Un nuevo análisis de sangre permite detectar y medir la progresión del alzhéimer con un 92% de precisión

El estudio, liderado por investigadores de Estados Unidos y Suecia, podría cambiar la forma de diagnosticar y tratar la enfermedad

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Redacción
Un nuevo análisis de sangre desarrollado por equipos de la Universidad de Washington en San Luis, en Estados Unidos, y la Universidad de Lund, en Suecia, permite no solo diagnosticar el alzhéimer, sino también medir el grado de progresión de la enfermedad. El avance, publicado en la revista Nature Medicine, podría transformar el abordaje clínico de la enfermedad de Alzheimer al facilitar diagnósticos más accesibles, rápidos y personalizados.

La prueba mide los niveles en sangre de la proteína MTBR-tau243, un biomarcador que refleja con precisión la acumulación cerebral de agregados tóxicos de tau, estrechamente vinculados con la progresión de la enfermedad. Esta innovación marca una diferencia clave respecto a pruebas previas, ya que permite distinguir entre fases tempranas y avanzadas del alzhéimer, e incluso determinar si los síntomas cognitivos de un paciente se deben realmente a esta patología o a otra causa.

La prueba permite distinguir entre fases tempranas y avanzadas del alzhéimer, e incluso determinar si los síntomas cognitivos de un paciente se deben realmente a esta patología o a otra causa

«Este análisis identifica claramente los ovillos de tau del Alzheimer, nuestro mejor biomarcador para medir los síntomas y la demencia», ha explicado el Dr. Randall J. Bateman, coautor principal del estudio y profesor de Neurología en la Universidad de Washington. Según destaca, actualmente no existen métodos fáciles ni accesibles para evaluar estos ovillos, por lo que esta prueba ofrece un salto cualitativo en la práctica clínica.

En el estudio se compararon los resultados del análisis con los de escáneres cerebrales como la tomografía por emisión de positrones (TEP). Estos procedimientos, aunque precisos, son costosos, requieren tiempo y no están disponibles fuera de grandes centros de investigación. La prueba de sangre alcanzó una precisión del 92%, y se basa en una tecnología licenciada por la Universidad de Washington a C2N Diagnostics, compañía emergente que también ha desarrollado pruebas para detectar amiloide.

Además, el análisis incluye mediciones de otra forma de proteína tau, la p-tau217, lo que permite mejorar la precisión diagnóstica. «Cuando ambos biomarcadores son positivos, la probabilidad de alzhéimer aumenta significativamente», señaló el profesor Oskar Hansson, coautor del estudio desde la Universidad de Lund.

Los investigadores señalan que este avance supone un hito para la medicina personalizada

La investigadora Kanta Horie, también firmante del estudio, destacó que este avance abre las puertas a una medicina verdaderamente personalizada. «En etapas tempranas con pocos ovillos de tau, las terapias antiamiloides podrían ser más eficaces. En fases avanzadas, podrían ser necesarios otros enfoques terapéuticos», explicó.

El desarrollo ha sido posible gracias al apoyo de múltiples instituciones, entre ellas los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer Charles F. y Joanne Knight, y el estudio BioFinder-2 en Suecia, que ha contado con financiación europea e internacional, incluyendo Horizonte 2020, la Asociación de Alzheimer y varias fundaciones escandinavas.

Este hallazgo sitúa a la investigación biomédica en un punto de inflexión, en el que un simple análisis de sangre podría reemplazar técnicas costosas y complejas para diagnosticar y estadificar el Alzheimer, facilitando tratamientos más adecuados según el estado real de la enfermedad en cada paciente.

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