J.P.R. / Bilbao
La individualización del tratamiento, la medición de resultados o la recogida de los datos de los pacientes. Son algunas de las ventajas que presenta la digitalización de los servicios de farmacia hospitalaria, un proceso que ya ha comenzado y que también entraña riesgos como el agravamiento de la brecha digital o una atención sanitaria más deshumanizada. “El principal beneficio es una mejor gestión de la información, del dato, del análisis de un sistema que tiene que estar más orientado a aquellos resultados que afectan más a la salud del individuo”, explicó José Manuel Martínez Sesmero, especialista de área en el Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario de Ciudad Real y director de innovación de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
La reinvención de procesos generará “más conocimiento con una decisión mas informada. Podemos hacer investigación de los resultados de salud. Trabajaremos en red y podremos compartir nuestras experiencias. Internamente también nos comunicareemos mejor dentro del seno del equipo”, insistió Martínez Sesmero, durante el simposio Transformación digital de la Farmacia Hospitalaria: Oportunidades y desafíos. ¿Estamos en el camino?, desarrollado con la colaboración de Boehringer Ingelheim España, en el marco del 68 Congreso Nacional de la SEFH, que se celebró en Bilbao entre el 5 y el 7 de octubre.
Monte-Boquet: “La verdadera transformación digital tiene que ver con los profesionales y los procesos en sí de la farmacia”
La transformación digital de los servicios de farmacia hospitalaria ha comenzado aunque aún quedan pasos por delante. “La farmacia hospitalaria no ha permanecido ajena a la revolución digital. De hecho, siempre ha estado a la vanguardia de la incorporación de las TIC para mejorar la organización y la calidad, así como la seguridad y cuidado integral en el proceso farmacoterapéutico. Sin embargo, la verdadera transformación digital tiene que ver con los profesionales y los procesos en sí de la farmacia”, destacó Emilio Monte-Boquet, jefe de la Sección de Farmacia Hospitalaria en el Hospital La Fe de Valencia y secretario del Grupo de Trabajo de Farmacia Hospitalaria Digital de la SEFH (fhusion).
La subdirectora general de Salud Digital en el Gobierno de Cantabria, Roció Montalbán, puso el foco en la importancia de que las personas que componen los equipos de farmacia hospitalaria participen en este cambio de cultura hacia la digitalización. “Para seguir avanzando en la transformación digital debemos actuar sobre las organizaciones y sus procesos. Se requiere la dedicación de equipos de profesionales de distintos ámbitos (clínicos, gestores y tecnólogos) para analizar los procesos y detectar necesidades y puntos de mejora, obteniendo así una especificación detallada y consensuada de requisitos”.
La digitalización de la farmacia hospitalaria presenta ventajas como la individualización del tratamiento, la medición de resultados o la recogida de los datos de los pacientes
Los expertos coincidieron en que para completar esta transformación digital se requiere la participación del paciente. “Debe considerarse también la implicación de los pacientes, abriendo canales de comunicación, que permitan recoger su voz a través de resultados y experiencias durante el tratamiento y, en especial, en los ensayos clínicos”, añadió Montalbán.
Las herramientas digitales ofrecen una oportunidad para que la voz del paciente llegue a los profesionales de la farmacia hospitalaria. Los PROM (los resultados reportados por el paciente) y los PREM (la experiencia reportada por el paciente) deben tener un peso mayor en las decisiones de médicos y farmacéuticos. “La digitalización y la tranformación digital tiene que ser un oportunidad para mejorar la vida de las personas”, explicó Pedro Carrascal, director general de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP). Pero esta oportunidad implica riesgos. “Habrá que identificar barreras como la brecha digital”, insistió.
Esta brecha digital se produce en dos tipos de personas: por un lado aquellos que no tienen acceso a las nuevas tecnologías y, por otro, aquellas que pueden acceder pero que tienen problemas de comprensión. “Tenemos que ver hasta qué punto la telefarmacia llevada al extremo humaniza o deshumaniza. Desde el punto de vista ético la telefarmacia es compatible con los valoires éticos y avanza hacia mejores resultados en salud y mayor proximoidad con el paciente”, subrayó Lluís Alcover, abogado especialista en derecho farmacéutico en Faus & Moliner Abogados.