..Gema Maldonado.
Llevan hasta 10 y 12 meses de baja laboral porque pasaron el Covid. El SARS-CoV-2 ya no se detecta en ellos pero los síntomas perduran: fatiga, cefaleas, confusión, dolores musculares y una larga lista de manifestaciones de la enfermedad que no han terminado de irse y que les impide tener una vida normal. Son los pacientes con Covid persistente, cansados y desesperados porque se conoce muy poco sobre esta nueva patología. De repente, les llega el turno de vacunación y ven cómo, en algunos casos, empiezan a sentirse mejor. Incluso los síntomas desaparecen y pueden volver a incorporarse a su vida laboral y social con normalidad.
Dr. Armenteros: “La vacuna produce un efecto favorable a un porcentaje importante de personas con Covid persistente”
Son numerosos los casos de Covid persistente en los que se cumple este perfil. “Tenemos hechos fehacientes que muestran que la vacuna produce un efecto favorable a un porcentaje importante de personas con Covid persistente, no a todos, por desgracia”, explica a iSanidad el Dr. Lorenzo Armenteros, médico de familia y portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Ahora quieren poder tener más datos “para valorar si la vacuna podría ser un posible tratamiento” del Covid persistente.
Por eso la sociedad lanzó hace un par de semanas junto a los colectivos autonómicos de pacientes Long Covid Acts una encuesta para conocer la situación clínica de las personas con persistencia de síntomas de la enfermedad que ya se han vacunado frente al Covid. “Vamos a valorar qué síntomas tenían antes de la vacuna, cómo los tenía tras la vacuna, con una y con dos dosis, y cuál ha sido su evolución en diferentes aspectos de su vida”, explica el Dr. Armenteros.
Quieren poder tener más datos “para valorar si la vacuna podría ser un posible tratamiento” del Covid persistente
Aún quedan muchas preguntas por responder respecto al Covid y a sus síntomas persistentes, pero la hipótesis de la mejoría provocada por la vacuna se basa, a su vez, en dos de las tres hipótesis que tienen más peso para tratar de explicar el Covid persistente. Los médicos de la SEMG, que llevan meses abordando esta patología, así como investigadores de otros países, hablan del acantonamiento viral en determinadas partes del organismo como una de las razones del Covid persistente. La alteración inmunólogica provocada por el propio virus y la hipótesis de los autoanticuerpos, son las otras dos teorías barajadas. ¿Qué efectos tendría la vacuna sobre cada una de las tres teorías?
El Dr. Armenteros habla de dos hipótesis fisiopatológicas. Por una parte, si el virus permanece acantonado en zonas como “el tronco del encéfalo y el intestino, como se ha comprobado”, la vacuna “hace que se dispare la inmunidad natural que tenemos y parte de la inmunidad celular, que es la más duradera”. De esta forma, la vacuna hace que el sistema inmune pueda acabar con esos reservorios del virus escondidos en tejidos.
Si el Covid persistente está provocado por autoanticuerpos o por el acantonamiento viral en el organismo, la vacuna podría tener un efecto directo sobre estas causas
Una segunda hipótesis es la generación de autoanticuerpos por el virus, a lo que la vacuna podría hacer frente. El Dr. Armenteros señala una de las dañinas capacidades del SARS-CoV-2 y sus consecuencias: “Transforma células de nuestro cuerpo para que las identifiquemos como extrañas, las convierte en antígenos en diferentes zonas del cuerpo para que el sistema inmune las ataque”, explica.
Es así como se generan los autoanticuerpos. “La tormenta de citoquinas se produce no solo por la acción del organismo contra el virus, sino del organismo contra sus propia células”, añade. En este caso, las vacunas y algunos antivirales son capaces de “crear una inmunidad para la que el virus no tiene defensa”. Un ejemplo son las vacunas de ARN mensajero que llevan las instrucciones para que la célula sintetice la proteína S del SARS-CoV-2, la exponga en la superficie de la célula y así consigue estimular la respuesta inmune, también la adaptativa.
En el caso de que el Covid persistente sea provocado por una alteración en el sistema inmunitario a causa del virus, “la mejoría con la vacuna, lógicamente, es más difícil”, apunta el portavoz de SEMG.
La encuesta de SEMG, por el momento, se dirige a sanitarios, los únicos vacunados en las edades a las que más afectan los síntomas persistentes de la infección
Son muchas incógnitas abiertas. Pero esperan poder ir resolviendo algunas a partir del análisis de los datos que obtengan de la encuesta. En principio se dirige a sanitarios por una cuestión técnica, explica. “Son los únicos que están vacunados en las edades a las que más afecta el Covid persistente”. La edad media de los pacientes con esta sintomatología está en 43 años, según una primera encuesta presentada por SEMG el pasado mes de octubre. Más adelante, cuando las vacunas llegue a otros colectivos y puedan analizarse otras vacunas, no solo las de Pfizer y Moderna, se les incluirá en la encuesta, que pretende seguir abierta para ampliar la investigación.
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