J.P.R.
El total de consultas en atención primaria suma su segundo año consecutivo de descensos y se sitúa cada vez más cerca de los niveles previos a la pandemia de Covid. En 2023, se registraron 418,7 millones de consultas de medicina y enfermería, tanto programadas como urgentes, según datos del Ministerio de Sanidad elaborados por el Proyecto Venturi. Este dato supone un retroceso del 6,1% frente a 2022 y del 13,3% con respecto a 2021.
En 2020, año de la irrupción del Covid-19, los centros de salud a 403,7 millones de pacientes, en línea con los años anteriores cuando el número de actos médicos y enfermeros habían oscilado entre los 390 y los 400 millones. Si se atiende solo a la actividad programada la tendencia resulta muy similar. En 2023, se cuantificaron 385 millones de consultas, 6,8% y 15% menos que en 2022 y 2021, respectivamente. La cifra se acerca aún más a los registros de 2020 cuando se notificaron 379,1 millones de actos médicos y enfermeros.
En 2023, se registraron 418,7 millones de consultas programadas y urgentes en atención primaria, un 13,3% más que en 2021
El descenso es menos acusado en las consultas médicas en comparación con enfermería. El número de actos médicos programados se situó en 241,9 millones de consultas, lo que supone un descenso del 6,1% y del 7,7% en comparación con 2022 y 2021, respectivamente. En el caso de las consultas enfermeras, el total se situó en 143,1 millones, lo que significa una caída del 8,5% con respecto a 2022 y del 25% con respecto a 2021.
Este descenso de las urgencias contrasta con los incrementos, por un lado, del número de profesionales en los equipos de atención primaria, y, por otro, del volumen de población con tarjeta sanitaria. Las plantillas han ascendido a 84.751 profesionales el año pasado, un 2,1% más que el año anterior. En comparación con 2016, se ha registrado un ascenso del 31%. En cuanto al número de tarjetas sanitaria, asciende ya a 47,79 millones, lo que significa un aumento del 1,4% con respecto al año anterior y del 3,9% sobre 2016. Los datos reflejan una menor actividad en atención primaria en los últimos dos años a pesar de un incremento de profesionales en los centros de salud y del número de tarjetas sanitarias en el mismo periodo.
