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El 15% de los pacientes con cáncer presenta efectos a largo plazo tras recuperarse del Covid-19. En concreto, los síntomas respiratorios, la fatiga y la disfunción cognitiva o psicológica persisten después de la infección aguda por SARS-CoV-2, impactando en la supervivencia y los resultados oncológicos después de la recuperación. Son datos del estudio OnCovid, que se ha expuesto durante la rueda de prensa de presentación del Congreso ESMO 2021, que tendrá lugar del 16 al 21 de septiembre.
El trabajo está basado en un total de 1.557 pacientes con cáncer que sobrevivieron al Covid-19. Además, muestra que la gravedad previa del coronavirus y las características adversas se correlacionan con la incidencia de secuelas. Estas pueden pueden afectar los resultados posteriores a Covid-19 y están asociadas con la continuidad de la atención oncológica.
La mejora de la conciencia, prevención y reconocimiento y el tratamiento temprano de las secuelas de Covid-19 en pacientes oncológicos, pasos muy importantes hacia un manejo óptimo
“La mejora de la conciencia, prevención, reconocimiento y el tratamiento temprano de las secuelas de Covid-19 en pacientes con cáncer son pasos muy importantes hacia un manejo óptimo“, ha destacado Alessio Cortellini, oncólogo médico consultor y científico clínico en inmunoterapia del cáncer en el Imperial College London (Reino Unido) y la Universidad de L’Aquila (Italia) y coordinador del estudio.
El estudio fue realizado en Reino Unido por el Imperial College London del 27 de febrero de 2020 al 14 de febrero de 2021. Los investigadores informaron que con una mediana de seguimiento posterior al Covid-19 de 128 días, las secuelas se asociaron con un aumento del riesgo del 76% de muerte, después del ajuste por sexo, edad, comorbilidades, características tumorales, tratamiento contra el cáncer y gravedad de Covid-19.
Actualmente, el Covid persistente es motivo de preocupación para los oncólogos médicos. Hay muchas incógnitas sobre el impacto a largo plazo en el pronóstico y la atención del cáncer después del Covid-19. Las secuelas incluyeron síntomas respiratorios (49,6%), fatiga (41,0%) y problemas neurocognitivos (7,3%), con efectos persistentes significativamente más comunes en algunos grupos. Concretamente, en hombres, personas mayores de 65 años, pacientes con al menos dos comorbilidades y pacientes con antecedentes de tabaquismo. Además, pacientes con hospitalización o complicaciones previas por Covid-19 o que habían recibido terapia por esta enfermedad también eran más propensos a tener secuelas posteriores a esta.
Hombres, personas mayores de 65 años y pacientes con al menos dos comorbilidades o antecedentes de tabaquismo, grupos más afectados por Covid persistente
En cuanto al tratamiento, el 14,8% de los 471 pacientes oncológicos que recibieron terapia anticancerosa sistémica (SACT) en el momento del diagnóstico de Covid-19 requirieron la interrupción permanente del tratamiento. Esto se asoció con un riesgo de muerte 3,5 veces mayor. La principal razón (63,1% pacientes) para la interrupción del tratamiento fue el empeoramiento del estado funcional.
Sin embargo, no hubo un impacto adverso en la supervivencia de los ajustes de dosis/régimen de SACT (37,8% de los pacientes). Los ajustes se realizaron principalmente para evitar la asistencia hospitalaria (25,8%), inmunosupresión (50,0%) o eventos adversos (19,1%).
Durante la presentación del Congreso ESMO 2021 también se ha recalcado la responsabilidad de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) para frenar la tendencia mortal de nuevos casos de cáncer.
En este sentido, Solange Peters, presidenta de ESMO, se ha referido a los avances en cáncer. En concreto, ha abogado por realizar intercambios de médicos entre países en desarrollo y países de ingresos altos. También ha pedido desarrollar la infraestructura para realizar ensayos clínicos para estas enfermedades. Por último, ha apostado por realizar actividades educativas en contextos específicos para ayudar a los pacientes.
Por otro lado, los panelistas que han participado en el evento han resaltado el papel de la medicina de precisión. Para Pasi Jänne, codirector científico de ESMO 2021, se trata de la “terapia más eficaz” administrada en el entorno clínico en pacientes con tumores que tienen más posibilidades de responder al tratamiento.