Redacción
La Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (Fesmes), a través de su presidente, el doctor Carlos Egea, y de su secretario, el doctor Javier Puertas, compareció ayer ante la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados. Reivindicaron la necesidad de crear un área de capacitación específica (ACE) para la medicina del sueño. El objetivo es abordar con garantías los trastornos del sueño, convertidos ya en “un problema de salud pública”. Esta intervención se produjo semanas después de la aprobación de una Proposición no de Ley, el pasado 2 de noviembre. En ella instaban al Gobierno a analizar las necesidades formativas de los especialistas en ciencias de la salud en relación con los trastornos del sueño.
En su comparecencia, el doctor Carlos Egea declaró que el abordaje de los trastornos del sueño deberían ser “una cuestión de máxima prioridad sanitaria”. Según datos aportados por Fesmes, en España más de un 10% de la población padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave. Otro 30% se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finaliza el día muy cansado.
Segúm Fesmes, la ausencia de una ACE para la medicina del sueño genera una oferta actual de profesionales “insuficiente” y puede tener “graves repercusiones asistenciales”, ya que no garantiza una atención de calidad a los pacientes
Este déficit crónico de sueño va en aumento y se refleja en el incremento del consumo de sustancias como alcohol, cafeína, estimulantes e hipnóticos. Otra consecuencia es la explosión de la automedicación con preparados de venta libre que contienen melatonina. “España repite entre los cinco primeros países del mundo con un consumo de benzodiazepinas por encima de las 50 dosis diarias por cada mil habitantes. Estas sustancias son altamente adictivas. En el caso de las benzodiacepinas, no debe alargarse su consumo durante más de dos–cuatro semanas”, reflexionó el experto.
El Dr. Egea recordó también ante los diputados de la comisión la “función vital del sueño” y el impacto que el déficit de descanso tiene en la aparición de comorbilidades. Los efectos son “devastadores” en todos los sistemas fisiológicos del cuerpo (cáncer, diabetes, ataques cardíacos, infertilidad, obesidad e inmunodeficiencia) y para la salud cerebral. La falta de sueño prolongado se asocia también con la aparición de alzhéimer, ansiedad, depresión, psicosis, trastorno bipolar, suicidio, accidentes cerebrovasculares y dolor crónico.
Dr. Egea: “Esperamos contar con ustedes para dotarnos con la mejor formación y de los mejores profesionales para hacer frente a lo que podemos denominar ya como epidemia de los trastornos del sueño”
Una ACE aportaría seguridad, calidad y atención pormenorizada
El presidente de Fesmes lamentó que la formación y acreditación de los profesionales en medicina del sueño siga siendo “una asignatura pendiente” en España. En este sentido, el doctor Egea reclamó la creación de un área de capacitación específica en medicina del sueño. Según el experto, aportaría seguridad, calidad y atención pormenorizada. “Creemos en la capacidad del Congreso de los Diputados para elevar públicamente la cuestión a los responsables y decisores pertinentes, y esperamos contar con ustedes para dotarnos con la mejor formación y de los mejores profesionales para hacer frente a lo que podemos denominar ya como epidemia de los trastornos del sueño”, argumentó el doctor.
Javier Puertas, secretario de la junta directiva de Fesmes, recordó que a diferencia de lo que sucede en España, “donde los trastornos del sueño siguen ocupando una posición marginal en el conjunto del sistema sanitario , subordinada a la salud mental”, en otros países próximos como Alemania, Francia, Portugal, Hungría y Rumanía, así como en Estados Unidos, Australia y Arabia Saudí, la medicina del sueño ya está reconocida como una subespecialidad médica oficial. Otras naciones como Suecia, Finlandia, Suiza, Holanda y Bélgica también están trabajando en ello.
Dr. Puertas: “Los trastornos del sueño siguen ocupando una posición marginal en el conjunto del sistema sanitario, subordinada a la salud mental. En otros países próximos la medicina del sueño ya está reconocida como una subespecialidad médica oficial”
Para Puertas, el escaso reconocimiento institucional a la medicina del sueño se traduce en una oferta actual de profesionales “insuficiente”. Esto dificulta dar respuesta a las complejas y estructurales necesidades de los trastornos del sueño. Puede tener “graves repercusiones asistenciales” ya que no garantiza una atención de calidad a los pacientes.
“La creación de una ACE fortalecería la profesionalización de la medicina del sueño, reconociendo sus objetivos, su base científica y metodológica, así como su práctica. Daría respuesta a un creciente problema de salud pública. Indudablemente todos estos elementos contribuirán a mejorar la seguridad y calidad asistenciales, así como la salud de los pacientes. Por último, revertiría los efectos que las actuales carencias de reconocimiento y capacitación oficiales están teniendo sobre el SNS”, concluyó el doctor Javier Puertas.