Científicos españoles identifican un marcador muy precoz de daño cardiaco asociado al cáncer

..Redacción.
Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERCV) han logrado identificar un marcador muy precoz de daño cardiaco en sujetos que reciben tratamiento con una familia de fármacos muy habituales en el tratamiento del cáncer, las antraciclinas. Este hallazgo posibilitaría el diagnóstico temprano de la cardiotoxicidad asociada al uso de este grupo de quimioterápicos ampliamente utilizados.

Se podrían implementar terapias dirigidas a evitar el desarrollo del deterioro de la función cardiaca o llevar a cabo una gestión más adaptada al tratamiento oncológico

La revista científica Journal of the American College of Cardiology (JACC), recoge los resultados de esta investigación que tiene importantes implicaciones terapéuticas. Borja Ibáñez, director de Investigación Clínica del CNIC, cardiólogo en la Fundación Jiménez Díaz y coordinador del estudio, explica que, al identificar este daño en estadios muy tempranos se podrían “implementar terapias dirigidas a evitar el desarrollo del deterioro de la función cardiaca o llevar a cabo una gestión más adaptada al tratamiento oncológico para cada paciente”.

El descubrimiento tiene un gran impacto ya que este marcador se ve afectado mucho antes que cualquiera de los marcadores utilizados en la actualidad de manera clínica. Parra llevar a cabo el estudio, los investigadores desarrollaron un modelo porcino nuevo de cardiotoxicidad inducida por las antraciclinas. El cerdo es el animal de experimentación cuyo corazón tiene mayores similitudes con el humano.

Hasta un 25% de pacientes que recibe tratamiento con algunos de los fármacos más comunes desarrolla algún grado de toxicidad miocárdica, que puede llegar a ser muy grave

Los grandes avances en el tratamiento del cáncer, una enfermedad de la que cada año se diagnostican 4 millones nuevos casos en Europa, tienen en ocasiones un ‘peaje’ en forma de efectos adversos importantes, como es la cardiotoxicidad. Hasta un 25% de pacientes que recibe tratamiento con algunos de los fármacos más comunes desarrolla algún grado de toxicidad miocárdica, que puede llegar a ser muy grave y condenar al superviviente del cáncer a insuficiencia cardiaca crónica o, incluso, a fallecer por esta complicación.

Retos en cardio-oncología
Conocer mejor los mecanismos fundamentales responsables del daño cardiaco asociado a estos tratamientos tan eficaces y realizar un diagnóstico precoz de daño miocárdico son algunos de los grandes retos en el área de cardio-oncología. El modelo de cardiotoxicidad por antraciclinas, que ahora se presenta en JACC, se desarrolló administrando a estos animales doxorrubucina intracoronaria a dosis crecientes durante 10 semanas, con lo que se conseguía una concentración en el músculo cardiaco sin gran exposición a otros órganos.

Javier Sánchez-González: “El primer parámetro que se altera es T2 mapping, que nos indica que existe un edema que se ha confirmado con los estudios histológicos”

Javier Sánchez-González, científico de Philips y co-líder de este trabajo, señala que han observado “que el primer parámetro que se altera es T2 mapping, que nos indica que existe un edema que se ha confirmado con los estudios histológicos”. Por su parte, Carlos Galán-Arriola, primer autor del estudio y miembro del equipo de Ibáñez, comenta que “este edema se produce porque la doxorrubicina empieza a dañar a las mitocondrias dentro de los cardiomiocitos y esto genera un edema intracelular”. Las mitocondrias son las ‘centrales energéticas’ de las células cardiacas y un daño permanente en ellas produce una disfunción grave e irreversible del músculo cardiaco.

Estudio MATRIX
A pesar de que se trata de unos resultados prometedores, aún tienen que confirmarse en estudios con pacientes. De hecho, el equipo ha iniciado ya, en colaboración con el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, un ensayo clínico en humanos dentro del estudio MATRIX, un proyecto que busca desarrollar innovadores tratamientos para la toxicidad cardiaca asociada a los tratamientos del cáncer.

Estos resultados abren la puerta a posibles terapias basadas en el trasplante de mitocondrias

En breve vamos a reclutar a 100 pacientes con linfoma que van a recibir tratamiento quimioterápico que incluya antraciclinas a dosis altas. A todos ellos se les realizará una resonancia magnética avanzada -incluyendo secuencias novedosas desarrolladas por el grupo- antes de cada ciclo de quimioterapia y se les monitorizará de manera muy estrecha”, indica el investigador del CNIC.

Estos resultados pueden ayudar a prevenir los graves efectos secundarios que experimentan los pacientes con cáncer cuando reciben el tratamiento y abre la puerta a posibles terapias basadas en el trasplante de mitocondrias. Se trata de un tratamiento “innovador y radical que consiste en el autotrasplante de mitocondrias sanas para remplazar a las dañadas por el tratamiento del cáncer, algo nunca realizado antes y que sería un cambio en el paradigma en el tratamiento de las enfermedades del corazón”, concluyen los investigadores.

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