Redacción
La noticia del pasado 13 de marzo, sobre 14 casos graves de botulimos en pacientes que se habían sometido a intervenciones para tratar la obesidad en Turquía ha despertado la preocupación sanitaria. Por eso, han salido al paso de las dudas y preguntas generadas en torno a estos casos los expertos españoles en abordaje y tratamiento de la obesidad, para alertar de los riesgos del llamado turismo sanitario y advertir de que la técnica a la que se sometieron los 14 pacientes afectados por botulismo carecen de aval científico en España y en otras zonas del mundo como Estados Unidos.
El tratamiento con inyección de toxina botulínica en el estómago por vía endoscópia realizada a los 14 afectados de botulismo grave no está avalada por las sociedades científicas, según la SECO
La Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad y de las Enfermedades Metabólicas (SECO), ha emitido un comunicado en el que afirma que el tratamiento con inyección de toxina botulínica en el estómago por vía endoscópia, que es la técnica que se realizó a los 14 pacientes en Turquía, no está entre las avaladas por las sociedades científicas. Ni la propia SECO en España, ni la Asociación Americana de Cirugía Bariátrica (ASMBS) en Estados Unidos ni la Federación Internacional de Cirugía de la Obesidad y los Desórdenes Metabólicos (IFSO).
Explican que las técnicas no avaladas “solo pueden ser realizadas en centros con experiencia y en el seno de ensayos clínicos controlados”. Además, señalan que los ensayos clínicos que se han realizado con toxina botulínica en el tratamiento de la obesidad o sus comorbilidades “no han demostrado una pérdida de peso significativa y mantenida”.
Las técnicas no avaladas “solo se pueden realizar en centros con experiencia y en el seno de ensayos clínicos controlados”
Según explica la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), la intevención a la que se sometieron los 14 pacientes afectados en Turquía se realiza bajo control endoscópico por vía oral y consiste en administrar toxina botulínica serotipo A mediante inyecciones intragástricas multiples, “generalmente más de 10”, a nivel de la capa muscular del antro gástrico y del cuerpo o fundus gástrico.
La toxina botulínica tipo A, que se utiliza para tratamientos estéticos, cefaleas, distonía muscular o cardioespasmo de la aclasia, entre otras patologías, produce parálisis muscular local. Por eso se usa para tratar diversas patologías seduncarias a la contracción muscular excesiva. La SEEDO afirma que “se puede utilizar en casos debidamente seleccionados en pacientes con preobesidad y obesidad”.
La SEEDO considera necesario que se investigen los motivos “de mala praxis médica” que puedieron causar las complicaciones que presentaron estos 14 casos grave de botulismo
Es un tratamiento temporal que tiene efecto sobre la motilidad gástrica, retrasando el vaciamiento gástrico y produciendo saciedad precoz. De esta forma se facilita seguir unos hábitos alimentarios saludables y conseguir una pérdida del exceso de peso. “Según estudios publicados, esta técnica endoscópica es generalmente bien tolerada y segura, aunque su efecto es limitado y temporal, con una duración de hasta unos seis meses”, añaden los expertos.
Creen que es necesario que se investigen los motivos “de mala praxis médica” que puedieron causar las complicaciones que presentaron estos 14 casos grave de botulismo. Señalan la calidad de la toxina botulíinica tipo A, las dosis totales que se administraron, la localización de las inyecciones y la profundidad a nivel de la capa muscular en la que se hicieron así como la posiblidad de que se haya producido alguna inyección intravascular, como los factores que llevaron a las complicaciones en estos pacientes.