Redacción
Las estancias temporales en residencias para personas mayores se han convertido en una herramienta esencial que aporta grandes beneficios tanto para los residentes como para sus cuidadores. Prueba de ello es que la demanda para acceder a este recurso aumenta cada verano.
El descanso y la desconexión que ofrecen estos servicios a las personas que habitualmente se ocupan de los cuidados es una de las grandes ventajas ya que las personas en situación de dependencia o con enfermedades neurodegenerativas severas requieren cuidados que pueden resultar abrumadores y, en muchas ocasiones, acaban teniendo un considerable impacto en el estado físico y mental del cuidador.
Amavir ofrece programas de respiro familiar pensados para que las familias que cuidan durante todo el año de una persona dependiente puedan disfrutar de unos días de respiro
Para aliviar la ansiedad y paliar las tensiones derivadas de esta situación, Amavir cuenta en sus residencias con programas de respiro familiar, ingresos de corta o media estancia pensados para que las familias que cuidan durante todo el año de una persona dependiente puedan disfrutar de unos días de respiro o vacaciones con la confianza de que, durante este tiempo, sus mayores van a estar bien cuidados y atendidos.
Estas herramientas aportan también importantes beneficios a los residentes que acuden a los centros de manera puntual.
Asistencia plena y confort emocional
El personal de Amavir está preparado para cubrir todas las necesidades que presentan los ancianos con un determinado grado de dependencia o que padecen enfermedades severas como el Alzhéimer.
Además de tener a su disposición un equipo cualificado que vela por su asistencia durante las 24 horas del día, las residencias y centros de día del grupo cuentan con un programa de actividades físicas y de refuerzo cognitivo que permite a los residentes obtener una mayor independencia y calidad de vida.
Los mayores pueden mantenerse activos gracias al trabajo de una plantilla multidisciplinar que contribuye a fortalecer sus competencias, promover su autonomía personal e impulsar su participación en terapias innovadoras y no farmacológicas que fomentan el envejecimiento activo y ayudan a prevenir y retrasar el deterioro cognitivo. Un ejemplo de ello son las terapias con animales, que han demostrado ser muy eficaces a todos los niveles.
El personal de Amavir está preparado para cubrir todas las necesidades que presentan los ancianos con un determinado grado de dependencia
A través de programas de estimulación se estimulan capacidades cognitivas que pueden prevenir o retrasar el deterioro cognitivo en personas mayores. En Amavir los residentes reciben una atención integral e individualizada adaptada a las necesidades de cada persona, con actividades que fomentan el envejecimiento activo.
Asimismo, compartir la vida cotidiana con otros residentes también aporta numerosas ventajas. La convivencia común entre los mayores ayuda a intercambiar experiencias, potencia sus habilidades comunicativas y cognitivas y genera respeto a sus historias de vida otorgando una sensación de bienestar vital.
Por otro lado, las estancias temporales también contribuyen a favorecer un cambio en la rutina de las personas mayores. Además de estar supervisados permanentemente por el equipo médico del centro, durante estos días los residentes tienen la oportunidad de disfrutar de un amplio abanico de actividades como fisioterapia, rehabilitación, animación cultural, psicología, terapia, peluquería o atención religiosa que les ayudan a mantener o incluso mejorar su estado físico y cognitivo.
Descanso y desconexión para los cuidadores
Cuidar a una persona mayor en situación de dependencia no es una tarea fácil, y en ocasiones puede producir agotamiento mental, físico y emocional.
Durante las estancias temporales los residentes tienen la oportunidad de disfrutar de un amplio abanico de actividades que les ayudan a mantener o mejorar su estado físico y cognitivo
Aquellos que cuidan también necesitan cuidarse a sí mismos para seguir afrontando esta dura tarea y, de hecho, numerosas organizaciones médicas señalan la importancia de “cuidar al cuidador” para prevenir el síndrome del cuidador quemado, que a largo plazo puede acarrear graves repercusiones psicosociales.
Por eso, una de las mayores contribuciones de las plazas temporales es el descanso que proporcionan a los familiares que se encargan de estas funciones habitualmente. Gracias a estos programas asistenciales, el cuidador puede recuperar su estado de ánimo, reaprender a gestionar su salud mental y emocional con la tranquilidad de saber que su familiar se encuentra en buenas manos.