Cristina Cebrián
Entre las especialidades médicas en las que se detectan más casos de trastornos mentales se encuentra la atención primaria, en números absolutos. Sin embargo, las especialidades que presentan una mayor incidencia, también de adicciones, son psiquiatría, anestesiología y algunas ramas de la cirugía, tal y como apunta la Dra. María Isabel Moya, vicepresidenta primera del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom).
Además, la Dra. Moya destaca que existen diferencias significativas por género: “Las mujeres médicas presentan una mayor incidencia de problemas de salud mental que los hombres médicos”. Desde el Cgcom llevan años tratando de responder a esta problemática, a través del Programa de Protección y Atención Integral al Médico Enfermo (Paime).
Dentro del Programa Paime, ¿qué trastornos mentales son los que más han observado?
Los procesos más frecuentes son los trastornos adaptativos y del estado de ánimo, los trastornos por ansiedad y aquellos relacionados con el consumo de alcohol y otras sustancias.
¿Cuáles son las especialidades médicas en las que se detectan más problemas de salud mental entre sus profesionales?
En números absolutos sería atención primaria, pero teniendo en cuenta la proporción de médicos colegiados, las especialidades con mayor incidencia de los problemas de salud mental, y también adicciones, serían psiquiatría, anestesiología y algunas ramas de la cirugía.
El grupo con más incidencia de padecer problemas de salud mental es el de los médicos menores de 30 años, seguido de los médicos de entre 41 y 50 años
En cuanto al perfil del médico con problemas de salud mental, ¿existen diferencias significativas entre hombres y mujeres? ¿Y por edad?
Si existen diferencias. Las mujeres presentan una mayor incidencia de problemas de salud mental que los hombres, siendo esta diferencia estadísticamente significativa. En cuanto a la edad, el grupo actualmente con más incidencia es el de los menores de 30 años, seguido de los médicos de entre 41 y 50 años.
Actualmente ya hay estudios que hablan de que las tasas de suicidio consumado entre los médicos son más altas que en otras profesiones y la población general. ¿Con qué puede estar relacionado este hecho? ¿Es un fallo de nuestro sistema sanitario?
Efectivamente, el suicidio es más prevalente en la profesión médica. Es la primera causa de mortalidad de causa externa tanto para médicos como para médicas y así se puso de manifiesto en el primer estudio de mortalidad de la profesión médica, elaborado por el Cgcom y presentado a finales del 2019, cuyos resultados concuerdan con la literatura existente previamente. Además, destaca que las médicas tienen un porcentaje de suicidio hasta 7,5% mayor que las mujeres de la población general.
El suicidio fue la causa de muerte del 45,8 % de las doctoras que fallecieron por causa externa (homicidios, accidentes de tránsito, suicidios) frente al 37,2% de la población general. La tasa en médicos varones alcanza el 28,9 por ciento (1,5% más que la población general). El porcentaje de suicidios es superior en la población médica (1,3%) respecto a la población general (0,8%).
Es realmente necesario invertir y desarrollar políticas de prevención de la salud mental en el trabajo y de atención y análisis del clima laboral en los centros sanitarios
Los factores que influyen son múltiples. Indudablemente, el estrés y la sobrecarga laboral, las elevadas exigencias de la profesión y el contacto continuo con el sufrimiento humano son de especial relevancia. Ya decía Dyrbye y cols. en su artículo de 2016 que el hecho de ser médico es un factor de riesgo para el agotamiento y la depresión.
Por tanto, el medio y el clima en el que desempeñas tus funciones pueden considerarse factores que intervienen en el estado de salud mental de los médicos; largas jornadas de trabajo, desilusión, precariedad, pérdida de poder adquisitivo mientras se elevan las exigencias académicas y competenciales, agresiones de los ciudadanos en el lugar de trabajo, falta de implementación de reformas necesarias y un largo etcétera son el caldo de cultivo para el desarrollo del síndrome del trabajador quemado o burnout del que muy poco se preocupa este caduco sistema sanitario. Es realmente necesario invertir y desarrollar políticas de prevención de la salud mental en el trabajo y de atención y análisis del clima laboral en los centros sanitarios.
