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Dietas ‘milagro’, efecto rebote, complementos nutricionales o actividad física son conceptos muy debatidos en el área de la Endocrinología y la Nutrición. La doctora María Luisa López Díaz-Ufano, medico de familia especialista en Nutrición y miembro del Grupo de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) explica en una entrevista para iSanidad cuáles son las recomendaciones clínicas a la hora comenzar una dieta, entre las que se incluye el ejercicio físico y la regulación de alimentos en función de la actividad diaria del paciente, incluyendo la recomendación de suplementos nutricionales siempre y cuando sea necesario.
A un paciente o una persona que no tenga ninguna patología crónica le influye su genética, su tratamiento, su alimentación actual y su flora intestinal
¿Qué obstáculos impiden una buena adherencia a las dietas?
Según mi criterio, lo que lo impide es la generalidad de esa dieta, porque no todo el mundo responde igual a la misma dieta. Las dietas tendrían que estar perfectamente diseñadas para cada persona. A un paciente o una persona que no tenga ninguna patología crónica le influye su genética, su tratamiento, su alimentación actual y su flora intestinal. Si hay una dieta que dicen que es para mejorar el rendimiento físico, el rendimiento intelectual, para perder peso o bajar la glucemia, es muy posible que a una persona le haga bien pero a otras no. Yo creo que este es el motivo porque al final se deja la dieta y no se termina de seguir. Se hace un esquema muy fijo y estático, cuando debería de ser más dinámico, según se va avanzando en su desarrollo o cumplimiento, hay que ir adaptando la planificación de los elementos que tienen que ingerir.
“Se hace un esquema muy fijo y estático, cuando debería de ser más dinámico, según se va avanzando en su desarrollo o cumplimiento, hay que ir adaptando la planificación de los elementos que tienen que ingerir”
Actualmente existe una gran difusión de las llamadas dietas ‘milagro’, ¿a qué cree que se debe?
Como médico creo que lo que hay es un fracaso como tratamiento a nivel farmacológico. Es verdad que hay una evidencia de que el 80% de la enfermedad crónica está influenciado por el estilo de vida y los hábitos en la alimentación que tenemos. Yo creo que ahora ha habido un ‘boom’, antes nadie hablaba de la alimentación, era algo poco conocido y en cambio ahora parece que lo relacionamos todo con los alimentos. Es cierto que los alimentos nos dan una serie de referencias en nuestro desarrollo, en nuestro peso y en nuestra endocrinología en general. Pero no se trata solo de la alimentación, también influye la genética, la flora intestinal, el microbioma y la epigenética. Han surgido personas que dicen que esto va bien pero no existe una evidencia, entonces nosotros como científicos no sabemos explicar por qué se hace más caso a alguien que dice que le ha ido fenomenal pero no se ha comprobado que de lo que está hablando es cierto. En cambio, cuando hay una serie de publicaciones mucho más rigurosas, científicas y tienen evidencia de que funcionan o no, no se les da tanta difusión en los medios de comunicación.
“No podemos hacer una dieta generalizada, la dieta personalizada es ya el presente, no podemos pensar en el futuro”
La personalización de las dietas, ¿es el futuro de la Nutrición?
Si, de hecho ya es el presente. Si nos situamos ante pacientes que tienen una patología crónica, por ejemplo diabetes, no podemos ponerle la misma dieta o el mismo tipo de alimentación que a otro paciente que a lo mejor tiene otro tipo de diabetes o incluso la misma. Tampoco es lo mismo un joven de 16 años que esta en fase de crecimiento y hace deporte que otros adolescentes de la misma edad que quizá no practican deporte con esa intensidad. Influyen muchos aspectos, como son la biología, la genética o si se tiene algún tipo de alergias. No podemos hacer una dieta generalizada, la dieta personalizada es ya el presente, no podemos pensar en el futuro.
Ante esta situación, ¿cuál debería ser la formación adecuada del médico?
Uno de nuestros objetivos es formar a todos nuestros compañeros de Atención Primaria pero muchos no están actualizados. Este es uno de los errores que existen dentro de lo que se llama el desarrollo profesional. El médico tiene la obligación de formarse de una manera continuada, de la misma forma que se ponen al día en los tratamientos para la hipertensión o para la fibrilación auricular, o para cualquier otra patología. Ya no deberían existir las dietas clásicas que se hacían antes. Desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, cuando fue consejero el doctor Antonio Alemany, existe un programa sobre dietas que los médicos pueden utilizar, dependiendo de la edad y patología del paciente, si es hombre o mujer, si realiza actividad física, si tiene diabetes o sobrepeso, etc. No vale que indiquen la dieta de 1.500 calorías.
“El médico tiene la obligación de formarse de una manera continuada, de la misma forma que se ponen al día en los tratamientos para la hipertensión o para la fibrilación auricular”
Al igual que el médico recomienda al paciente el consumo de vitaminas, ¿puede también recomendarle complementos nutricionales en función de sus necesidades?
