulsos- del circuito nigroestriatal, cuyo papel es fundamental en el control de la movilidad.

La pérdida de dopamina en el estriado contralateral al lado del cuerpo primariamente afectado tiene un epicentro y sigue una progresión radial

Hemos podido delimitar las regiones del cerebro asociadas a los miembros superiores e inferiores (somatotopía). Esto nos ha permitido identificar que el inicio de la denervación dopaminérgica tiene alguna dependencia con la segregación espacial de las estructuras cerebrales. Para lograrlo también nos hemos apoyado en cohortes públicas que contenían datos de 1.200 personas sanas”, explica el principal autor del estudio, el Dr. José Pineda, ingeniero biomédico e investigador de HM Cinac Madrid.

La pérdida de dopamina que se produce en los hemisferios del cerebro cuando surge la enfermedad tiene un epicentro y sigue una progresión radial. El punto de inicio se focaliza en el área que representa a la mano, y avanza hacia las zonas adyacentes como la región del pie a nivel superior y la de la cara a nivel inferior. Así lo revela el estudio longitudinal con el grupo de pacientes con párkinson que, en un principio, manifestaban alteraciones clínicas en los miembros superiores. Al cabo de 2 años, se identifica el mismo patrón focal de denervación dopaminérgica en el otro lado.

La región más vulnerable se localiza en la región motora correspondiente a la representación de la mano. A los 2 años avanza hacia regiones adyacentes siguiendo una organización somatotópica, que se corresponde con las manifestaciones clínicas

Además, el trabajo concluye que la región motora de la mano tiene más actividad dopaminérgica que la del pie. Esto se correspondería directamente con el hecho de que las habilidades motoras que el ser humano ha desarrollado en los miembros superiores requieran un nivel de conectividad y actividad mayor que la de los miembros inferiores.

La presencia de esta mayor densidad de terminales nigroestriatales dopaminérgicos en la región motora de la mano podría hacer que esta región se encuentre más expuesta a agentes nocivos que supongan un factor de riesgo a la hora de desencadenar la enfermedad”, indica el Dr. Pineda. De esta manera, se identifica qué región del núcleo estriado es la más vulnerable, lo que resulta de gran relevancia a la hora de maximizar la eficiencia de los tratamientos.

Haciendo una analogía entre este estudio y la identificación de la localización de un tsunami, si se detectara el punto exacto del mar en el que pudiera originarse, podría preverse, tomar las precauciones adecuadas y minimizar el impacto y su coste. De la misma manera, si podemos localizar el inicio del proceso degenerativo y determinar con gran precisión cuáles son las regiones más vulnerables, podremos situar nuestra diana terapéutica», detalla el Dr. Pineda.

Dr. José Pineda: “Si podemos localizar el inicio del proceso degenerativo y determinar con gran precisión cuáles son las regiones más vulnerables, podremos situar nuestra diana terapéutica”

Dentro del arsenal de posibilidades de estas técnicas terapéuticas, de las que HM Cinac Madrid es centro de referencia, los ultrasonidos focalizados de baja intensidad (LIFU) permiten incrementar la permeabilidad de la barrera hematoencefálica de forma focal, abriendo una puerta hacía la entrega de agentes terapéuticos que en condiciones normales no podrían acceder al sistema nervioso central. Así, se contempla suministrar factores neurotróficos, anticuerpos, e incluso terapia génica a las regiones más vulnerables del cerebro.

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