Juan Pablo Ramírez
El aumento de la incidencia de las resistencias a los antibióticos y el impacto en la mortalidad han provocado la necesidad de establecer estrategias One Health. “Resulta importante la utilización de antibióticos de forma optimizada, tanto de forma intrahospitalaria como extrahospitalaria y no solamente en seres humanos, sino también en animales”, explica en una entrevista a iSanidad en colaboración con bioMérieux, el Prof. Bruno González-Zorn, asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en resistencia a los antibióticos desde una perspectiva One Health.
Más allá de la optimización de los antibióticos y su repercusión en el medio ambiente, el experto pone el foco en la importancia de la implementación de medidas preventivas y de un diagnóstico precoz que permita conocer la naturaleza de la infección.
Partimos de la base de que la situación provocada por las multirresistencias es grave y que la llegada de medicamentos requiere un periodo largo de I+D+i, ¿pero qué medidas pueden adoptar los estados y los sistemas sanitarios a corto plazo?
Para luchar contra infecciones bacterianas panresistentes, necesitaríamos idealmente herramientas nuevas, es decir, nuevos antibióticos. Sabemos que es un proceso que requiere de tiempo. Pero para luchar contra esas infecciones se puede hacer mucho en prevención a corto plazo. Si conseguimos incrementar los Programas de Optimización de Uso de los Antibióticos (PROA) en los hospitales, implementar las medidas de lavado de manos y de medicina preventiva en nuestros hospitales y vacunar correctamente a la población, tendremos menos infecciones. Todas las medidas de prevención son esenciales.
“Si contamos con laboratorios de microbiología que permitan conocer los resultados de forma precoz, podremos saber antes si se trata de una infección vírica o bacteriana”
También resulta importante mejorar el diagnóstico rápido. Si contamos con laboratorios de microbiología activos las 24 horas, asociados a un mecanismo de resopuesta rápida, podremos saber antes si se trata de una infección vírica o bacteriana, si hace falta un tratamiento antibiótico y qué antibiótico hace falta. Los resultados dados por el laboratorio de microbiología son fundamentales.
A corto plazo, resulta importante la utilización de antibióticos de forma optimizada, tanto de forma intrahospitalaria como extrahospitalaria y no solamente en seres humanos, sino también en animales. Es decir, cuantos menos antibióticos utilicemos de último recurso, mejor nos servirán cuando tengamos infecciones realmente complicadas y nos hagan falta en los hospitales.
¿Qué hitos se han conseguido gracias al Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) a nivel de consumo?
Se ha conseguido una reducción de un 70% en el consumo de antibióticos totales en animales. Y eso es una buena noticia. También se ha logrado, a pesar de que ha habido un repunte en este último año, una disminución de un 13% de la utilización de antibióticos en medicina humana. Se ha conseguido también una concienciación social de que las resistencias a los antibióticos son un problema sanitario de máxima importancia. Pero eso no significa que no haya todavía margen de mejora. El PRAN no ha cumplido aún diez años. Es un plan joven comparado con otros planes de los países de nuestro entorno o del norte de Europa. Para el tiempo que lleva, ha obtenido unos éxitos sobresalientes.
“A corto plazo, resulta importante la utilización de antibióticos de forma optimizada, tanto de forma intrahospitalaria como extrahospitalaria y no solamente en seres humanos, sino también en animales”
Durante los próximos años necesitamos concienciar más y mejorar sobre los programas PROA intrahospitalarios y en asistencia primaria. Tenemos que profesionalizar estos programas, es decir, liberar al personal que se encargue de los PROA de su carga laboral para que realmente puedan dedicar suficiente tiempo y energía a la mejora de estos planes. Es importante la implementación de estrategias de reducción de uso de antibióticos en animales de producción de alimentos y en animales de compañía. Y algo en lo que debemos incidir en los siguientes años es en el control de la diseminación de la resistencia a los antibióticos y el medio ambiente. También debemos incidir en odontología, donde se consume un 7% de los antibióticos y, sin embargo, en esta área solamente se está empezado a incidir desde el Plan Nacional.
“Se ha conseguido una reducción de un 70% en el consumo de antibióticos totales en animales. También se ha logrado, a pesar de que ha habido un repunte en este último año, una disminución de un 13% en medicina humana”
Cada vez hablamos más de un enfoque One Health que abarque la salud humana, la animal y la ambiental. ¿Hasta qué punto es una realidad y qué pasos se deben dar para que haya una implantación real?
Estamos en el camino adecuado. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) hemos puesto en marcha el Plan de Acción Conjunto One Health. Las resistencias y otras enfermedades se van a regir según esta estrategia.
