«Es fundamental desterrar los falsos mitos que desmotivan la actividad física en la tercera edad»

Dr. Juan Carlos Obaya Rebollar, médico de familia en el Centro de Salud El Coto (Gijón) y miembro del Grupo de Trabajo en Enfermedades Cardiovasculares de la Semfyc

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Juan León García
El ejercicio físico es una de las intervenciones más efectivas y seguras para mejorar la salud cardiovascular, pero lograr que los pacientes lo incorporen de manera sostenida a su vida diaria sigue siendo un desafío. El Dr. Juan Carlos Obaya Rebollar, médico de familia en el Centro de Salud El Coto (Gijón) y miembro del Grupo de Trabajo en Enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), lo califica como “una inversión en uno mismo por la salud futura”, ya que reduce riesgos de enfermedades crónicas y mejora la calidad de vida a largo plazo. Al respecto, la sociedad científica da cabida a una formación online durante su APDay 2025.

Es innegable que el ejercicio físico es bueno prescribirlo en casi cualquier circunstancia. Pero en determinados pacientes, como los vasculares, ¿de qué manera realizar esa prescripción para que la persona la perciba como beneficiosa para su salud y no como una obligación?
En el ámbito de la atención primaria contamos con diversas estrategias que nos permiten lograr que los pacientes vasculares perciban el ejercicio no como una obligación, sino como una actividad que aporta beneficios a su salud. En primer lugar, es fundamental personalizar la prescripción según las preferencias y capacidades individuales de cada paciente. Además, resulta clave explicar de manera detallada los beneficios específicos que el ejercicio tiene en su condición vascular, como la mejora de los factores de riesgo y el aumento de su capacidad funcional.

“Otra estrategia clave es comenzar estableciendo metas alcanzables, incrementando gradualmente la intensidad de las actividades físicas para facilitar su adherencia”

Otra estrategia efectiva es comenzar estableciendo metas alcanzables, incrementando gradualmente la intensidad de las actividades físicas para facilitar su adherencia. También es recomendable proponer actividades que resulten agradables, como caminar, nadar o bailar, y fomentar la participación en ejercicios grupales, lo cual incrementa tanto la motivación como el apoyo social.

¿Hasta qué punto puede ayudar prescribir tecnología (apps móviles, etc.) a la adherencia del paciente vascular a una rutina de ejercicios?
La prescripción de tecnología puede ser de gran ayuda para mejorar la adherencia de los pacientes vasculares a sus rutinas de ejercicio. De hecho, diversos estudios han demostrado que herramientas como las aplicaciones móviles y los dispositivos wearables permiten realizar un seguimiento objetivo y motivador del progreso de cada persona.

“La posibilidad de realizar sesiones de ejercicio guiadas a distancia, a través de videoconferencias, facilita la continuidad del programa desde cualquier lugar”

Por otro lado, la posibilidad de realizar sesiones de ejercicio guiadas a distancia, a través de videoconferencias, facilita la continuidad del programa desde cualquier lugar. Asimismo, las plataformas digitales ofrecen programas personalizados con retroalimentación en tiempo real, lo que ayuda a ajustar los entrenamientos según las necesidades del paciente. Finalmente, la gamificación convierte la actividad física en una experiencia más atractiva y divertida, promoviendo así una mayor constancia.

La indicación de 3.000 pasos al día, ¿qué efectos beneficiosos presenta en el paciente vascular?
Durante muchos años hemos asumido el dogma de la necesidad de indicar recomendar a los pacientes caminar 10.000 pasos diarios para obtener beneficios vasculares. Sin embargo, esta indicación, en determinados perfiles de pacientes, resultaba difícil de alcanzar. Recientes estudios han demostrado que caminar 3.000 pasos al día, una cifra bastante menor, también proporciona beneficios significativos para los pacientes vasculares.

