..Luis de Haro. Director general de iSanidad
España es un país de contrastes, cuando hace frío son “olas de frío polar producto de una ciclogénesis explosiva”, y cuando hace calor son “temperaturas extremas procedentes de los vientos del norte de África”. No nos acostumbramos al término medio, es como si a los españoles no nos gustara la moderación, solo los extremos.
Lo mismo pasa con la sanidad, al mes de un cambio en el color político del gobierno (nacional o autonómico) se asegura que se ha revertido la situación anterior, los médicos ya están contentos, los pacientes no tienen que esperar y se ha arreglado el problema de la sostenibilidad del sistema. Nada más lejos de la realidad porque los problemas no cambian, la tendencia es la misma y los discursos también.
Ni el sistema, ni los profesionales, ni los pacientes, ni el sector necesita “ciclogénesis”, necesita proyectos políticos coherentes que lleguen hasta el final, sin parches. Lo malo no es solo comenzar un proyecto nuevo, lo malo es abandonar el que había. Cuando llega un nuevo consejero o ministro cambia al equipo, a los directores generales, los gerentes, los equipos de comunicación, y, si puede a los guardias de seguridad, todo cambia y todo empieza otra vez. Este es el principal problema del proyecto sanitario en España.
Un proyecto nuevo significa comenzar otra vez, y se ha comenzado tantas veces… La España de los contrastes necesita más consistencia y más confianza, necesita aprender a trabajar en equipo. Las decisiones ideológicas en sanidad van contra el sistema sanitario.
Un proyecto nuevo significa comenzar otra vez, y se ha comenzado tantas veces… La España de los contrastes necesita más consistencia y más confianza
La llegada del nuevo presidente de Andalucía es una oportunidad para el sistema. La persona que acabe siendo titular de la consejería de sanidad puede “tirar la puerta abajo” o aprovechar lo bueno que haya, y reconocerlo. Lo mismo podría hacer Pedro Sánchez con sus presupuestos, reconocer lo bueno que hay y apoyarse en ello para construir el futuro.
Sin embargo, parece que ninguna de las dos cosas sucederán y se tirará por tierra todo lo que haya para construir un nuevo proyecto, que probablemente quedará sin terminar.