..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
En pleno siglo XXI todavía hay gente que no termina de entender quién es el dueño de la historia clínica. A los médicos, a los profesionales, a los pacientes, a los medios de comunicación se les llena la boca de futuro. Conceptos como humanización, seguridad del paciente, tecnología, CAR-T, innovación… cualquier cosa es válida si suena a futuro.
Sin embargo, la historia clínica es otra cosa. Todavía hay hospitales, y médicos, que consideran que el paciente no es el dueño de la historia clínica. Consideran que es suya, y se la dan al paciente si “están de buenas”.
No se pueden repetir pruebas por falta de acceso a la historia clínica porque el dueño de la historia clínica no tenga acceso a ella
Así nos encontramos con pacientes que viajan por trabajo o por ocio, que tienen un problema y se le hacen “todas” las pruebas. No se le pide su historia clínica porque, lo normal, es que no la tenga. Las pruebas no son baratas, y el tiempo no es gratis, ¿por qué se repiten?
En 2019 se puede sacar dinero de un cajero sin miedo. Se puede hacer una transferencia por internet sin miedo. Seguramente hoy hay gente “haciendo compras por internet”. De verdad, ¿alguien se puede creer que el dueño de la historia clínica no puede acceder a ella?, ¿qué es un tema de confidencialidad? Si alguien intenta entrar en mi cuenta de Google (solo con intentarlo), me avisan. Primero recibo en el móvil un SMS y, después, en el correo un mensaje de seguridad.
Poner al paciente en el centro del sistema incluye darle la potestad de acceso a su historia clínica, y que él le ceda el acceso a quien quiera. En pleno siglo XXI, en la era de la información no se pueden repetir pruebas por falta de acceso a la historia clínica. Ni el paciente se lo puede permitir ni el sistema tampoco.