..Dr. Juan Antonio Vargas. Jefe de Sección de Medicina Interna y Jefe de Estudios del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda. Ex decano de Medicina de la UAM (2011-2019).
La división entre el ciclo preclínico y la práctica clínica en los estudios de Medicina conlleva, por regla general, a que su incorporación y el primer contacto del estudiante de Medicina con los pacientes se produzca durante el tercer curso de la carrera. Habitualmente, dentro de la asignatura denominada clásicamente Patología General o, más actualmente conocida, Fisiopatología y Semiología.
Sin embargo, se ha defendido desde diferentes ámbitos el interés del contacto precoz de los cursos preclínicos (1º y 2º) con los pacientes. Un interés basado generalmente en la necesidad de que los futuros médicos conozcan, desde el inicio de su formación, los espacios donde se realiza la actividad clínica, los complejos procesos de la relación médico-paciente y las técnicas de comunicación. Sin olvidar la consideración de los aspectos humanos y sociales del paciente dentro de su contexto familiar y laboral.
El contacto precoz con la realidad clínica podría orientar los planes de estudio hacia el contexto social de la práctica médica
Este contacto precoz con la realidad clínica podría orientar los planes de estudio hacia el contexto social de la práctica médica, facilitaría la transición al ámbito clínico y la interacción con los pacientes e incrementaría la motivación de los estudiantes.
La situación actual de pandemia por Covid-19 ha conllevado la suspensión de las prácticas clínicas de los cursos preclínicos en algunas facultades de Medicina. A día de hoy, la situación más habitual en nuestras facultades es que las prácticas clínicas se inicien en 3º y estén dirigidas a la docencia de la anamnesis y la exploración clínica básicamente, aunque se están utilizando métodos virtuales principalmente.
En 4º y 5º las prácticas se realizan en las especialidades médicas o quirúrgicas para el aprendizaje de las entidades clínicas más prevalentes en cada una de ellas. Sin embargo, se presta menos atención a los aspectos psicosociales asociados a la enfermedad o al profesionalismo médico, los cuales son atendidos durante el rotatorio clínico de 6º y de forma muy significativa durante la formación especializada.
Este acercamiento a la práctica clínica en sucesivos compartimentos impide al estudiante de Medicina una visión global
Este acercamiento a la práctica clínica en sucesivos compartimentos impide al estudiante de Medicina una visión global de la realidad asistencial y de la atención sanitaria en sus diferentes niveles, desde los equipos de atención primaria hasta los sociosanitarios y hospitalarios, y del trabajo en equipos multidisciplinares.
Si desde el principio de su formación se proporciona al estudiante una visión transversal de la medicina, se le estaría facilitando la comprensión de determinados aspectos de la profesión médica como los valores profesionales, la comunicación, los modelos de relación clínica o el trabajo multidisciplinar. Todo ello conllevaría la posibilidad de crear profesionales polivalentes y críticos, capaces de responsabilizarse de su propia autoformación y de trabajar en entornos cambiantes, como el que vivimos actualmente, y que puedan introducir cambios sustanciales en las dinámicas asistenciales cuando en el futuro tengan la oportunidad de hacerlo.
El propio estudiante señala en las encuestas los beneficios del contacto precoz con la realidad asistencial y la incorporación a la práctica clínica
Los propios estudiantes señalan en las encuestas los beneficios del contacto precoz con la realidad asistencial, la incorporación a la práctica clínica. También indican aspectos destacables como la percepción de la enfermedad por los pacientes, la necesidad de una comunicación clara, la valoración de los aspectos más humanísticos de la práctica médica y la concepción integral de la persona enferma.
Asimismo, es reseñable que la experiencia del contacto precoz mejora la consideración de los estudiantes de la importancia de las ciencias básicas e incrementa la motivación por los estudios. La inclusión de asignaturas de introducción a la práctica clínica o de contacto precoz con la realidad asistencial, no sólo puede satisfacer una curiosidad, sino que contribuye a reafirmar su decisión de dedicarse a la Medicina. A pesar de las dificultades que conlleva la actual pandemia por COVID, debemos recuperar esta normalidad cuanto antes.