..Pablo Malo Segura.
El Dr. José Gómez Rial, inmunólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y coordinador de inmunología en el Grupo de Investigación en Vacunas Genvip, considera que la estrategia de vacunación no puede pasar por administrar dosis de vacuna continuamente de forma generalizada para mantener altos los niveles de anticuerpos y esta debe replantearse hacia una vacunación personalizada en grupos de riesgo. “Son necesarios estudios de inmunidad celular en grupos de población concretos (edad avanzada, inmunocomprometidos) para identificar el riesgo y priorizar las dosis de refuerzo (‘booster’)», explica el inmunólogo en una entrevista con iSanidad. Bajo su punto de vista, “la tercera dosis se debería centrar en grupos vulnerables de población que si se pueden beneficiar de contar con títulos altos de anticuerpos frente al virus aunque sea por un corto espacio de tiempo”.
La EMA ha advertido este martes que dar dosis de refuerzo “continuamente” no representa una estrategia sostenible a largo plazo. ¿Cree que hace falta un cambio de estrategia en vacunación?
Completamente. La estrategia no puede pasar por estar administrando dosis de vacuna continuamente y cada poco tiempo de forma generalizada en la población para tratar de mantener niveles altos de anticuerpos neutralizantes. No podemos olvidar que la vacuna actual va dirigida frente a la variante original y que la variante actual (Ómicron) evade parcialmente la acción neutralizante de los Ac generados tras la vacuna por lo que se necesitan mayor título de Ac para obtener el mismo resultado que frente a las variantes originales. Los Ac neutralizantes (sobre todo en mucosa respiratoria y con una vacuna sistémica) caen de forma natural con el tiempo. Por tanto, estar repitiendo continuamente la inyección con la misma vacuna no tiene sentido.
Dr. Gómez Rial: “La estrategia no puede pasar por estar administrando dosis de vacuna continuamente y cada poco tiempo de forma generalizada en la población para tratar de mantener niveles altos de anticuerpos neutralizantes”
La estrategia debe replantearse ya hacia una vacunación personalizada en grupos de riesgo, población vulnerable que se puede ver favorecida por títulos altos de Ac neutralizantes para tratar de evitar una infección que los puede llevar al hospital. Y este recuerdo debería ser ya con una vacuna actualizada a la variante Ómicron. Todos los esfuerzos deberían centrarse ahora en desarrollar una actualización de la vacuna dirigida a estos grupos vulnerables de población. La administración de boosters indiscriminada lo único que provocará es un hartazgo generalizado en la población y un rechazo a las vacunas en general.
“Todos los esfuerzos deberían centrarse ahora en desarrollar una actualización de la vacuna a la variante Ómicron dirigida a los grupos vulnerables de población”
¿Se está teniendo en cuenta la inmunidad celular en esta estrategia?
Los conocimientos adquiridos durante los dos últimos siglos en materia de inmunología y vacunas se han despreciado en todo momento a la hora de establecer la estrategia de vacunación. No se tuvieron en cuenta al inicio de la vacunación y no se están teniendo en cuenta ahora. Son necesarios estudios de inmunidad celular en grupos de población concretos (edad avanzada, inmunocomprometidos) para identificar el riesgo y priorizar los booster. Se ha recurrido a lo más sencillo, la edad, cuando puede tener más riesgo un individuo de 40 años con pluripatología que un individuo de 60 años inmunocompetente.
“Los conocimientos adquiridos durante los dos últimos siglos en materia de inmunología y vacunas se han despreciado en todo momento a la hora de establecer la estrategia de vacunación”
Según la última actualización de la estrategia de vacunación las personas que se han infectado de Covid recibirán la dosis de refuerzo desde cuatro semanas después, siempre que hayan pasado seis meses desde la segunda dosis. ¿Es necesario dar un refuerzo en un intervalo tan corto?
Este es otro despropósito que demuestra el escaso conocimiento sobre cómo funciona nuestro sistema inmunitario. No tiene absolutamente ningún sentido administrar una dosis de vacuna ni cuatro ni ocho ni 12 semanas tras haber pasado la infección.
