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El asma grave es un problema de magnitud para los pacientes que sufren esta enfermedad crónica. El 3,9% de estos pacientes tienen especial dificultad para alcanzar el control de la enfermedad, estamos ante lo que se conoce como asma grave no controlada (AGNC). Un tipo de asma muy debilitante que afecta negativamente a la calidad de vida de los pacientes ya que presentan crisis asmáticas frecuentes y limitaciones importantes en la función pulmonar.
El 3,9% de los pacientes con asma grave tienen especial dificultad para alcanzar el control de la enfermedad. Son las personas con asma grave no controlada (AGNC)
Para el sistema sanitario también es un problema. En muchos centros sanitarios supone un reto la organización de la asistencia para coordinar las pruebas diagnósticas, las visitas a la consulta, el tratamiento con terapias innovadoras y el seguimiento de los pacientes de una forma cercana y que permita detectar cuándo hay un mal control de la enfermedad. Las unidades de asma con equipos multidisciplinares pueden ser la respuesta a este desafío, para mejorar la salud de muchas personas, además de evitar que esta enfermedad suponga el 2% del gasto de la sanidad pública y genere el 2% de todos los ingresos hospitalarios.
¿Qué se puede mejorar para no llegar estos porcentajes? Un grupo de gestores sanitarios y de clínicos se han embarcado en el Proyecto Carabela, impulsado por AstraZeneca, para encontrar áreas de mejora en el manejo de estos pacientes y proponer soluciones, con el fin de reducir sus síntomas y sus riesgos.
Las unidades de asma con equipos multidisciplinares pueden ser la respuesta para mejorar la salud de muchas personas con asma grave no controlada
La Dra. Ana Pérez, directora Médica y de Asuntos Regulatorios de AstraZeneca, destaca que el Proyecto Carabela es un buen ejemplo de colaboración entre la industria y los profesionales sanitarios. “Desde AstraZeneca tenemos el firme compromiso de mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónicas. Para ello, creemos que es de vital importancia colaborar con los profesionales sanitarios para ofrecerles la mejor formación posible y poner a su disposición toda la capacidad de innovación de la compañía, de manera que podamos ofrecer las mejores soluciones terapéuticas a los pacientes”, subraya.
En este contexto, según la directora médica de AstraZeneca, el proyecto Carabela “es uno de los proyectos prioritarios para nuestra compañía, que hemos puesto en marcha tanto en asma como en insuficiencia cardiaca y el año que viene se implementará en otras enfermedades muy prevalentes, que tiene el objetivo de optimizar la atención de los pacientes en España para que reciban la mejor asistencia sin tener en cuenta su lugar de residencia y, de este modo, contribuir al mismo tiempo a la sostenibilidad del sistema sanitario en tiempos tan complejos como los que estamos viviendo. En concreto con el proyecto Carabela en asma grave el objetivo es conocer la situación de las unidades de asma en los hospitales españoles y desarrollar una herramienta que permita armonizar las prácticas y mejorar la asistencia de los pacientes con esta patología”.
El proyecto Carabela en asma grave comenzó en seis hospitales piloto para mejorar sus unidades de asma
Cómo es actualmente el modelo asistencial del asma y qué necesidades no se están cubriendo; qué aspectos se pueden mejorar y cómo ganar en coordinación y eficiencia, son los objetivos que se marcó Carabela y los seis hospitales piloto que iniciaron el proyecto.
Junto a ellos, cuatro sociedades científicas se implicaron. Dos de ellas muy unidas a la enfermedad, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Y otras dos de gestión, la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) y la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA).
Más de 180 profesionales sanitarios de diferentes especialidades empezaron a trabajar en un manejo holístico y multidisciplinar del asma grave no controlada
Más de 180 profesionales sanitarios entre farmacéuticos, enfermeros, neumólogos, endocrinos, otorrinos y psicólogos empezaron a trabajar en un manejo holístico y multidisciplinar del asma grave. Tras los primeros resultados obtenidos con los seis hospitales pilotos, el proyecto se está extendiendo a otras unidades de asma de los centros hospitalarios del territorio nacional, con los que trabajar en red por la mejora continua. Desde el diagnóstico precoz a protocolos homogéneos que permitan una asistencia de calidad y el acceso a terapias innovadoras en condiciones de equidad en todos los puntos de España.
