..Gema Maldonado.
¿En qué ha fallado España en su proceso de desescalada hacia la “nueva normalidad” y qué se puede aprender de estos fallos? Un plan transparente, con indicadores específicos, una desescalada llevada a cabo con cuidado y con vigilancia extrema de la situación epidemiológica, con un sistema eficaz de búsqueda, test, rastreo y aislamiento de casos, y un conocimiento con datos datos en tiempo real de la infección. Son algunos de los puntos a los que se refiere el estudio Lecciones aprendidas al aliviar las restricciones de Covid-19: un análisis de países y regiones de Asia Pacífico y Europa, elaborado por un amplio grupo de investigadores, publicado en The Lancet.
El estudio compara los enfoques adoptados en la pandemia y desescalada en diferentes países de Asia y Europa, entre ellos, España
El estudio, en el que participan los investigadores españoles Elena Legido-Quigley y Alberto García-Basteiro, compara las diferentes formas de afrontar el alivio del confinamiento en cinco regiones de Asia-Pacífico: Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda, Singapur y Corea del Sur, y en cuatro de Europa: Alemania, Noruega, Reino Unido y España. Este análisis comparativo “presenta importantes lecciones para aprender de las experiencias de estos países y regiones”, señala el estudio.
El análisis se hace en torno a cinco factores previos para comenzar a aliviar los confinamientos y restricciones: un conocimiento del estado de la infección, el compromiso de la población, una capacidad adecuada en salud pública, un sistema de salud capaz de responder y controles fronterizos.
El estudio “presenta importantes lecciones” para aprender de las experiencias de desescalada de España y el resto de países analizados
En primer lugar, el estudio señala que España elaboró un plan de desescalada en cuatro fases, pero “no se publicaron indicadores específicos” que guiaban ese plan y el cambio de fases. En segundo lugar, el informe habla de la importancia de contar con “datos en tiempo real” de indicadores como la R, el número reproductivo básico en una epidemia. Países como Honk Kong contaban con datos en tiempo real de este indicador desde febrero. En cambio España hablaba de “estimaciones” con respecto a la R.
Apuntan que “en el centro de cualquier estrategia de salida efectiva para las restricciones de Covid-19 debe haber un sistema de vigilancia que incluya la búsqueda activa de casos, pruebas de todas las personas con sospecha de infección, rastreo de sus contactos cercanos, aislamiento de personas con una infección confirmada y apoyo a esas personas”.
El estudio señala que España elaboró un plan de desescalada en cuatro fases, pero “no se publicaron indicadores específicos”
No fueron pocos los problemas que se generaron en el proceso de desescalada con algunas comunidades autónomas en relación con la cantidad de rastreadores con las que contaban. De hecho, la realidad nos ha mostrado que, en muchas comunidades autónomas, no han sido suficientes. El estudio habla de los países con sistemas eficaces mientras que España y Reino Unido lo intentaban.
Además, en el estudio señalan cómo los países de Asia Pacífico en muchos casos optaron por aislar a sus positivos en instalaciones específicas, mientras que en Europa el aislamiento se ha hecho en casa. Por otra parte, apuntan, la capacidad de realización de test en España se situaba en abril en torno a las 40.000 pruebas al día. “Una capacidad que ha ido creciendo”, apuntan en el estudio, y que está lejos de las 150.000 de Alemania.
Mientras que Alemania ya contaba antes de la pandemia con 34 camas de críticos por cada 100.000 habitantes, España solo tenían 9,7 de estas camas
La investigación recuerda que las UCI españolas estaban saturadas entre marzo y abril y tuvieron que adaptarse otras salas y espacios de los hospitales para albergar a los pacientes en estado crítico. “No invertir en la capacidad adecuada antes de una pandemia limita las opciones que se pueden tomar”, apunta el informe. Y pone como ejemplo las diferencias entre Alemania y España en este sentido. Mientras que Alemania ya contaba antes de la pandemia con 34 camas de críticos por cada 100.000 habitantes, España solo tenían 9,7 de estas camas. Esto hizo que, incluso durante el pico de la pandemia, la ocupación de las camas UCI siempre estuvieran por debajo de su capacidad total.
A esta grave situación se sumó las “altas tasas de infección” en el personal sanitario. Aunque apuntan que “ha disminuido” en los últimos meses. Tener suficiente capacidad implica también contar con los suficientes equipos de protección personal para los sanitarios. También de respiradores para pacientes críticos, cuya escasez “ha obligado al personal a tomar decisiones difíciles de racionamiento”, afirma el estudio.
El estudio destaca las “altas tasas de infección” entre el personal sanitario durante la pandemia en España
Aquí, el estudio vuelve a comparar la mala situación de España con respecto a países como Corea del Sur o Singapur. “En España, el personal médico ha representado más del 10% del total de casos de Covid-19”, frente a los países de Asia Pacífico. En ellos, el almacenamiento suficiente de EPIs y la “formación estructurada para garantizar su adecuado uso”, han protegido “en gran medida” a los sanitarios de las infecciones.
Los mensajes confusos sobre lo que se considera una distancia física segura entre personas “han sido confusos e inconsistentes” en todos los países. Además, “la ausencia de consenso internacional” sobre las evidencias científicas de los beneficios de usar mascarillas y los cambios de sentido en las políticas para su aplicación, “han generado confusión pública y desafíos para la adhesión en muchos países y regiones”, detallan.
El estudio habla de la necesidad de manejar la desescalada “con gran cuidado y vigilancia continua”. Se refiere a España y Reino Unido como países cuyos niveles de contagio vuelve a ser altos
Uno de los puntos en los que vuelve a hacer referencia a España, junto con Reino Unido, se refiere a la necesidad de manejar “con gran cuidado y vigilancia continua” el proceso de desescalada para no volver al punto de partida. En este sentido se refiere a España y Reino Unido como ejemplos de países en los que los niveles de contagio vuelven a ser muy preocupantes.
Por último, analizan el control de fronteras. Mientras que los países de Asia Pacífico mantienen sus fronteras cerradas para la mayoría de los visitantes y se requiere una cuarentena de 14 días al llegar, señalan que “por el contrario, los países europeos han tardado en exigir pruebas de rutina a los viajeros”. Recuerdan que España eximió de la cuarentena a los visitantes de la Unión Europea ya en junio. Unos días después, el uno de julio, abrió sus fronteras al resto de países.
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