Entre ellos, se destaca una reducción estadísticamente significativa del riesgo de mortalidad y de eventos cardiovasculares, así como una mejora en la circulación y la función endotelial. Además, se incrementa la capacidad funcional y se favorece la calidad de vida. En este sentido, la indicación de realizar 3.000 pasos diarios se convierte en un punto de partida realista y alcanzable para personas sedentarias o con limitaciones de movilidad.

“Caminar 3.000 pasos al día, una cifra bastante menor, también proporciona beneficios significativos para los pacientes vasculares”

Cuando la persona presenta obesidad, ¿qué rutina es la más recomendada para reducir el riesgo de comorbilidades asociadas?
En el caso de las personas que presentan obesidad, la prescripción de ejercicio físico debe ser siempre personalizada y adaptada a su situación funcional. En términos generales, se recomienda combinar ejercicio aeróbico con entrenamiento de resistencia. Es aconsejable comenzar con al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada, aumentando gradualmente la duración o intensidad si las condiciones del paciente lo permiten.

Además, se debe incluir entrenamiento de fuerza entre dos y tres veces por semana, así como ejercicios de flexibilidad y equilibrio. También es fundamental adaptar las actividades para minimizar el impacto en las articulaciones, por ejemplo, optando por la natación o el uso de bicicleta estática.

Teniendo en cuenta las condiciones en las que se encuentra hoy la atención primaria, de falta de tiempo de consulta por paciente, ¿qué recomendaciones hace para dedicar el tiempo suficiente a una prescripción individualizada en adultos mayores?
A pesar de las limitaciones de tiempo en las consultas de atención primaria, considero imprescindible reservar un espacio para prescribir ejercicio físico, dado el indudable beneficio que representa para la salud de los pacientes. Para optimizar esta prescripción en consultas breves, pueden implementarse estrategias como el uso de herramientas de evaluación rápida, por ejemplo, cuestionarios estandarizados que permitan obtener información clave en poco tiempo. También es útil desarrollar protocolos de prescripción adaptados a perfiles de pacientes comunes, lo que agiliza la toma de decisiones.

“La colaboración con otros profesionales sanitarios, como fisioterapeutas o enfermeros, puede facilitar el seguimiento y la continuidad de los planes de ejercicio”

La colaboración con otros profesionales sanitarios, como fisioterapeutas o enfermeros, puede facilitar el seguimiento y la continuidad de los planes de ejercicio. Asimismo, aprovechar la tecnología para la monitorización remota permite realizar ajustes en los programas de actividad sin necesidad de consultas presenciales prolongadas. Finalmente, es recomendable programar revisiones breves y frecuentes para adaptar y reforzar la prescripción de ejercicio físico.

¿Qué prejuicios cree que hay en la sociedad respecto al ejercicio físico en ancianos y por qué inciden en la importancia de que no lleven un estilo de vida sedentario?
Más que prejuicios, considero que existen falsos mitos que debemos desterrar. Algunos de los más habituales son creer que “el ejercicio es peligroso para los adultos mayores”, pensar que “los ancianos no pueden ganar masa muscular”, afirmar que “el ejercicio no ayuda en las condiciones relacionadas con la edad” o asumir que “es demasiado tarde para que el ejercicio marque una diferencia”.

Estos mitos son especialmente perjudiciales, ya que desmotivan la práctica de actividad física, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y de pérdida de independencia. Además, ignoran los múltiples beneficios que el ejercicio aporta a la salud física y mental en la tercera edad. La perpetuación de estas creencias fomenta el sedentarismo, acelerando el deterioro funcional, cognitivo y la fragilidad en los pacientes mayores. Por ello, es fundamental educar sobre los beneficios de la actividad física adaptada a cualquier edad, promoviendo así un envejecimiento activo y saludable.


Conforme a la política de transparencia de la semFYC, APDay cuenta con el patrocinio no condicionado de: Adamed, Astellas, Boehringer Ingelheim, Daiichi-Sankyo, Esteve, GSK, MSD, Novo Nordisk, Organon, Pfizer, Salvat y Servier

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