Nos cuesta, no obstante, institucionalizar el One Health. Es decir, llevamos mucho tiempo trabajando en silos. Éstos permiten la especialización profesional, pero ahora tenemos que enfocarnos en crear los puentes entre los silos. Necesitamos que los especialistas en cada área se comuniquen y cooperen con los profesionales de otros ámbitos. Existen diferentes perfiles que pueden colaborar. Por ejemplo, los expertos dedicados al reciclaje y la depuración del agua, que son esenciales para reducir el vertido de residuos de nuestros hospitales a las aguas residuales o a los ríos; los economistas que nos están ayudando a crear estrategias económicas para desarrollar nuevos antibióticos; o los comunicadores para que la sociedad esté más informada sobre los antibióticos y los utilice mejor.
“Nos cuesta institucionalizar el One Health. Es decir, llevamos mucho tiempo trabajando en silos. Ahora tenemos que enfocarnos en crear los puentes entre los silos”
En España, los antibióticos están socialmente un poco banalizados. Se manejan como cualquier medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINE). Necesitamos comunicadores y antropólogos para entender cuál es el comportamiento del español frente al antibiótico, que es diferente al de un sueco. En España todavía tenemos uno de los porcentajes más altos en Europa de personas que tienen un antibiótico en su casa. Necesitamos también antropólogos para entender por qué al médico le cuesta tanto cambiar su hábito de prescripción. Por ejemplo, un 30% de los profesionales españoles prefieren todavía prescribir amoxicilina/ácido clavulánico contra un neumococo en lugar de solamente amoxicilina o penicilina. Sabemos que los neumococos no producen betalactamasas y, por lo tanto, no mejora en absoluto el tratamiento añadir ácido clavulánico a la amoxicilina.
En 2022 se puso en marcha el Plan de acción Conjunto One Health de este cuatripartito. Estamos prácticamente en el meridiano de esta estrategia, ¿qué hitos se han conseguido y cómo podemos seguir avanzando?
La estrategia a nivel supranacional está construida y de hecho en la Unión Europea ya estamos trabajando desde la perspectiva One Health. Falta aún que permee a nivel nacional y regional. Es el cuello de botella en el que debemos centrarnos. A corto plazo, necesitamos más cooperación entre ministerios que están muy acostumbrados a trabajar con su propio presupuesto y en silos. A veces, la comunicación se basa solamente en correos electrónicos y esto no es suficiente para implementar estrategias de cooperación y de trabajo. Probablemente debemos crear espacios físicos para que haya una cooperación fluida y al mismo nivel de todos los profesionales implicados en la resistencia a los antibióticos. Tenemos que implementar vigilancias, toma de decisiones conjuntas y medidas de cooperación y de colaboración interministeriales. Debemos incidir en estos puntos en los siguientes años.
“Tenemos que implementar vigilancias, toma de decisiones conjuntas y medidas de cooperación y de colaboración interministeriales”
¿Qué investigaciones pueden ser importantes para potenciar diferentes estrategias de colaboración entre la industria, la veterinaria y la academia para potenciar la I+D+i?
Ahora mismo estamos intentando ya desde la Unión Europea forzar la cooperación en investigación de distintos sectores dentro los mismos programas de investigación. Estamos impulsando proyectos de investigación que impliquen varios sectores. No solamente hay que solucionar problemas en los hospitales: hay que hacerlo teniendo en cuenta también el medio ambiente y la salud animal. Se está potenciando incluso las ciencias sociales, desde un punto de vista de financiación de proyectos de investigación. Esta iniciativa ha comenzado a dar frutos, pero queda trabajo por hacer.
Otra cuestión son los currículos universitarios. La formación universitaria sigue muy encorsetada y estamos observando que necesitamos realmente mucho más movimiento de profesionales entre facultades, para que realmente el alumno tome conciencia de la importancia desde la universidad del problema de la resistencia a los antibióticos y la necesidad de trabajar y cooperar entre estudiantes y profesionales.
“Debemos curar al paciente y a la vez preservar los antibióticos para que nos sean útiles el mayor tiempo posible. Esa doble vertiente es nueva”
¿Qué necesidades no cubiertas existen desde el punto de vista del diagnóstico? ¿Cómo tendría que evolucionar?
Ya hay algunos test que deberíamos universalizar porque permiten diferenciar entre una infección vírica y bacteriana. Están desarrollados además otros que nos van a permitir diferenciar si hay una infección por MRSA o por Staphylococcus aureus o por enterococo resistente a vancomicina. Incluso en algunos casos pueden definir qué bacteria es, qué tipo y cuáles son los antibióticos que se tienen que utilizar. En ese sentido, opino que sería necesario el apoyo de las técnicas de diagnóstico rápido y el apoyo de los laboratorios.
¿Qué papel pueden jugar las guías de práctica clínica para abordar el problema de las resistencias?
A veces quedan como un papel y no se llegan a utilizar de forma intensa. Son muy útiles para cambiar los hábitos de prescripción que llevamos utilizando desde hace muchísimos años. Cuando utilicemos un antibiótico, no es suficiente con que pensemos en curar al paciente. Debemos curar al paciente y a la vez preservar los antibióticos para que nos sean útiles el mayor tiempo posible. Esa doble vertiente es nueva. Estamos en una situación de emergencia.