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La investigación oncológica no solo se basa en observar qué ocurre dentro del tumor sino también en cómo los tumores manipulan su exterior para poder avanzar. Esta es una de las cuestiones que lleva años estudiando Héctor Peinado, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Ahora, el Grupo de Microambiente y Metástasis que lidera en el CNIO, ha publicado un trabajo en Nature Cancer que describe un nuevo mecanismo involucrado en el inicio de la metástasis del melanoma.
Durante décadas “los investigadores se han centrado en estudiar el comportamiento intrínseco del tumor para combatirlo, pero no en todo lo que les rodea”, comenta Peinado. Su grupo estudia los mecanismos implicados en la progresión metastásica, entre ellos, cómo los exosomas manipulan el microambiente tumoral para favorecer las metástasis.
Los investigadores observaron que la molécula NGFR dirige todo este proceso, y su bloqueo reduce drásticamente las metástasis en modelos animales
Esta investigación describe cómo ocurre este proceso crítico para el avance del melanoma. Los exosomas viajan y se hospedan en el ganglio centinela, donde se produce inicialmente la metástasis y desde ahí preparan a distancia el nicho premetastásico. Además, los investigadores observaron que la molécula NGFR dirige todo este proceso, y su bloqueo reduce drásticamente las metástasis en modelos animales. Esta reducción de la metástasis la han conseguido mediante la molécula THX-B, que está siendo testada para el tratamiento de otras patologías. Gracias a esto, se acelerará su posible uso para el tratamiento de tumores.
Nuevo biomarcador de metástasis temprana
Por otro lado, los autores proponen NGFR como nuevo biomarcador de metástasis temprana del melanoma para definir grupos de riesgo y anticiparse a la metástasis. Esta es la responsable del 90% de los fallecimientos de cáncer y, en la mayoría de casos, se detectan demasiado tarde. “Un mayor número de células metastásicas que expresan NGFR en el ganglio centinela se correlaciona con un peor pronóstico de la enfermedad”, comenta Susana García Silva, co-primera autora del estudio.
Susana García Silva: “Un mayor número de células metastásicas que expresan NGFR en el ganglio centinela se correlaciona con un peor pronóstico de la enfermedad”
A diferencia de otros tumores de piel, el melanoma es uno de los más agresivos. De hecho, puede derivar en metástasis en ganglio linfático desde los primeros momentos, cuando la lesión es muy pequeña. Además, no existen marcadores de enfermedad temprana ni predicción de la enfermedad. Por eso es importante contar con nuevos tratamientos, pero también alcanzar un diagnóstico temprano y preciso para mejorar el pronóstico de los pacientes. “Si conseguimos detectar que un tumor va a metastatizar, incluso antes de que suceda, cuando prepara el terreno, será más fácil tratarlo y seremos capaces de frenarlo”, señala Peinado.
En este trabajo explican que los exosomas liberados por las células del melanoma son reclutados por las células linfáticas endoteliales de los ganglios linfáticos. En estas células, los exosomas promueven a través de la molécula NGFR una mayor ramificación de la vasculatura linfática y la adhesión de células tumorales que permitirán su supervivencia y su migración a otros lugares. “Los exosomas de las células de melanoma secretan NGFR para corromper el comportamiento de las células endoteliales linfáticas y facilitar la metástasis”, señalan los autores.
El trabajo muestra en pacientes con melanoma que el número de células metastásicas que expresan NGFR en los ganglios linfáticos predice la evolución de la enfermedad
Tratamiento contra la metástasis del melanoma
Una vez descubierto el papel de esta molécula en el desarrollo temprano de la metástasis del melanoma, el equipo decidió estudiar las consecuencias de su bloqueo en la expansión de las células tumorales. Para ello, utilizaron una aproximación genética, en la que eliminaron NGFR de los exosomas; y una aproximación farmacológica en la que emplearon el inhibidor de NFGR denominado THX-B.
En ambos casos las metástasis se redujeron drásticamente, lo que abre la vía a un posible nuevo tratamiento para combatirlas. Así, este sería uno de los primeros para combatir la metástasis en sus etapas más iniciales, cuando hay más posibilidades de hacerla frente. Hasta ahora, el inhibidor THX-B se estudia para el tratamiento de otras enfermedades como la retinopatía diabética. Sin embargo, aún no se había explorado su efectividad para el tratamiento del cáncer.
Por último, el trabajo muestra en pacientes con melanoma que el número de células metastásicas que expresan NGFR en los ganglios linfáticos predice la evolución de la enfermedad. “El análisis de estas células en los ganglios linfáticos podría servir de importante biomarcador de la progresión de la enfermedad y para su diagnóstico temprano”, concluye el investigador.
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