Redacción
Las organizaciones de pacientes ejercen un papel fundamental como agente social en la defensa de los derechos del colectivo de pacientes y en la mejora de su calidad de vida. Los acompañan, al igual que a sus familias, en el proceso de convivir con una enfermedad crónica, les ofrecen información sobre sus patologías y también impulsan su participación activa en el sistema sanitario. Prestan servicios relacionados con la educación sanitaria, la sensibilización social, la rehabilitación, la asistencia social, el apoyo psicológico, el asesoramiento legal, el acceso a centros institucionalizados como residencias, centros de día, centros especiales de empleo, etc., y la investigación, entre otros.
Sin embargo, a pesar de que su papel ha crecido en relevancia y visibilidad en estos últimos años, el porcentaje de pacientes asociados sobre el total de afectados por alguna enfermedad crónica en España varía dependiendo de la enfermedad en cuestión y de la organización de pacientes relacionada, pero continúa siendo bajo. Actualmente, se estima que tan solo un 3% de los casi 19 millones de enfermos crónicos que viven en nuestro país forma parte de alguna asociación según datos de la Federación Española de Diabetes (FEDE).
Tan solo un 3% de los casi millones de enfermos crónicos que viven en nuestro país forma parte de alguna asociación de pacientes
Por ello, a pesar del enorme trabajo que realizan estas organizaciones para aportar valor a los pacientes y defender sus intereses y derechos, sigue siendo necesario divulgar su trabajo y darlo a conocer, según se desprende de las conclusiones del encuentro “El impacto de valor de las organizaciones de pacientes”, organizado por GSK. En él se han reunido representantes de algunas de las organizaciones de pacientes más relevantes de toda España: la Plataforma de Organizaciones 0de Pacientes (POP), la Asociación de Pacientes con epoc (Apepoc), Sevilla Respira, la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (Aeacap) y la Federación Española de Diabetes (FEDE).
Existen cinco grandes campos en los que trabajan estas organizaciones actualmente en España: la información a los pacientes, familiares y sociedad; la mejora de la relación entre médico y paciente; la participación en la toma de decisiones clínicas; el acceso del paciente a la asistencia sanitaria; y la participación de los pacientes en la política sanitaria y la defensa de sus derechos. “Las organizaciones de pacientes son agentes sociales imprescindibles que, además, visibilizan las necesidades no cubiertas de los pacientes, y tienen un gran potencial transformador sobre el sistema sanitario, con capacidades para impactar mejor y de forma más eficiente en la salud”, ha explicado Pedro Carrascal, director de la POP.
Las organizaciones de pacientes ejercen un papel fundamental como agente social en la defensa de los derechos del colectivo de pacientes y en la mejora de su calidad de vida
Pero, sobre todo, “las asociaciones escuchan desde la empatía, acompañan desde la experiencia compartida, asesoran en el autocuidado, suponen un importante apoyo en el ámbito psicológico y ocupacional y constituyen la voz de las personas enfermas y de su entorno ante el sistema sanitario”, ha señalado Nicole Hass, portavoz de Apepoc.
Por su parte, Mercedes Maderuelo, gerente de FEDE, ha destacado la labor educativa y formativa en salud que tienen las organizaciones. De hecho, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las organizaciones de pacientes, más allá del desconocimiento existente entre la ciudadanía, o entre los propios pacientes crónicos, tiene que ver con la falta de formación que se proporciona a este colectivo, en muchas ocasiones motivada por la saturación asistencial.
“Por eso, desde FEDE, estamos llevando ahora mismo a cabo una campaña Prescribe Asociacionismo, para que, una vez hayan diagnosticado la diabetes u cualquier otra patología, los profesionales sanitarios deriven al paciente a las asociaciones de pacientes, en donde encontrarán refuerzo en el ámbito formativo, con el objetivo de poder abordar adecuadamente su patología y, así, reducir ostras complicaciones de salud. Además, las asociaciones son clave para que los pacientes puedan conocer a otras personas en su misma situación y poder compartir sus experiencias entre iguales”.
Las asociaciones deben trabajar de manera colaborativa, mejorar sus estrategias de comunicación y marketing para darse a conocer y profesionalizar su gestión
Mejorar la comunicación y profesionalizar la gestión, retos del futuro
“Por un lado, la falta de conocimiento de los potenciales beneficios y, por otro, la falta de capacidad de las asociaciones por estar más conectadas con la sociedad son un problema. Una mayor articulación con el sistema sociosanitario ayudaría a la continuidad asistencial y facilitaría mucho este proceso de participación en las asociaciones”, ha asegurado Carrascal. Asimismo, ha añadido que, para conseguirlo, “mejorar nuestra comunicación y marketing es fundamental. Esto va unido a la importancia de profesionalizar nuestra gestión, reforzar la formación de nuestros profesionales, identificar futuros líderes en las entidades que hagan que la sociedad entienda en el lenguaje y contexto actuales el gran valor que aportamos”.
Para la portavoz de Apepoc, una de las mayores dificultades, que explica el bajo nivel de asociacionismo en España, reside también en la falta de un diálogo fluido entre los distintos agentes presentes en el sistema sanitario. Según un informe reciente de la POP, en 2020, entre el 80% y el 84% de las organizaciones de pacientes que participaron en el estudio se reunieron con autoridades del ámbito social y sanitario, y en cerca de la mitad de los casos analizados, las propuestas realizadas por las organizaciones consultadas no llegaron a materializarse.
“No debemos olvidar que los pacientes tienen capacidad para corresponsabilizarse y autocuidarse y, en este sentido, las asociaciones podemos ser aliados importantes a la hora de potenciar su implicación en la toma de decisiones médicas. Por otra parte, la problemática de la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, con un crecimiento de la cronicidad y el envejecimiento de la población y las comorbilidades asociadas, requieren de la participación de todos los agentes, pero ¿cuántos profesionales y sociedades científicas colaboran activamente con alguna asociación de pacientes?”, se ha preguntado Nicole Hass.
Las asociaciones son clave para que los pacientes puedan conocer a otras personas en su misma situación y poder compartir sus experiencias entre iguales
“Es necesario trabajar de manera conjunta entre las propias asociaciones, más allá de las iniciativas individuales”, ha concluido Mercedes Maderuelo, “porque al final todos tenemos una serie de causas muy comunes, como el abordaje de la cronicidad, la mejora de la calidad de vida de los pacientes, el acceso a la innovación y la petición de apostar más por la investigación y la formación, y todo ello desde la transparencia y poniéndonos a disposición de la administración pública para trabajar todos juntos en pro del beneficio de los pacientes, primero, y en general, por la salud de la sociedad”.