¿Estamos preparados para el final de la mascarilla al aire libre?

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..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha dado el visto bueno al final de la mascarilla al aire libre, cinco días después del anuncio de Pedro Sánchez. Tras prácticamente un año de vigencia, es inevitable sentir un poco de vértigo. La medida genera, por un lado, alivio en un población ya cansada, pero, por otro, produce incertidumbre.

A las puertas de que se aplique esta nueva medida vemos una incidencia acumulada estancada en los 92 casos por 100.000 habitantes por tercer día consecutivo. Es cierto que la tasa en la que nos venimos fijando durante los últimos meses ha descendido de manera exponencial. Nos encontramos muy lejos de los más de 900 casos por 100.000 habitantes que vimos en la tercera ola, pero tampoco estamos cerca de los 50 o 60 que recomienda el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). La situación aún no es todo lo buena que cabría esperar. En los últimos siete días se produjeron sin ir más lejos 66 muertes por Covid-19.

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha dado el visto bueno al final de la mascarilla al aire libre

Precisamente, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, ha admitido que la ralentización en el descenso de la incidencia se debe a la relajación de las medidas contra el Covid-19. Una relajación que por cierto coincide con las fiestas de final de curso y el final del estado de alarma que provocó multitud de fiestas en diferentes ciudades y municipios españoles.

Esta situación se produce en un contexto en el que avanza la variante Delta por nuestro país. Simón decía que recientemente que su presencia no alcanza el 1%, pero en cataluña se habla de un 32%. Aún no sademos si tiene relación, pero en los últimos meses hemos visto como ha ido cambiando el perfil del paciente que requiere cuidados críticos, según datos de Semicyuc. Aproximadamente el 20% se encuentra entre los 31 y los 50 años. Influye también el hecho de que la población anciana más vulnerable ha recibido ya la pauta completa. Es evidente que la edad media del paciente UCI yenía que bajar pero hace falta poner el foco en esta población.

A las puertas de que se aplique esta nueva medida vemos una incidencia acumulada estancada en los 92 casos por 100.000 habitantes

La vacunación avanza a buen ritmo, pero aún tenemos a más de dos tercios de la población sin vacunar. Un 32% ya habría recibido la pauta completa y la mitad de los españoles al menos una dosis. Aún estamos lejos de la llamada inmunidad de rebaño.

Coincide también que el final de la mascarilla en espacios abiertos coincide con el fin de semana. Esta situación podría lugar otra vez a fiestas en plane calle como ocurrió con el final del estado de alarma y el toque de queda. En la madrugada del viernes al sábado ya no será obligatoria en la calle, excepto en aquellos momentos en los que no se pueda mantener la distancia de seguridad. Es decir, en cualquier aglomeración la mascarilla debe ser obligatoria. Las autoridades deben estar alertas. Estamos en un escenario demasiado incierto como para echar las campanas al vuelo.

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