La pasión por la medicina se transmite por generaciones

pasión por la medicina

..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
La pasión por la medicina se dice que es innata, es una vocación. Se aprende, pero cuando hay unos genes previos es mucho más fácil. Aprender de los padres es algo innato en los hombres. Cuando un padre, una madre o un familiar directo tiene la vocación médica es más fácil que aparezca en los hijos.

Es entendible el camino que hay que recorrer. El médico que tiene pasión por la medicina, por los pacientes, por la investigación… la transmite allá donde vaya. El padre que tiene pasión por la medicina cuenta sus cosas en el ámbito familiar. Así se aprende, “se mama” la medicina.

La pasión por la medicina se cultiva a la vez que se transmite

Cuando los padres, médicos, transmiten falta de interés y los problemas del sistema, la vocación de los hijos se dirige hacia otros derroteros. La positividad es uno de los principales factores de difusión de la pasión por la propia profesión.

El Dr. Luis Fernández-Vega Sanz es un buen ejemplo. Es bisnieto, nieto, hijo y también padre de oftalmólogos. La quinta generación de oftalmólogos ejerce en Oviedo. Más de 100.000 pacientes acuden anualmente en busca de un tratamiento para sus ojos. Los hijos del Dr. Fernández-Vega han crecido mientras su padre estudiaba técnicas nuevas y veía vídeos de oftalmología.

Sin embargo, no es suficiente con apellidarse Fernández-Vega para entrar a formar parte del Instituto. De hecho, la residencia hay que hacerla fuera y después, pasar las pruebas de acceso. Para ser los mejores es necesario ser estrictos.

Lo mejor que han hecho los Fernández-Vega para transmitir su pasión por la oftalmología es cultivarla personalmente. Así, uno tras otro, se han ido convirtiendo referencia en la especialidad. Son cinco generaciones y 125 años, tiene que haber mucha pasión.

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