Según explica a iSanidad la Dra. Astrid Crespo Lessmann, adjunta del Servicio de Neumología y Alergia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau del Barcelona, uno de los principales resultados del trabajo ha sido “la elaboración de una lista de indicadores de calidad asistencial en la atención a estos pacientes”. Con estos indicadores y el trabajo conjunto que llevaron a cabo en una reunión nacional del proyecto y otros seis encuentros regionales, la Dra. Crespo cree que se van a implantar mejoras clave frente a los problemas del manejo de la patología.
Tras los primeros resultados obtenidos con los seis hospitales pilotos, el proyecto se está extendiendo a otras unidades de asma
Entre ellas, “la mejora del flujo del paciente asmático en la sospecha y diagnóstico de la enfermedad. Pero, también, en el tratamiento, en el diagnóstico del asma grave no controlado, en su fenotipado y tratamiento y en su seguimiento”. Además, ofrecen soluciones para hacer realidad esas mejoras. “A través de la coordinación y generación de protocolos, de sistemas de información, de la experiencia del paciente y de la mejora de las pruebas diagnósticas”, añade la Dra. Crespo.
Desde el punto de vista del director gerente del Área VII Murcia Este, Juan Antonio Marqués, el proyecto les permite una “mayor eficacia en el control de los procesos y sus reagudizaciones”. Sus efectos se verán en la “mejora de la calidad de vida y la valoración de los pacientes”. Pero, también subraya que “reducirá apreciablemente el uso de recursos de todo tipo”. Desde el consumo de fármacos, hasta los reingresos hospitalarios y las visitas a urgencias.
El proyecto Carabela también ha trabajado la mejora de la eficiencia de las unidades de asma en el contexto Covid-19
El impacto del Covid-19 y la oportunidad de mejorar
El proyecto Carabela se desarrollaba cuando se inició la pandemia de Covid-19. Así que AstraZeneca y los sanitarios recondujeron su labor para reunirse telemáticamente a nivel regional y seguir aplicando la metodología que tan buenos resultados les había dado. En este caso, para identificar los retos de esta enfermedad y, en segundo lugar, para “mejorar la eficiencia de las unidades de asma en el contexto Covid-19 a través de la definición de modelos de atención a pacientes con asma grave y supervivientes Covid-19”, explica la Dra. Crespo. Fruto de este trabajo, han elaborado documentos de recomendaciones que comparten entre hospitales y sobre los que siguen trabajando para ir mejorándolos.
Desde el proyecto Carabela también han impulsado una iniciativa que actualmente trabajan los hospitales Vall d’Hebron y Can Ruti en Barcelona. Se trata de un modelo de optimización de consultas para tratar de integrar todo el volumen de pacientes de asma y supervivientes de Covid-19. Es una herramienta para estratificar a los pacientes y definir modelos asistenciales realistas. Así, la herramienta tiene en cuenta horarios, recursos e infraestructuras disponibles para poder atender las consultas. Entre las medidas de optimización, se incluye que aquellos pacientes con su enfermedad controlada se traten por vía telemática. Mientras que los de visita para diagnóstico o con asma no controlada, acudan de manera presencial.
Está previsto que el año que viene las sociedades científicas involucradas validen los indicadores resultantes del trabajo de los especialistas y del personal de enfermería
El trabajo del proyecto continúa, no solo en el aspecto vinculado al contexto de la pandemia. Está previsto que el año que viene las sociedades científicas involucradas validen los indicadores resultantes del trabajo de los especialistas y del personal de enfermería. Precisamente la figura de las enfermeras aparece como “fundamental” para la mejora del manejo del asma grave no controlada en las conclusiones de los equipos médicos implicados. Las mejoras que se están implementando en las unidades de asma podrán monitorizarse a través de un modelo de evaluación que parte de los indicadores establecidos. El objetivo es contar con resultados que midan la efectividad del nuevo modelo para seguir mejorándolo cuando sea necesario.
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