Cristina Cebrián
El modelo de farmacia rural en nuestro país se enfrenta, desde hace tiempo, al reto demográfico que supone la pérdida de población en estos territorios, la llamada España vaciada. A pesar de ello, los farmacéuticos rurales trabajan cada día para mantener y mejorar la calidad de vida de estas poblaciones, cada vez más envejecidas.
El valor que aportan estos profesionales al sistema sanitario y económico español se refleja en datos concretos, ya que producen un impacto económico de 1.600 millones de euros anuales y aportan 23.600 empleos a jornada completa, lo que contribuye a fijar población. Estas son algunas de las conclusiones del informe “Aportación de valor del modelo de Farmacia a la cohesión social y el reto demográfico”, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) y presentado a principios de año en el Senado.
Mario Domínguez: “Confiar en la farmacia rural es invertir y apostar por la mejora de la calidad de vida de la población rural y por el futuro de nuestros pueblos”
“La farmacia rural, además de ser una infraestructura sanitaria esencial, contribuye a fijar población, en especial femenina y en edad de trabajar, y favorece el empleo, posicionándose como un actor fundamental para hacer frente al reto demográfico”, asegura a iSanidad Mario Domínguez, presidente del Colegio de Farmacéuticos de La Rioja. Desde su experiencia, este farmacéutico recuerda que muchos de los pacientes que acuden a la farmacia rural son personas mayores, pacientes vulnerables y crónicos.
Por ello, es fundamental desarrollar servicios farmacéuticos asistenciales para el seguimiento de sus tratamientos, así como programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades. Estos son precisamente los objetivos que persigue el Programa de Farmacia Comunitaria Rural. A principios del mes de marzo, los ministerios de Sanidad, de Transición Ecológica y de Derechos Sociales y el Consejo General de Farmacéuticos (Cgcof) firmaron en La Rioja el protocolo para crear este programa.
Los principales beneficiarios del Programa de Farmacia Comunitaria Rural, del Cgcof, serán los 7,6 millones de personas, el 16,1% de la población, que viven en el ámbito rural
“Los principales beneficiarios del protocolo serán esos 7,6 millones de personas, el 16,1% de la población, que viven en el ámbito rural”, explica Domínguez. En su opinión, se trata de un paso muy importante para avanzar en el futuro modelo de atención sociosanitaria a población rural. “Su objetivo también es contribuir a la viabilidad económica de las farmacias, porque confiar en la farmacia rural es invertir y apostar por la mejora de la calidad de vida de la población rural y por el futuro de nuestros pueblos”, afirma.
El reto demográfico en Castilla-La Mancha
No hay que olvidar que en torno al 83% de las farmacias en riesgo económico se encuentran en la España vaciada y mantenerlas es fundamental para combatir la despoblación. “Debemos dotar de servicios fundamentales a estos municipios y la prestación farmacéutica es uno de ellos. Son farmacias que han demostrado que, además del servicio sanitario que ofrecen, contribuyen a fijar población y favorecen el empleo”, explica Francisco Izquierdo, presidente del Consejo de Farmacéuticos de Castilla La Mancha.
Francisco Izquierdo: “Las farmacias rurales han demostrado que, además del servicio sanitario que ofrecen, contribuyen a fijar población y favorecen el empleo”
En este sentido, la Ley de Reto Demográfico de Castilla-La Mancha supone un impacto positivo para los pacientes de esta región. Desde el sector farmacéutico están trabajando con la administración pública “para que el farmacéutico se convierta en una pieza más del grupo multidisciplinar que debe atender al paciente, haciendo aún más integral dicha asistencia”, añade Izquierdo, quien sostiene que en Castilla-La Mancha han dado “un paso al frente” en la prestación de un servicio integral a pacientes vulnerables.
Con una población de 185 habitantes, Villel de Mesa (Guadalajara, Castilla-La Mancha) es un buen ejemplo de cómo la labor farmacéutica ayuda a pacientes vulnerables de la España vaciada a mantener su adherencia a los tratamientos. Francisco Aceituno, farmacéutico de esta localidad castellanomanchega, comenta con iSanidad los beneficios que aportan a la población rural herramientas como Mi Farmacia Asistencial, desarrollada por el Cgcof, que permite dar acceso a los farmacéuticos a la información de su medicación y al resultado de sus tratamientos, estén donde estén, acudiendo a cualquier farmacia que esté adherida.
Con una población de 185 habitantes, Villel de Mesa (Guadalajara) es un buen ejemplo de cómo la labor farmacéutica ayuda a pacientes vulnerables de la España vaciada a mantener su adherencia a los tratamientos
“La media de edad de la población en el medio rural suele ser muy alta y, para conseguir que estas personas tengan una mejor calidad de vida y mantengan su independencia durante más tiempo, poder ofrecerles este tipo de servicios es imprescindible”, detalla Aceituno. Además, bajo su punto de vista, “sería muy interesante que las autoridades pertinentes en consonancia con los colegios profesionales pusieran los medios y facilitaran que los pacientes del ámbito rural no tuvieran que prescindir de algunos servicios a los que solo se puede llegar en poblaciones mayores”.
Herramientas para mejorar la adherencia
Uno de los servicios disponibles actualmente en farmacias rurales de nuestro país es el Sistema Personalizado de Dosificación de Medicamentos (SPD). A través de este, el paciente puede seguir su tratamiento con la organización de su medicación por días y tomas para un tiempo determinado. Para ello, el farmacéutico utiliza un envase tipo blíster con alvéolos donde introduce las dosificaciones de los distintos medicamentos para cada toma diaria.
Francisco Aceituno: “El programa SPD va enfocado a mejorar la adherencia terapéutica de los pacientes pero, al mismo tiempo, sirve para realizar un control y revisión de toda su medicación”
“No se trata de realizar un pastillero, el programa SPD va enfocado a mejorar la adherencia terapéutica de los pacientes pero, al mismo tiempo, sirve para realizar un control y revisión de toda su medicación. Además, al facilitarle al paciente el acceso a la medicación, se evitan problemas, confusiones, errores, posibles duplicidades o incluso efectos secundarios”, matiza el farmacéutico de Villel de Mesa.
Para el sistema sanitario el beneficio de esta herramienta también es evidente. “¿Cuántas visitas evitamos al médico y a los servicios de urgencias? ¿cuánto gasto se ahorra en medicación no utilizada, infrautilizada o que puede generar problemas en los pacientes?”, se pregunta Aceituno. La respuesta la encuentra en su labor diaria: “Con el uso del SPD he obtenido valores de adherencia terapéutica por encima del 85% en todos los casos y, en su mayoría, rozando el 100%”.
En esta línea, Francisco Izquierdo recuerda que el papel del farmacéutico rural también es clave a la hora de realizar el seguimiento terapéutico de los pacientes. “El problema de la falta de adherencia a los tratamientos es una realidad en la que está trabajando la profesión. En el ámbito rural, cuya población en muchas ocasiones es mayor y polimedicada, el farmacéutico es, en muchas ocasiones, el único profesional y centro sanitario disponible para favorecer el cumplimiento de los tratamientos. Además, existe evidencia que confirma que la intervención del farmacéutico mejora los índices de adherencia a los tratamientos y contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario”, concluye.