Yo aquí hago dos diferenciaciones. Siempre hay que pensar que las necesidades de los macronutrientes y micronutrientes, es decir lo que necesitamos para nuestro día a día, tiene que venir de una ingesta variada de alimentos. Dependiendo de cada persona, se ingiere una cantidad mayor de unos alimentos concretos o de otros. Desde el punto de vista de la evidencia y con respecto a la suplementación, por un lado tenemos aquellas personas que por cualquier circunstancia, a nivel digestivo o metabólico, no tienen la capacidad de absorber en su organismo los micronutrientes necesarios. Entonces sí que disponemos de suplementación para que esa persona no termine desnutrida. Incluso puede tratarse de personas ancianas que, según van cumpliendo años, disminuye la función de sus órganos y por mucho que queramos darle una alimentación concreta, a lo mejor por su textura no puede comer bien y, por tanto, necesita una suplementación de macro o micro nutrientes, como proteínas, hidratos de carbono, sodio, calcio, etc. Cuando la gente piensa que hay una carencia dentro de la alimentación variada y que se pueden tomar determinados suplementos, en líquido o en sólido, en mi opinión no creo que sea la correcto, porque son los alimentos los que nos lo deben aportar. Sin embargo, si por alguna circunstancia especial, como un viaje o un trabajo ‘caótico’, antes de dejar de comer o pasar muchas horas de ayuno, quizá hay que plantearse qué tengo que llevarme para que me pueda ayudar a comer adecuadamente.
“Hay que particularizar la dieta de cada persona, en función de su actividad, por ejemplo si va a estar sentado en la oficina o si va a pasar muchas horas trabajando en la calle”
Muchas veces cuando hablamos de la ingesta de productos vegetales, como frutas y verduras, entiendo que a lo mejor en situaciones de mucho calor esos alimentos se pueden estropear si no están refrigerados, por lo que no podemos ingerir algo que no nos va a aportar los nutrientes que si lo cogiéramos del refrigerador o directamente del campo. Hay que buscar alternativas, dependiendo de cada persona, y plantearse su menú de forma que diariamente se le distribuyan los alimentos. Quizá puede tomar otro tipo de fruta a media mañana, un lácteo o algún otro tipo de hidratos de carbono. Hay que particularizar la dieta de cada persona, en función de su actividad, por ejemplo si va a estar sentado en la oficina o si va a pasar muchas horas trabajando en la calle. Por ejemplo, yo atiendo a pacientes diabéticos que son jardineros y a media mañana no les puedo indicar una pieza de fruta porque quizá está en malas condiciones. Ahí les puedo recomendar una suplementación, que para eso existe también en el ámbito de la nutrición.
Cuando los pacientes acuden a consulta, ¿la suplementación es una demanda común?
Creo que es una forma más generalizada y el que más se preocupa hoy en día por la alimentación es aquella persona que tiene alguna patología y llega a consulta para hablar de ello. Es cierto que también se está dando un ‘boom’ entre la gente joven por el hecho de tener un estilo de vida mucho más sano y donde tienen una actividad física establecida dentro de su día a día, estas personas si consultan que tipo de alimentación pueden acompañar a esa actividad física que están realizando, ya sea fuera de su horario laboral o dentro de éste.
“Esta influencia cultural sobre buenos hábitos de alimentación se debe realizar desde la infancia”
El hábito de la alimentación nos lo crean cuando somos niños y hay una cultura en España y en el resto de países sobre alimentos que tienen azúcar, sal o determinadas grasas que se adquieren desde pequeños. Esta influencia cultural sobre buenos hábitos de alimentación se debe realizar desde la infancia, porque si un niño no ha probado el azúcar, añadido en determinados alimentos, con el sabor que tiene ese tipo de producto no va a necesitar añadir azúcar cuando sea más mayor, al igual que ocurre con la sal. Si yo ya tengo una palatabilidad y un ritmo de comida, por mucho que me quieran influir en la alimentación, quizá es más difícil acostumbrarse. Cuando más se produce la adherencia es cuando, al tener un evento médico, se es más consciente, al igual que cuando te preparas para un evento deportivo y quieres tener mejor físico. Pero en general nos olvidamos de ello, salvo que tengamos una cultura desde pequeños de comer variado, así tendremos una alimentación correcta.
¿Está la Nutrición estrechamente ligada al deporte?
En el mundo del deporte de alto rendimiento existe una alimentación completamente controlada, con una ingesta muy alta de proteínas y sobre todo de hidratos de carbono, porque debido al gasto energético a corto plazo necesita consumir hidratos de carbono. Si atendemos a lo que comen este tipo de personas veremos que lo que llevan son hidratos de carbono. Si ponemos esta dieta en la población general, con menor actividad física, podemos provocarles una hiperglucemia o diabetes. Hay que diferenciar actividad física, que es lo que hacemos la mayoría como ir a la piscina o al gimnasio, de deporte de alto rendimiento, constante, con más de una hora diaria de actividad y que conlleva un gasto de energía muy alto.
“La dieta siempre debe ir acompañada de un aumento de la actividad física para que la masa magra se vaya formando”
A este tipo de personas hay que hacerles una planificación con una ingesta completamente distinta. A veces llegan a la consulta preguntando por la suplementación de proteicos y esto lo que conlleva es una saturación a nivel renal. Cuando uno es joven y el riñón está a pleno funcionamiento, a priori tiene un cien por cien de función y no lo va a notar, pero si entre los jóvenes alguno tiene una disminución en su función metabólica renal, esto ya va a suponer una repercusión en su fisiología. A medida que se van cumpliendo años hay una mayor repercusión por una sobrecarga renal y una patología añadida.
¿Las dietas deben acompañarse también de cambios en el estilo de vida?
Si una persona solamente realiza una ingesta hipocalórica esto provoca que el organismo ahorre, al estar en reposo. Esto parece contraproducente pero es así. Es decir, si yo hago una dieta hipocalórica para bajar de peso pero no hago actividad física que cree masa muscular, en la primera semana quizá perdería 8 kilos, pero luego se produciría el efecto rebote, si no continuamos con la dieta se pueden aumentar esos kilos y llegar a más. La dieta siempre debe ir acompañada de un aumento de la actividad física para que la masa magra se vaya formando.
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