Redacción
La depresión es un problema de salud mental que afecta de manera global a la persona que lo padece, cerca del 4% de toda la población. Además, esta enfermedad también tiene graves repercusiones sociales. Esa es la razón por la que, cada 13 de enero, se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión.
En el caso de España, esa incidencia también se sitúa en torno al 4% de la población, 2 millones de personas aproximadamente. Esta enfermedad es más frecuente entre las mujeres y aumenta su prevalencia con la edad y alcanzando el pico máximo alrededor de los 65 años.
La depresión es una enfermedad que en España presenta una incidencia del 4%, afectando a cerca de 2 millones de personas
Actualmente se asume que no existe una causa única de este trastorno, sino que se trata de una enfermedad en la que concurren una serie de factores ambientales y biológicos. Además, generalmente, se puede identificar al menos un factor desencadenante relacionado con la experiencia vital del individuo como situaciones continuadas de estrés y ansiedad, de lo que tenemos amplios ejemplos de lo vivido durante la pandemia, o una situación socioeconómica precaria, como ocurre en las grandes crisis económicas.
La depresión se caracteriza por una serie de síntomas, entre los que predominan la tristeza, el pesimismo y la anhedonia o incapacidad para sentir placer, alegría o interés en situaciones que habitualmente producían estos sentimientos. Estas manifestaciones, unidas a la dificultad para la concentración, las alteraciones del sueño, o los sentimientos de culpa, impactan en el desempeño cotidiano de la persona en el ámbito familiar, social y laboral. Las manifestaciones más extremas de estos síntomas son la ideación y el intento de suicidio, que ha llegado a convertirse en la principal causa de muerte externa en España.
En este contexto, la profesión farmacéutica tiene un firme compromiso en la lucha contra la depresión, especialmente en su detección temprana, en el apoyo a los pacientes durante su tratamiento, y en la concienciación de la sociedad sobre su incidencia, causas y efectos.
Según la OMS, en 2030 las enfermedades vinculadas a la salud mental serán la principal causa de discapacidad
Prueba de ello es el conjunto de actividades que desarrolla la Organización Farmacéutica Colegial en relación con la depresión y con el conjunto de enfermedades vinculadas a la salud mental que. Según la OMS, en 2030 las enfermedades vinculadas a la salud mental serán la principal causa de discapacidad.
Concretamente una de ellas es el informe publicado con motivo de este Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, para promover el conocimiento sobre los problemas asociados con la salud mental. En dicho informe se detallan las principales características de esta enfermedad. Así, se hace especial énfasis en su farmacoterapia y en el importante papel asistencial que el farmacéutico puede ejercer.
Además otras actividades recientes del Consejo General en este ámbito es la campaña Lumens: dar luz a la salud mental, actualmente en desarrollo, y la acción Adhvierte, dentro de su programa Hazfarma, de la que ya se conocen los resultados.
Más del 60% de los pacientes en tratamiento para la depresión o ansiedad presenta problemas de adherencia al tratamiento
La primera de ellas ha sido llevada a cabo en colaboración con el laboratorio NEURAXPHARM. Así, tiene como objetivo potenciar el papel de los farmacéuticos y de las farmacias comunitarias en el abordaje de la salud mental, mejorando su formación a este respecto y proporcionándoles las herramientas necesarias para la detección de las primeras señales y posterior derivación de los pacientes a los servicios especializados.
Respecto a la segunda iniciativa, Adhvierte de Hazfarma, se trata de un estudio realizado en el primer semestre de 2022, con la participaron de más de 1.800 farmacéuticos de toda España. Este estudio está dirigido a prevenir la falta de adherencia de pacientes en tratamiento para la depresión o la ansiedad. Entre los datos que reveló, destacan que más del 60% de dichos pacientes presenta problemas de adherencia y que entre las causas más habituales de abandono están: el olvido (15,69 %), la falta de compresión tanto de la enfermedad como del propio tratamiento (14,58 %), creer que el medicamento no está siendo efectivo (9,80 %), y el miedo a generar dependencia al mismo (9,04%).