El rigor científico, arma contra la desinformación en salud en redes sociales

El encuentro ‘Sanidad 3.0: La salud en la nueva era digital’ ha contado con profesionales con presencia en redes sociales para exponer su visión en este ámbito

Nieves Sebastián Mongares
Los perfiles con formación sanitaria pueden ser de gran utilidad para desmentir bulos o acabar con la desinformación en salud en redes sociales. Teniendo en cuenta que cada vez hay más sanitarios de diferente ámbito con presencia en estos canales digitales, su conocimiento y experiencia pueden ser de gran utilidad para ofrecer una información rigurosa y de calidad.

Por ello, el evento ‘Sanidad 3.0: La salud en la nueva era digital’, impulsado por la consultora de influencer marketing Native Media Group, ha contado con diferentes perfiles de este ámbito que han expuesto su visión sobre el tema. En un contexto en el que marcas relacionadas con la salud o productos sanitarios contratan a estos profesionales para dar a conocer sus productos, en el encuentro se han puesto de manifiesto algunos de los principios que deben regir estas comunicaciones.

Alcance en redes sociales

La Dra. Silvia P. González (@ginecalidaddevida), está especializada en ginecología. Bajo su punto de vista, se está produciendo un gran cambio y, aunque ha considerado que muchos profesionales de la medicina se resistían a comunicar en redes sociales, se han adaptado a este nuevo canal. “En la consulta hablas con un número de pacientes muy limitado al día, y en las redes se llegan a manejar audiencias de millones, hay mucho alcance”, ha expuesto la especialista. Por ello ha reconocido que estas pueden ser útiles para trasladar determinados mensajes, tanto a la sociedad general como a otros compañeros de profesión.

Muestra de este alcance son perfiles como el de Elena Monje (@infarmarte) o Álvaro Fernández (@farmaceuticofernandez), con audiencias que oscilan entre los cientos de miles de seguidores o millones en función de la red social. Para ambos, el alcance que han conseguido en redes sociales surgió de la casualidad. Empezaron a subir vídeos por motivos muy concretos, y al ver que funcionaban bien, decidieron seguir con ello. Ambos, de profesión farmacéuticos, fueron profesionalizando sus perfiles y ahora diferentes marcas cuentan con ellos para dar a conocer o promocionar sus productos.

Los profesionales sanitarios que trabajan en redes consideran que las marcas deben ver el estilo comunicativo de los influencer para comprobar que se ajusta a lo que buscan

Pero este alcance conlleva también una gran responsabilidad. Los dos han manifestado ser conscientes de que deben ofrecer a su público información rigurosa. Además, de cara a las posibles compañías que deciden contar con ellos han remarcado la necesidad de que sepan cómo comunica el perfil al que decidan contratar para que, pueda transmitir el mensaje que necesitan, pero adaptado a su estilo para no dejar de conectar con sus seguidores. En este sentido, Álvaro Fernández ha considerado que las marcas “antes de empezar una colaboración, deben ver que el perfil les cuadra y que se puede adaptar el estilo comunicativo de la marca a lo que funciona entre sus seguidores”.

La cantidad de información disponible sobre salud en redes sociales en inmensa. Esto, según la Dra. González ha llevado a que “ahora las pacientes en consulta hacen preguntas sobre más temas por los contenidos que ven en estos u otros canales, refiriéndose a veces concretamente a lo que ha dicho un determinado influencer para salir de dudas”.

La consulta médica y la oficina de farmacia siguen siendo punto de referencia para solucionar dudas de temas vistos en redes sociales

Esto mismo ocurre en la farmacia. Elena Monje ha expuesto que “las personas acuden a la oficina de farmacia presencialmente a preguntar dudas”. La farmacéutica ha concretado que “desde la farmacia, el profesional no se casa con ningún producto y en productos que no son medicamento, se les ofrece la información de todos los que hay disponibles para un fin”.

Importancia del rigor científico

“Dentro del sector salud también hay gente que dice barbaridades, no por llevar bata tienes credibilidad, más teniendo en cuenta que, aunque no aportes título hay personas que te pueden creer”, ha expresado Monje. No obstante, Fernández ha opinado que “normalmente, cuando se aporta una información absurda, se suele notar”. “Siempre ha habido gente que transmite ideas que son absurdas, pero internet permite conectarlas”, ha agregado. Por ello, el papel de este tipo de profesionales ha de ser servir de contrapunto, desmentir teorías inciertas y aportar la información correcta para combatir estas informaciones.

Aquí es donde cobran más importancia lo estudios científicos. “Para poder contar algo, antes de que se lo crea el público al que me dirijo, me lo debo creer yo, y no tengo capacidad para probar todo en primera persona”, ha explicado Fernández.

Contar con evidencia científica suficiente ayuda a ofrecer información de calidad y a que el profesional pueda transmitir los mensajes con más credibilidad

Y es el conocimiento de estos profesionales el que sirve como herramienta para poder transmitir la información de manera adecuada. En este sentido, Monje ha aportado que “no porque un producto de dermocosmética se venda en farmacia es mejor que otros”. “Yo puedo recomendar también otros productos que se vendan fuera, siempre que sepa que la composición es la correcta y que no se va a perjudicar a nadie”, ha apuntado. En esta misma línea se ha expresado Fernández añadiendo que hay productos de farmacia y supermercado que pueden compartir formulación, siendo a veces incluso del mismo fabricante. Por otra parte, ha recordado que “hay productos que se adaptan a determinado público, cada uno ajustado a unos requisitos”.

Pero en todo esto lo importante es que “una persona informada va a requerir de información científica, e independientemente de dónde se compre el producto, hay que aportar evidencia de que funciona”. Por este motivo, según la Dra. González, “las marcas deben dedicar dinero a la investigación de tal manera que aporte solidez tanto a los clientes, como a los profesionales en redes para poder contarlo”.

La educación en salud es esencial para ayudar a los receptores a discernir la información fiable de la que no lo es y buscar fuentes de contenido fiables

Y en esta ecuación entra otro elemento en juego: la educación en salud. “Hay personas que al ver un contenido van a contrastar y otras que van a salir con tanta información que es casi peor para ellos”, ha señalado Fernández. Por ello, ha recalcado que “lo que queda por hacer es educar, que cada uno aporte su granito de arena, incluidas las marcas, y que si se aporta información de un estudio, que los usuarios puedan ir a contrastarlos y comprueben que es real”. Para finalizar, Monje ha insistido en la responsabilidad de los profesionales que comunican en este sentido contando su experiencia. “En alguna ocasión he tenido que cambiar briefings porque había cosas que no eran del todo como se plasmaban y, aunque todos podemos cometer errores, algunos son graves y al llegar a tanta gente, tenemos una gran responsabilidad”, ha aseverado la farmacéutica.

 

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