..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
“Gracias a la unidad de las instituciones, los grupos parlamentarios y el conjunto de la sociedad española, hemos vencido al virus” decía Pedro Sánchez. Eran palabras dichas en junio de 2020, sin apenas conocimiento y mucha dosis de triunfalismo. Casi dos años después nadie se atreve a decir algo parecido.
Esta sexta ola, la de Ómicron, ha sido muy virulenta en contagios, pero menos en fallecidos. La presión asistencial ha sido fuerte, pero no se ha desbordado como en las anteriores. Además, podrán venir otras cepas y otras olas, porque no hemos vencido al virus. Ahora ya no llevamos mascarillas en exteriores y en los patios del colegio los niños pueden jugar viéndose las caras, pero el miedo todavía existe. En España la incidencia acumulada sigue estando todavía muy por encima de los 1.000 casos aunque por fortuna está bajando tan rápido como subió. Continúan los planes de vacunación, se aprueban antivirales y sigue habiendo restricciones. No, es evidente que no hemos vencido al virus, aún estamos en pandemia.
Tenemos planes de vacunación, se aprueban antivirales y sigue habiendo restricciones, es evidente que no hemos vencido al virus, aún estamos en pandemia
Lo que está claro es que la lucha contra el Covid ha cambiado de escenario. En España el nivel de vacunación es altísimo y estamos mejor preparados. España tiene un porcentaje de población con vacunación completa por encima del 80%. En otros países de Europa hay datos muy distintos. Es cierto que Italia está al 78%; Alemania al 75%, Francia 76% o Reino Unido 72%. Incluso Andorra está al 68% y Turquía al 63%. El problema está más lejos, el problema está en lugares como Yemen, al 1%, Uganda 5%, Tanzania 3% o Nigeria 2,5%. Estos lugares lejanos están a “tiro de piedra” en avión. De hecho, siguen entrando en los aeropuertos españoles, italianos, alemanes o franceses. Simplemente se ha trasladado el problema. La lucha contra el Covid ahora está en otros países, pero la amenaza es permanece.
Si no logramos que aumente poderosamente la vacunación global, el problema solo cambiará de lugar y no venceremos al virus. No solo se trata de solidaridad, se trata de unidad en la lucha. Alejarse de estrategias sanitarias “independientes” con una respuesta global ha pasado a ser prioritario. De hecho, los datos son muy contundentes porque además del problema de la baja vacunación está el problema de la inoculación. Según Airfinity seis de cada diez vacunas donadas a países en vías de desarrollo no se han inyectado. Hay más de 350 millones de dosis almacenadas en neveras o desperdiciadas. En esta lucha, los países no preparados son parte de la obligación de los sistemas sanitarios de “champions league”. El resultado del proyecto Covax es terrible porque, además, solo el 5% de las dosis prometidas se han entregado. Así, sólo una de cada 11 personas que tendrían que estar vacunadas lo son realmente en países de ingresos bajos.
Simplemente hemos trasladado el problema a los países menos desarrollados, un cierto parecido a la historia del Titanic
No hemos vencido al virus, simplemente hemos trasladado el problema a los países menos desarrollados. Es como la historia del Titanic, los ricos primeros, pero nos veremos afectados todos. No solo hay que anunciar la donación de millones de vacunas, hay que ayudar a administrarlas.