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40 Jóvenes Profesionales.
El Dr. Diego Gómez-Costa dirige la Clínica Universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos, un importante centro asistencial y formativo con 123 puestos de tratamiento odontológico totalmente digitalizados y más de 400 alumnos de grado y posgrado por curso. Compagina la dirección de la Clínica con su actividad asistencial como odontólogo especializado en implantología oral y con la docencia, como profesor del Grado de Odontología y director del Máster en Prótesis sobre Implantes de la URJC. Para él es esencial que los profesionales se formen periódicamente para poder mantenerse actualizados en un entorno que evoluciona muy rápido. También destaca la importancia de que la propia formación evolucione a medida que van surgiendo nuevos tratamientos, técnicas y herramientas.
¿Cómo era el día a día de un odontólogo durante los meses de marzo y abril de 2020? ¿Cómo afectó la pandemia al funcionamiento de la Clínica Universitaria de la URJC?
Durante las primeras semanas de pandemia las clases se suspendieron y la Clínica estaba abierta solo para atender urgencias. En esa etapa, la mayoría de las clínicas dentales estaban cerradas y había pacientes que necesitaban tratamiento. Nuestro día a día consistía en elaborar protocolos, adaptar las instalaciones y preparar todo para cuando pudiéramos recuperar la actividad. Eso a nivel de gestión.
Según el Dr. Diego Gómez-Costa, el Sistema Nacional de Salud debería incorporar las especialidades odontológicas como una realidad
A nivel de la clínica, teníamos un protocolo muy estricto, con un triaje previo por teléfono y para acceder a las instalaciones. Se instauraron todas las medidas que exigía Sanidad con respecto a aforos, desinfección, zonas limpias, etc. En aquellos momentos la seguridad para los pacientes y profesionales era la prioridad. Se seguían todas las instrucciones que iban marcando las autoridades competentes y organismos como el consejo de dentistas en cuanto a equipos de protección, protocolos clínicos,
tratamientos que se podían hacer, etc. Como he dicho, la Clínica no llegó a cerrar y atendió pacientes de urgencia durante el confinamiento. eso nos dio la oportunidad de estar muchos pasos adelante cuando se volvió a permitir la actividad con “normalidad”.
¿Ha cambiado mucho la odontología en los últimos años? ¿Se puede seguir siendo un buen profesional sin seguir formándose?
En odontología, como en casi todas las profesiones, si uno no se actualiza no podrá realizar tratamientos de vanguardia. Si queremos dar el mejor de los servicios, la formación y la renovación deben ser constantes por que las técnicas, herramientas y filosofías van cambiando y van quedando reflejadas en a literatura científica. La evolución en nuestra profesión es tanto teórica como práctica. Ahora con la digitalización y la evolución de los materiales restauradores lo vemos todos los días.
El diseño y la planificación de los casos se han convertido en algo más predecible gracias al uso de la imagen
La tecnología, la imagen, los nuevos materiales, ¿han revolucionado para siempre la tarea del odontólogo?
Indudablemente. Hace 15 años, y en algunas clínicas hace menos aún, todavía se ponían amalgamas. La adhesión estaba evolucionando y con ello las posibilidades de restauración. El diseño y la planificación de los casos, tanto en fase diagnóstica como del propio tratamiento se han convertido en algo más predecible gracias al uso de la imagen digital y del manejo de la misma en todas las áreas de la odontología con sus diferentes aplicaciones.
¿Cómo va a ser el odontólogo del 2023? ¿Qué características tendrá?
Indudablemente será un profesional más especializado, con la digitalización como medio de trabajo ordinario. También contará con materiales y herramientas que combinen técnicas indirectas mediante tecnología 3D.
¿Qué hay que cambiar en la odontología de hoy para alcanzar la que se espera en 2030?
Tenemos que asegurarnos de que la formación no quede estancada y que evolucione al ritmo al que lo hacen las tecnologías. Debemos salir de nuestra zona de confort y ser conscientes de que tendremos que aprender continuamente. Las nuevas generaciones de profesionales y las propias demandas de los pacientes no irán ayudando a actualizarnos.
Las nuevas generaciones de profesionales y las demandas de los pacientes nos irán ayudando a actualizarnos, apunta el Dr. Diego Gómez-Costa
¿Cómo se imagina su situación profesional dentro de 10 años?
La verdad es que 10 años dan para mucho. Espero poder seguir cambiando la gestión, la práctica clínica y la docencia.
¿Cómo se imagina el Sistema Nacional de Salud del futuro? ¿Qué se puede aprovechar de lo que tenemos hoy?
El Sistema Nacional de Salud debería incorporar las especialidades odontológicas como una realidad. España es el único país de la UE en el que no están reguladas las especialidades y esto nos posiciona en desventaja. Por otra parte, espero que los profesionales del sector dental tengan una participación mucho mayor dentro del sistema, desde la atención primaria hasta la hospitalaria, con unos perfiles que permitan cumplir una cartera de servicios mucho más ampliada que la que existe hoy en día.
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