La depresión es una de las principales preocupaciones en la salud de nuestros adolescentes

depresión-suicidio

..Elena Santa María.
La depresión afecta a un 5% de los adolescentes españoles. Entre un 10 y un 20% de ellos sufre ansiedad. Son las conclusiones del VI Curso de Salud integral en la Adolescencia. Este curso, ha sido organizado por la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA) en La Paz. Durante el mismo, se han tratado las principales cuestiones médicas que afectan en los años de la adolescencia. En esa etapa, es imprescindible la detección precoz, especialmente de trastornos como la ansiedad y la depresión. Éstos son cada vez más frecuentes y los primeros síntomas muchas veces se confunden con el comportamiento de la edad.

El Dr. Félix Notario, miembro de la SEMA insistió en la importancia de inculcar hábitos de vida saludables. “Debemos observar al adolescente y no achacar sus cambios a cosas propias de la edad”, ha dicho. “Profesores, padres y amigos tienen que estar atentos a los primeros signos de alarma”. Estos pueden ser cambios físicos, irritabilidad, falta de apetito, aislamiento, etc. No necesariamente tristeza. También el pediatra tiene un papel importante en la detección.

Debemos observar al adolescente y no achacar sus cambios a cosas propias de la edad

La causa de la depresión no siempre es evidente. En algunos casos se debe a factores hereditarios. Por supuesto, influye mucho la situación personal del adolescente. Si ha sufrido pérdidas significativas, o si tiene una situación difícil en casa. Influyen también el consumo de sustancias, o el uso excesivo de las redes sociales y las tecnologías. Todos estos factores condicionan un aislamiento excesivo.

Trastornos asociados al ritmo de vida
El gran peligro es que en numerosas ocasiones el adolescente oculta que sufre algún tipo de trastorno. O lo hace su familia. El temperamento del adolescente, así como sucesos vitales estresantes, los ámbitos sociales desfavorables y el estilo de vida influyen negativamente. Los hábitos alimenticios, como la ingesta voraz por un lado o la falta de apetito son otros factores. “Este tipo de episodios ansiosos son también fruto del ritmo frenético de vida impuesto” ha señalado el Dr. Notario.

El temperamento del adolescente, así como sucesos vitales estresantes, los ámbitos sociales desfavorables y el estilo de vida influyen negativamente

Una vez que está identificado el trastorno, hay que intervenir de forma eficaz. El primero paso es hablar con el adolescente. Lo más normal es que no reconozca que tiene un problema. Habrá que ponerles ejemplos de su comportamiento y sus miedos. Y sobre todo, mostrarle apoyo en todo momento sin críticas. Si lo necesita deberá acudir a un especialista que lo explore en profundidad.

Noticias complementarias:

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en