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Un Plan de Inversión en Sanidad que durante el próximo lustro (2021-2025) elevase de manera estable los recursos destinados a la asistencia sanitaria en dos puntos en relación al PIB podría generar un incremento de hasta 427.000 millones de euros en el PIB entre 2025 y 2040. Así lo indica el informe Inversión en sanidad: la vía española hacia la prosperidad, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (Afi) con el apoyo de la Fundación Farmaindustria.
La priorización en la inversión en capital humano, mejorando la calidad y cantidad del factor trabajo, así como la implementación de reformas estructurales con el objetivo de reforzar la prevención, la eficiencia y los mecanismos de generación y difusión de conocimiento en materia de salud, tendrían un efecto positivo sobre el aumento la tasa crecimiento del PIB de 0,25 puntos porcentuales a lo largo del período comprendido entre 2025 y 2040.
El aumento de la tasa de crecimiento media del PIB sería de 0,25 puntos porcentuales a lo largo de este periodo, fruto de priorizar la inversión y aumentar el gasto público en sanidad en dos puntos del PIB
Este impacto económico se materializaría a través de tres mecanismos. En primer lugar, la ampliación de la fuerza laboral con programas de prevención y con la inversión necesaria en investigación de nuevos tratamientos. También con una mejora del estado de salud de los trabajadores para aumentar su productividad. Finalmente, con una mejora del estado de salud que permitiera alargar la vida laboral de muchos trabajadores. “Teniendo en cuenta estos tres canales, el PIB podría ser un 4% más alto en 2040“, subrayan desde Farmaindustria.
Emilio Ontiveros, presidente de Afi, destacó durante la presentación del informe que la crisis sanitaria generada por el Covid-19 ha dejado múltiples lecciones. “Quizás la más importante es la necesidad de fortalecer los sistemas sanitarios. Revisar decisiones de asignación de recursos de todo tipo a garantizar la salud suficiente“, aseguró. Por su parte, Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, indicó que con la pandemia “hemos constatado hasta qué punto salud, economía y bienestar social están ligados”.
Humberto Arnés: con la pandemia “hemos constatado hasta qué punto salud, economía y bienestar social están ligados”
En este sentido, señaló que España lleva años invirtiendo menos en sanidad que los países de su entorno. “Esta situación hay que revertirla si queremos estar preparados para futuras emergencias sanitarias, pero también para afrontar el gran reto que suponen el envejecimiento y la cronicidad y la incorporación de los avances tecnológicos”. Para hacerlo, Arnés apostó por considerar la sanidad una inversión y no un gasto. “Debemos dejar de hablar de problema, que es lo que subyace a menudo al referirnos a la sanidad y los medicamentos, y hablar de solución, de oportunidad”, reflexionó.
El informe realiza un análisis prospectivo que estudia dos escenarios. El primero, inercial, donde no se toman decisiones estratégicas sobre el uso de recursos públicos. El segundo, alternativo, donde se aumenta el gasto público en Sanidad en dos puntos del PIB. La conclusión es que los efectos positivos de dicho plan contribuirían a reforzar el sistema sanitario, que es uno de los principales pilares de la economía española y uno de los más eficaces instrumentos de cohesión social y territorial de nuestro país.
La inversión en sanidad es un instrumento eficaz para redistribuir la renta y acercarnos a la igualdad real de oportunidades
La crisis generada por la Covid-19 ha demostrado que la influencia del sector sanitario sobre la economía y el bienestar social va mucho más allá de su peso en magnitudes agregadas como el empleo, el valor añadido o la inversión. Según se puso de manifiesto, la inversión en el sector sanitario es un potente generador de beneficios económicos. Además, es un instrumento eficaz para redistribuir la renta, tanto desde la perspectiva personal como espacial, y acercarnos a la igualdad real de oportunidades. La recuperación se irá afianzando a medida que se vaya superando la pandemia y que irá de la mano de los Fondos Europeos (NGEU). Se asentará sobre tres grandes ejes: digitalización, sostenibilidad y salud.
César Cantalapiedra, socio director del área de Finanzas Públicas de Afi, destacó que el NGEU hace imprescindible adoptar decisiones estratégicas sobre el uso de los recursos públicos a medio y largo plazo. “En unas circunstancias condicionadas por la sostenibilidad de las finanzas públicas y un aumento de la demanda de servicios sanitarios, la inversión en salud puede ser rentable para la economía y generar bienestar social”, afirmó.
Para articular dichas inversiones el informe detalla propuestas concretas orientadas a mejorar la eficiencia y coordinación dentro del Sistema Nacional de Salud. Se identifican tres áreas prioritarias: atención primaria, salud pública e inversión en capital humano y tecnológico. La puesta en marcha de estas medidas tendría un impacto positivo en términos de equidad y acceso a la tecnología sanitaria. Así, aumentaría la transparencia y eficiencia en los procesos de toma de decisiones.
El informe apuesta por reforzar tres áreas prioritarias: atención primaria, salud pública e inversión en capital humano y tecnológico
El documento parte del análisis de la evolución del peso del sector sanitario en la economía. También de su generación de valor añadido, su impacto en el empleo y la cuantificación de las externalidades positivas del sector y toda su cadena de valor. “Con datos de 2018, el sector sanitario generó un valor añadido de alrededor de 94.600 millones de euros, equivalente al 8,7% del PIB”, apuntó Diego Vizcaíno, socio director del área de Economía Aplicada de Afi.
Además, valoró cómo el sector farmacéutico español “está plenamente integrado en las cadenas de valor globales y muestra elevados niveles de competitividad exterior”. En este sentido, señaló que España es el 12º exportador mundial de productos farmacéuticos, con una cuota de mercado del 2,1%.
Cada euro invertido en investigación sanitaria (pública o privada) genera 1,6 euros de valor añadido de manera directa, indirecta e inducida
Por cada euro invertido en investigación sanitaria (pública o privada), la economía genera 1,6 euros de valor añadido de manera directa, indirecta e inducida. Además, cada millón de euros invertido en este sector contribuye a la generación y mantenimiento de más de 15,6 empleos. Por otro lado, la inversión en investigación sanitaria genera efectos tractores que trascienden las ramas productivas más asociadas con la sanidad. Así, impulsa la actividad de servicios especializados, comerciales e industriales, entre otros.
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