Victoria Guillén
Las enfermedades cardiovasculares afectan actualmente a más de 11 millones de personas, casi un 25% de la población española. Además, son la primera causa de mortalidad en nuestro país. En este sentido, el Dr. Gonzalo Pizarro, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital QuirónSalud Ruber Juan Bravo (Madrid), ha señalado que “debido a la gran prevalencia de estas enfermedades resulta necesario disponer de una polipíldora útil y eficaz”. Así, el especialista ha explicado en Doryos, una plataforma de conocimiento médico hecha por y para médicos, las principales ventajas del uso de la polypill en la prevención del riesgo cardiovascular.
“Una polypill es una píldora que contiene una combinación de fármacos, habitualmente hipertensivos (IECAs y diruréticos), estatinas para reducir el colesterol y antiagregantes. Algunas pueden contener también antidiabéticos e, incluso, ácido fólico”, ha destacado el Dr. Pizarro. Conseguir sacar al mercado una polypill puede parecer un proceso sencillo. Sin embargo, a su juicio, la formulación es uno de los principales problemas a la hora de diseñar este tipo de fármaco. “Existen muchos impedimentos a la hora de diseñar, implementar y valorar la eficacia de las polipíldoras”, ha añadido.
Para el Dr. Pizarro una de las principales ventajas del uso de las polipíldoras es el coste-efectividad respecto a otros tratamientos. El 80% de la carga cardiovascular mundial ocurre en países pobres, por lo que se hace necesario contar con alternativas económicas y la “polipíldora” se presenta como una posible solución, ya que probablemente llegue a ser mucho más barato”, ha apuntado.
Según el Dr. Pizarro, el 80% de la carga cardiovascular mundial ocurre en países pobres
Otra de las ventajas del uso de la polypill en la prevención del riesgo cardiovascular es la adherencia al tratamiento. “Hasta el 50% de los pacientes a los seis meses de sufrir un ictus o un infarto abandonan el tratamiento. La adherencia es baja, incluso en pacientes que ya han sufrido un evento cardiovascular (prevención secundaria)”, ha manifestado.
La polipíldora, una herramienta eficaz para prevenir eventos cardiovasculares
En concreto, los pacientes postinfarto agudo de miocardio tienen indicación tipo IA (evidencia científica robusta) para la toma de aspirina, estatina y en la gran mayoría de los casos un IECA. Así, el Dr. Pizarro ha expuesto los resultados del estudio SECURE, coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Este ensayo trató de evaluar la eficacia de la polipíldora en comparación con el tratamiento habitual en la prevención de eventos cardiovasculares mayores (MACE) tras un IAM en una población de edad avanzada. La polipíldora, desarrollada por el CNIC y Laboratorios Ferrer, incluye tres medicamentos: aspirina, atorvastatina y ramipril. Los resultados han sido publicados en The New England Journal of Medicine (NEJM).
El estudio incluyó a 2.499 pacientes de 7 países europeos (España, Italia, Alemania, República Checa, Francia, Polonia y Hungría) que habían sufrido un infarto de miocardio. La edad promedio de los participantes fue de 76 años y el 31% eran mujeres. Un 77,9% tenía hipertensión, 57,4% diabetes y el 51,3% antecedentes de tabaquismo. “Los resultados mostraron, por primera vez, que la polipíldora logra reducciones clínicamente relevantes en los eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio”, ha señalado el Dr. Pizarro.
La polipíldora que contiene aspirina, atorvastatina y ramipril logra reducciones clínicamente relevantes en los eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio
“El objetivo primario del estudio incluyó eventos cardiovasculares mayores: muerte por causas cardiovasculares, infarto de miocardio no mortal, ictus o revascularización urgente. Los datos del estudio SECURE con un seguimiento medio de los pacientes de tres años, son concluyentes en cuanto a este objetivo. El estudio encontró una disminución del riesgo acumulado de presentar estos cuatro eventos del 24% en pacientes que recibieron la polipíldora frente a los que continuaron tomando el tratamiento por separado de forma habitual”, ha manifestado. Asimismo, ha añadido que la “la polipíldora redujo la mortalidad cardiovascular en un 33% en pacientes tratados tras un infarto”. Por otro lado, los resultados del estudio Secure mostraron que los pacientes del grupo de la polipíldora presentaban niveles más altos de adherencia en comparación con los del grupo de atención habitual.
Doryos
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