..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
Carmen Montón y Mª Jesús Montero son las dos médicas elegidas por Pedro Sánchez para guiar la sanidad durante su mandato. La primera como Ministra de Sanidad, la segunda como Ministra de Hacienda. La primera se encontrará con las competencias transferidas a las Comunidades Autónomas, la segunda ejercerá un verdadero control sobre las finanzas autonómicas, tal como hacía su predecesor, Cristóbal Montoro.
Montero ha sido, desde su Andalucía natal, la referencia en “subastas de medicamentos”. La patronal, Farmaindustria ya se ha ofrecido, antes incluso de conocer que Montero sería Ministra, su “colaboración y predisposición al diálogo, para seguir trabajando en favor de la calidad y el fortalecimiento del Sistema Nacional de Salud”. Para la industria es vital el acceso de los pacientes a los nuevos medicamentos. Lo que pide es “marco estable y predecible” para trabajar conjuntamente.
Los problemas de desabastecimiento o la selección de un laboratorio indio desechado por la FDA es una prueba de la falta de éxito del modelo de las subastas. Montero tiene otra oportunidad para buscar un modelo con mejores resultados, aunque menos populista.
El caso de Montón es distinto, su gestión ha quedado marcada por el pacto del Botanic, más interés en la ideología que en los resultados, tal como ella ha demostrado en estos años. El hospital del Alzira o el nombramiento de la gerente del Hospital de la Fe de Valencia son una muestra de su forma de actuar. Su permanente enfrentamiento con la sanidad privada es un modo de trabajar muy propio de los “fundamentalismos” de otras épocas. La Fundación IDIS y ASPE le ha ofrecido diálogo para aprovechar “todos” los recursos del sistema. Montón tiene en su mano la oportunidad de rectificar y buscar resultados por encima de la ideología.
Montón y Montero ya saben que no hay que enfrentarse con la sanidad privada, hay que apoyarse en ella
La sanidad pública es uno de los grandes patrimonios de los españoles, gracias al trabajo de los profesionales, los gestores… incluso los políticos, pero también gracias al esfuerzo de la sanidad privada que aporta muchos recursos. Los datos como un gasto de 30.000 millones de euros, el 3,5% del PIB, 10 millones de asegurados son un motor económico y de empleo.
Montón y Montero ya saben que no hay que enfrentarse con la sanidad privada, hay que apoyarse en ella. Su nuevo reto es buscar los mejores resultados y dejar de lado las cuestiones ideológicas. Eso es lo que se les exige.