¿Es un tabú el suicidio entre los médicos? ¿Se necesita más formación e información?
El suicidio en los médicos siempre ha suscitado mucha preocupación por el agravante de que puede existir mayor facilidad de automedicación, mayor tendencia a no pedir ayuda y autogestionar las situaciones difíciles, siendo conscientes de que somos los máximos responsables de la salud de otros. No es un tema de fácil abordaje.
El suicidio en los médicos siempre ha suscitado mucha preocupación por el agravante de que puede existir mayor facilidad de automedicación
La profesión médica, a través del Cgcom, lleva más de 20 años preocupándose y ocupándose de la salud de los médicos, en su potestad de control de la buena praxis, procurando la atención necesaria a los profesionales con problemas de salud mental o adicciones. Todo ello, fundamentado en el deber deontológico de garantizar a la sociedad la calidad del ejercicio médico, en una filosofía de ayuda, no punitiva y con total confidencialidad.
El Programa de Protección y Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) trata de responder a todo ello y está a disposición de todo médico que necesite este tipo de ayuda. El gran reto para las organizaciones médicas es que el Programa sea suficientemente conocido por el colectivo y apoyado por la administración pública, estableciéndose un modelo colaborativo de protección de la salud de los ciudadanos y de la salud mental de los profesionales sanitarios.
Una iniciativa más reciente que ha impulsado el Cgcom, a través de la FPSOMC, para formar e informar de este grave problema, es el Servicio de Atención Psicológica a Estudiantes de Medicina (Sapem). Nos parece fundamental potenciar el autocuidado desde la facultad, hay que crear esta cultura de prevención y promoción de la salud y que sean conocedores de las distintas acciones que desde la profesión llevamos a cabo en este ámbito.
Entre las consecuencias de los trastornos mentales en médicos está el estigma social, el rechazo de los compañeros y la pérdida de confianza de los pacientes
A la hora de buscar ayuda, ¿es fácil que el médico lo haga o existen barreras como el miedo a perder su trabajo o el estigma social? ¿Cómo se les puede animar a que pidan ayuda para mejorar su salud mental?
Sin duda existen barreras por las que el médico tarda o se niega a compartir los problemas mentales, emocionales o de adicciones. No es grato que se sepa que estás mal, que necesitas ayuda. Detrás está el estigma social, el rechazo de los compañeros, la pérdida de confianza de los pacientes, entre otras consecuencias. Por eso, es difícil dar el paso de pedir ayuda, de sentirse como paciente.
Las organizaciones médicas, conocedoras de esta situación, crearon un programa específico, con flujos de diagnóstico y tratamiento externos al sistema habitual de salud, totalmente anónimo, que se activa en los propios colegios de médicos, precisamente para facilitar esa búsqueda de ayuda, generar confianza y seguridad para que el médico pueda reconocerse como paciente.
Además, la FPSOMC organiza numerosas actividades como seminarios, jornadas o congresos destinados a conocer la problemática del médico enfermo, a diseñar las carteras de servicios que puede ofrecerle para atender sus problemas de salud, pero también a sensibilizar a la comunidad médica sobre los riesgos de sus hábitos de vida, del ejercicio de su profesión, a identificarlos y prevenirlos, promover hábitos y conductas saludables.
Según datos de los Informes Paime recogidos hasta 2021, cerca del 90% de los médicos que solicitan ayuda se recuperan y retornan a su puesto de trabajo
¿Es posible la reinserción laboral del médico después de sufrir un trastorno de salud mental?
Según datos de los Informes Paime recogidos hasta 2021, cerca del 90% de los médicos que solicitan ayuda se recuperan y retornan a su puesto de trabajo. Aunque en muchos de ellos sea necesario adaptarlo al reincorporarse y/o mantener un seguimiento desde las unidades ambulatorias que lo han tratado.
Estos datos demuestran el modelo de éxito que supone este programa, su valor social y profesional y motivo por el que se ha convertido en referencia nacional e internacional. Acabamos de firmar un convenio con los Consejos Generales de Farmacia, Odontólogos, y Veterinarios para replicar la esencia de este programa y apoyarles en la adaptación a cada una de las profesiones, de forma similar a como hicimos en 2020 con el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial.