..Luis A. de Haro. Director general de iSanidad.
La crisis del Covid-19 ha condenado a cadena perpetua al sistema sanitario y a médicos y enfermeras. La historia de la desconfianza en los dirigentes políticos es ya total. La necesidad de regeneración del sistema nace con un lastre que se tardará mucho en eliminar. La condena es depender de un sistema político pernicioso, incoherente y utilitarista. Es una condena injusta.
Los dos últimos meses han marcado el futuro de la sociedad en España. Son casi 30.000 muertos, millones de infectados, economía desecha, familias rotas… nada puede ser igual que antes.
Médicos, enfermeras y todo el sistema está condenado a cadena perpetua porque depende de un sistema político que se está mostrando terrible
Si la crisis ha marcado a los profesionales, la gestión política los ha machacado. Los primeros tienen en su piel positivos estigmas como la dedicación, la profesionalidad o la entrega. Los segundos han perdido cualquier credibilidad. Cuestiones sustanciales como la protección o las alertas para la prevención han sido una burla hacia los profesionales. Los resultados de la evaluación de la profesionalidad de políticos y profesionales sanitarios son de divisiones distintas.
El Gobierno ha mostrado datos falsos o maquillados y falta de rigor en las decisiones. Se han repartido test de pésima calidad o mascarillas defectuosas, son la prueba del poco interés que mostrado por el sistema sanitario y sus profesionales. Si los profesionales del sistema sanitario son extremadamente precisos y profesionales, ¿por qué los que les dirigen parecen tan “interesados”?
Médicos y enfermeras está condenados a cadena perpetua mientras no haya un cambio radical. Un cambio que no se espera de los que están ahora. Si en los momentos más importantes han engañado a todos, ¿por qué en las cosas más sencillas van a ser leales?