Diagnóstico y abordaje del glaucoma por cierre angular: claves en una urgencia oftalmológica

El Dr. Alfredo Castillo Gómez explica cómo actuar ante el glaucoma agudo y crónico de ángulo cerrado para prevenir la pérdida visual irreversible

Paula Baena
El glaucoma por cierre angular (GCA) constituye una de las principales urgencias oftalmológicas que requieren atención inmediata. El Dr. Alfredo Castillo Gómez, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, advierte en Doryos que el manejo de esta enfermedad demanda un diagnóstico precoz y un tratamiento rápido para evitar la progresión hacia la ceguera.

El oftalmólogo explica que el glaucoma agudo por cierre angular (GACA) es una urgencia médica caracterizada por un aumento súbito y extremo de la presión intraocular (PIO), generalmente por encima de los 40 mmHg. Este incremento se produce por el bloqueo del flujo del humor acuoso debido al contacto anómalo entre el iris y la córnea, lo que impide el drenaje normal a través del ángulo camerular.

Además, señala que, desde el punto de vista clínico, el cuadro se manifiesta con ojo rojo intenso, inyección ciliar y edema corneal, que da lugar a una córnea opaca y traslúcida. Además, la pupila suele permanecer en midriasis media y arreactiva, por su adhesión al cristalino, y el paciente puede presentar dolor ocular severo acompañado de síntomas sistémicos como náuseas y vómitos.

El abordaje terapéutico del glaucoma agudo por cierre angular debe ser inmediato para reducir la presión intraocular y prevenir lesiones permanentes en el nervio óptico

Según explica el especialista, el abordaje terapéutico del GACA debe ser inmediato para reducir la presión intraocular y prevenir lesiones permanentes en el nervio óptico. El primer paso consiste en la administración de analgésicos y antieméticos para controlar el cuadro vegetativo, seguido de medidas farmacológicas específicas para reducir la PIO. Se recomienda el uso de agentes osmóticos como el Manitol intravenoso, que disminuyen el volumen vítreo por efecto osmótico y reducen rápidamente la presión intraocular.

Una vez estabilizado el paciente, se procede a la realización de una iridotomía, preferentemente mediante láser YAG, con el objetivo de restablecer la comunicación entre las cámaras anterior y posterior del ojo, permitiendo el drenaje adecuado del humor acuoso. En casos complicados, donde el edema corneal y el dolor intenso dificultan la intervención, se requiere una estrategia escalonada para garantizar la seguridad y eficacia del procedimiento.

El tratamiento farmacológico complementario incluye la administración de mióticos como la pilocarpina, que favorecen el cierre pupilar y contribuyen a desbloquear el paso del humor acuoso. También es recomendable el uso de antiinflamatorios tópicos, como la dexametasona, a pesar de sus posibles efectos secundarios sobre la presión intraocular, ya que la inflamación intensa en el GACA justifica su aplicación puntual y controlada.

Abordaje quirúrgico y control a largo plazo

En muchos casos, la resolución definitiva del glaucoma agudo por cierre angular requiere una extracción del cristalino. Esta cirugía, que en ocasiones debe realizarse de forma urgente, elimina el volumen y el empuje anterior del cristalino sobre el iris, lo que permite ampliar el ángulo camerular y evitar futuros episodios de cierre angular. La implantación de una lente intraocular, considerablemente más delgada que el cristalino natural, facilita el mantenimiento de un espacio adecuado en la cámara anterior, permitiendo el flujo fisiológico del humor acuoso.

Como indica el Dr. Castillo, la cirugía debe planificarse cuidadosamente, ya que realizar una facoemulsificación en un paciente con presiones intraoculares elevadas y signos inflamatorios severos puede aumentar el riesgo de complicaciones. Por ello, se recomienda controlar primero el episodio agudo mediante medidas médicas y láser, y programar la intervención quirúrgica en cuanto las condiciones del globo ocular lo permitan.

Glaucoma crónico por cierre angular

El glaucoma crónico de ángulo cerrado representa una evolución silente y progresiva de la enfermedad. Su diagnóstico se basa en una exploración oftalmológica completa, que incluye la gonioscopia, el examen del nervio óptico y la realización de campos visuales. El estrechamiento del ángulo camerular y la presencia de sinequias anteriores periféricas indican un compromiso crónico en el drenaje del humor acuoso.

En estos pacientes, la trabeculoplastia láser selectiva (SLT) no está indicada, dado que el ángulo está cerrado y no se puede acceder a la malla trabecular. Las opciones terapéuticas se reducen a tratamiento médico para controlar la PIO y a la cirugía filtrante, como la trabeculectomía o el implante de válvulas de drenaje, según el estadio de la enfermedad y las características anatómicas del ojo afectado.

El glaucoma por cierre angular, tanto en su forma aguda como crónica, constituye una entidad clínica de alta complejidad

Así, el Dr. Castillo incide en que el glaucoma por cierre angular, tanto en su forma aguda como crónica, constituye una entidad clínica de alta complejidad que exige un diagnóstico precoz y un tratamiento integral. La correcta identificación de los signos clínicos y la implementación de las opciones terapéuticas adecuadas permiten preservar la visión y prevenir la ceguera en los pacientes afectados por esta patología ocular.

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