Con la exposición al virus durante la infección nuestro sistema inmune ha refrescado la memoria inmunológica frente al virus, la ha actualizado a la variante actual y la ha completado con otras proteínas del virus no incluidas en la vacuna. Por tanto, una dosis de vacuna con una variante que ya no circula es un despropósito desde el punto de vista inmunológico. El haber pasado la infección supone un booster natural mucho mejor que cualquier dosis de vacuna, dado que la vacuna nos ha protegido de la enfermedad grave y la infección posterior ha hecho que mejoremos y actualicemos la respuesta al virus.
“Este es otro despropósito que demuestra el escaso conocimiento sobre cómo funciona nuestro sistema inmunitario. No tiene absolutamente ningún sentido administrar una dosis de vacuna ni cuatro ni ocho ni 12 semanas tras haber pasado la infección”
¿Es favorable a una tercera dosis para toda la población o cree que debería dirigirse a grupos específicos?
Prefiero el 80% de la población mundial vacunada con dos dosis que el 50% vacunada con tres dosis. La tercera dosis, más especialmente cuando circula una variante que evade parcialmente la acción neutralizante de los Ac generados por la vacuna, pero que no evade la inmunidad celular. La tercera dosis tiene un beneficio individual en un individuo inmunocompetente muy escaso. En un primer momento se podría justificar con el objetivo de tratar entre todos de “cortar” la transmisión del virus, pero actualmente sabemos que este objetivo es prácticamente imposible dada la explosividad y el pobre efecto neutralizante que tienen los Ac generados tras la vacuna frente a Ómicron.
“La tercera dosis tiene un beneficio individual en un individuo inmunocompetente muy escaso”
Personalmente, creo que la tercera dosis se debería centrar en grupos vulnerables de población que si se pueden beneficiar de contar con títulos altos de Ac frente al virus aunque sea por un corto espacio de tiempo. En el resto de la población la pauta de dos dosis es más que suficiente para hacer frente al virus en cualquiera de sus variantes.
“Prefiero el 80% de la población mundial vacunada con dos dosis que el 50% vacunada con tres dosis”
En su opinión, ¿habría que esperar a una vacuna adaptada a las nuevas variantes antes que dar una cuarta dosis de las vacunas actuales como está haciendo Israel?
Hablar de una cuarta dosis generalizada al estilo de lo que está haciendo Israel me parece estar profundizando en el error y no querer reconocer el fallo de una estrategia cortoplacista que no lleva a ningún lado. Confío sinceramente que el sentido común se imponga y se reformule la estrategia porque si no acabaremos “quemando” las vacunas y provocaremos un rechazo generalizado y un hartazgo en la población muy contraproducente.
Algunas voces vaticinan que la aparición de Ómicron, junto a la vacunación, podría suponer el “fin de la pandemia”. ¿Cree que se acabará convirtiendo en un virus endémico?
Estoy convencido de ello. Ómicron con su explosividad y su baja letalidad está generando una inmunidad híbrida en un alto número de población y en un corto periodo de tiempo. Esta inmunidad híbrida se ha demostrado muy potente y efectiva frente a todas las variantes hasta ahora descritas por lo que la perspectiva es muy optimista. Creo que nos encontramos en un momento de transición de una enfermedad letal y devastadora como era el Covid-19 hacia un virus SARS-CoV endémico con un impacto limitado en la salud pública.
“Nos encontramos en un momento de transición de una enfermedad letal y devastadora como era el Covid-19 hacia un virus SARS-CoV endémico con un impacto limitado en la salud pública”
Pero por encontrarnos en una transición no podemos levantar las manos del volante como si ya hubiésemos llegado al final. Creo que debemos ir adaptando los protocolos y las estrategias al momento actual a la vista de las evidencias que tenemos ahora mismo. Debemos abandonar medidas que se han demostrado poco o nada efectivas (pasaporte Covid, mascarilla en exteriores, geles hidroalcohólicos) e implementar nuevas estrategias mucho más efectivas en limitar la transmisión del virus (ventilación, aire libre) para que el impacto de la 6ª ola sea lo más controlable posible y no colapse nuestro sistema sanitario.
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