..Dr. Pedro A. Martínez, responsable de Prisiones de CESM.
A finales de la década de los 80, la infección por VIH en las prisiones afectaba a más del 25% de la población penitenciaria y mayor aún era el porcentaje de toxicomanías, además de existir otras muchas carencias y patologías. Entonces se contaba con muy pocos sanitarios, algunos contratados, pocos interinos, con una jornada laboral de tres horas y sin guardias en muchos casos. Es decir, la sanidad penitenciaria estaba desbordada.
A finales de la década de los 80, la infección por VIH en las prisiones afectaba a más del 25% de la población penitenciaria. Entonces se contaba con muy pocos sanitarios
Con ese panorama, la Administración fue capaz de reaccionar, aumentando el número de profesionales, facilitando su formación, actualizando la jornada laboral y las retribuciones; no contrató internistas ni se crearon guetos, sino que los centros penitenciarios se abrieron al sistema público de salud. Entonces se marcaron objetivos claros con la participación de los profesionales y, entre todos, en pocos años se consiguieron resultados espectaculares, haciendo de la sanidad penitenciaria un referente.
De eso han pasado más de 30 años y actualmente el panorama es desolador: en los centros penitenciarios la infección por VIH es 10 veces superior a la media nacional, existe más de un 70% de personas con antecedentes de toxicomanías -porcentaje mucho mayor que en atención primaria-, agotamiento pandémico, y una escalada de pacientes con problemas de salud mental.
En los centros penitenciarios la infección por VIH es 10 veces superior a la media nacional, más de un 70% de personas tiene antecedentes de toxicomanías y hay una escalada de pacientes con problemas de salud mental
Carecemos de datos oficiales recientes, pero según numerosos estudios, más del 85% de los pacientes ha presentado problemas de salud mental a lo largo de su vida y más del 50% los presenta en la actualidad. Pueden ser incluso más si añadimos los casos de trastorno por uso de sustancias (TUS). De estos pacientes, casi un 8% tienen trastorno mental grave y hay muchos sin diagnosticar por falta de personal.
Sin embargo, puede parecer que estamos en la misma situación que hace 30 años, en el siglo pasado, pues actualmente casi un 60% de las plazas de facultativos están sin cubrir, hay interinos sin titulación, se firman contratos de dudosa legalidad, hay guardias sin cubrir, centros en los que solamente se atienden urgencias, profesionales en precario, quemados, desmotivados y mal pagados.
Ante todo esto, la decepcionante respuesta de la Administración es conformismo e inacción
Ante todo esto, la decepcionante respuesta de la Administración es conformismo e inacción. Tras 19 años sigue incumpliendo la ley, se niega a igualar las retribuciones con las de atención primaria, crea guetos con psiquiatras ajenos al sistema público, no estamos en esa red de asistencia, -lo que pone en peligro la continuidad de los cuidados-, por lo que en la práctica se condena a las personas privadas de libertad a una atención sanitaria que rompe con los principios de equidad e igualdad recogidos en la Constitución.
Por todo esto desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) exigimos que no se retroceda más; ya es hora de aumentar el número de profesionales, mejorando las retribuciones y adecuando la formación, todo ello hasta su integración en los sistemas de salud de las CC.AA., acabando con los guetos y lo sistemas sanitarios paralelos. Seguiremos luchando sindical y judicialmente para sacar a la Administración de su apatía y a la sanidad penitenciaria de su precariedad.
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