..Ricardo A. Mariscal López. Com Salud.
En los últimos meses y semanas, se han sucedido encuestas sobre cómo la pandemia del Covid-19 ha acelerado la digitalización sanitaria en España. El año pasado se presentó el estudio CIGNA COVID-19 Global Impact, según el cual 6 de cada 10 españoles estarían dispuestos a usar la telemedicina en el futuro para consultas médicas acerca de patologías o síntomas leves. Este mismo año el Instituto Qualtrics también profundizó en este asunto con resultados sorprendentes. Las conclusiones de este trabajo afirmaban que España ha estado a la cabeza de Europa en los peores meses de la pandemia en lo que al uso de la telemedicina se refiere: el 23% de los españoles encuestados afirmaba haber recibido audio o videoconsultas en los meses de confinamiento frente al 16% de Gran Bretaña, el 14% de Francia y el escaso 7% de Alemania.
España ha estado a la cabeza de Europa en los peores meses de la pandemia en lo que al uso de la telemedicina se refiere
Y hace unos días también conocimos que el 81% de los profesionales sanitarios españoles admite que ya no pueden prescindir de las herramientas digitales en su práctica diaria, confiando en los beneficios de la digitalización sanitaria a largo plazo, conforme a los resultados del barómetro realizado por 360 medics en colaboración con Doctoralia y la Asociación de Innovadores en eSalud.
Todos estos datos son muy optimistas sobre el futuro de la telemedicina tras la pandemia, pero ¿está realmente preparado nuestro sistema sanitario para ello? ¿Cuentan los profesionales sanitarios con formación y medios materiales?
La comunicación en las nuevas tecnologías sanitarias
Personalmente, uno de los aspectos que más me interesa y preocupa de la digitalización sanitaria es el que se refiere a los retos que plantea en comunicación. La telemedicina plantea un escenario nuevo en la comunicación profesional sanitario-paciente. Por ejemplo, las claves de lenguaje no verbal que se utilizaban en consulta presencial ya no sirven para la audioconsulta.
La telemedicina plantea un escenario nuevo en la comunicación profesional sanitario-paciente
La telemedicina, en combinación con la consulta presencial, puede tener numerosos beneficios, como ayudar a diagnósticos y tratamientos más rápidos y contribuir a un mejor aprovechamiento de los recursos, pero para ello el profesional debe estar correctamente formado y manejar nuevos códigos de comunicación.
En una audioconsulta, el profesional sanitario debe saber obtener toda la información pertinente del paciente empleando la escucha activa, sin interrupciones y con un lenguaje directo. Ha de saber lidiar con pacientes que requieren más tiempo de llamada y que están sometidos a mucho estrés o ansiedad. Tiene que ganarse la confianza del paciente desde el primer minuto, mostrarse receptivo y amigable.
La telemedicina no se improvisa
Las mencionadas solo son unas pocas claves de la comunicación en telemedicina. Lo importante es que todo esto no se puede improvisar, requiere preparación y medios. Los profesionales sanitarios que han manifestado su predisposición a seguir empleando herramientas digitales en el futuro y utilizar la telemedicina en su práctica médica también han manifestado su preocupación por los medios materiales con los que contarán para ello y por la formación que recibirán y que obtendrán sus pacientes. En la pandemia la telemedicina ha sido forzada, tras ella debería convertirse en una alternativa útil, voluntaria, programada y planificada.
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