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Un 45% de empleados públicos consume prácticamente a diario fármacos psicoactivos (ansiolíticos, antidepresivos y somníferos, entre otros). Así lo ha determinado un estudio elaborado por CSIF. El estudio se ha realizado mediante entrevistas a más de 2.000 personas que trabajan en diferentes ámbitos de las administraciones públicas. Estas entrevistas se han realizado también a personas que están en sanidad y educación.
De acuerdo la encuesta, el consumo diario de ansiolíticos, antidepresivos o somníferos es casi generalizado en todos los ámbitos de la administración, Tiene especial incidencia en sanidad y educación.
El consumo de ansiolíticos antidepresivos somníferos tiene especial incidencia en sanidad y educación
El perfil mayoritario es el de una mujer de entre 45 y 54 años, trabajadora de la sanidad pública o de un centro educativo. Consume ansiolíticos a diario por soportar un exceso de carga de trabajo o por pensar que carece del debido reconocimiento profesional.
Según la encuesta, los psicofármacos más consumidos son ansiolíticos (66% de los encuestados reconoce su uso), antidepresivos (43,6%) y somníferos (32,1%). Un 51% de los encuestados asegura consumir a diario, un 13% varias veces a la semana y un 21% alguna vez al mes. Solo un 15% asegura que consume en el último año.
El 76% manifiesta que el trabajo le influye a la hora de consumir estas sustancias: un 54,2% lo relaciona por un exceso de carga de trabajo, un 44,6% por el escaso reconocimiento profesional y un 37,7% por el mal clima laboral (conflictos, situaciones de acoso, etc). Además, un 21,22% relaciona el uso de estos fármacos con la inseguridad laboral (temporalidad, interinidad, etc.), un 20,6% con los problemas con los usuarios a los que presta servicio y un 12,6% con los problemas económicos.
Los psicofármacos más consumidos son ansiolíticos (66% de los encuestados reconoce su uso), antidepresivos (43,6%) y somníferos (32,1%)
Otro dato significativo es que más de la mitad (55%) de los encuestados reconoce que no consumía esta medicación antes de la pandemia. Por otro lado, el 93% se queja de la ausencia en sus centros de trabajo de iniciativas sobre protección de la salud mental.