Redacción
En dos semanas el equipo médico español desplazado a Turquía ha atendido a más de 2.700 personas. El equipo montó un hospital al sur de Turquía, cerca de la ciudad de Iskenderun, una zona arrasada por los casi 50.000 muertos dejados por el seísmo. El día 13 de febrero, solo siete días después del terremoto, ya tenía abiertas sus puertas. En los primeros días el ritmo de pacientes era principalmente de atención primaria. También contaba con un quirófano.
Pero todo cambió con la réplica del día 16, llegaron más de 100 pacientes en poco más de hora y media. La mayoría de ellos con traumas y episodios de ansiedad. En Iskederun, tras el primer terremoto, se quedaron con un hospital derruido y el otro con un funcionamiento parcial. Tras la réplica, se cerró lo que quedaba del segundo y también tuvo que cerrar el hospital privado de la zona. A estas alturas el personal sanitario todavía tiene miedo a trabajar dentro de los edificios. En total más de 85.000 edificios han quedado derruidos en toda la zona afectada por el terremoto.
En Iskederun han quedado inutilizados los dos hospitales públicos y el único privado y el dispositivo español en Turquía trabaja sin descanso
Beatriz y Eva, dos enfermeras desplazadas con el equipo español a Turquía aseguran que ha sido tan duro como gratificante. Tanto que se plantean volver si hay una nueva rotación. Lo mismo que piensan ellas lo verbalizan muchos de sus y compañeros. Así lo cuenta la enviada especial de Europa Press, Leyre Guijo. Han sido 70 profesionales los voluntarios de la sanidad pública española. junto a ellos han acudido 12 bomberos y logísticas del Ayuntamiento de Madrid y Summa 112. A todos ellos les han dado el relevo 60 profesionales entre los que hay cirujanos, pediatras, ginecólogos o médicos de urgencia. También hay numerosos enfermeros con la experiencia en distintos campos. A todos ellos se le suma un grupo de especialistas en salud mental aportados por la ONG Médicos del Mundo.
La UE relaja las sanciones a Siria
Los Estados miembros de la Unión Europea han acordado relajar las sanciones contra Siria por la presión del régimen. El objetivo de relajar estas sanciones es facilitar el suministro de ayuda humanitaria ante el terremoto. Los países occidentales no han querido canalizar la asistencia humanitaria a través del Gobierno sirio. Han derivado la ayuda humanitaria a la población más vulnerable a través de las agencias de la ONU y de las ONG que trabajan en el terreno. El problema está en que la zona más afectada por el terremoto sigue bajo el control de grupos rebeldes.
La comida corre por cuenta de Cesal
Cocineros voluntarios de Cesal se están encargando de la comida. Rebeca Hernández, una de las voluntarias muestra un detalle de la angustia que sufren. “El equipo de emergencias nos ha pedido que no les desvelemos lo que van a comer. Tras los largos días que están viviendo, la sorpresa del menú es una ilusión para ellos”.
